El Algeciras CF y Salva Ballesta vuelven a cruzar sus caminos... esta vez como rivales. Lo harán el próximo domingo 27 de noviembre en Murcia, en la visita de los albirrojos al UCAM CF (17:00), correspondiente a la 14ª jornada del grupo II de la Primera RFEF. Seis meses y seis días después de lo Almendralejo, el destino pondrá en un campo de fútbol a las dos partes que formaron un binomio que a punto estuvo de llevar al Algeciras a Segunda División 18 años después.

El del domingo es un partido especial para muchos algeciristas y a buen seguro para Salva Ballesta. El técnico lleva dos jornadas al frente del UCAM, como sustituto del destituido José María Salmerón, pero va a debutar como local ante al equipo al que comandó el último año y medio. Así de caprichoso es este bendito deporte.

Salva Ballesta y el Algeciras se van a reencontrar cinco meses y doce días después de hacer oficial una separación que no dejó indiferente al algecirismo. El 17 de junio el entrenador tuvo unas palabras de agradecimiento y despedida para la afición, y confirmó la noticia que este diario había avanzado el día anterior, el 16, cuando desveló que el club se había decidido por Iván Ania. 

La marcha de Ballesta, algo que cuando ocurrió lo del playoff de ascenso se antojaba impensable, no sorprendió a todo el mundo. Durante las semanas en las que se gestaron las negociaciones ya se palpaba en el ambiente que el entrenador no las tenía todas consigo con la nueva propiedad que empezaba a tomar plenos poderes en el Nuevo Mirador. El por entonces máximo responsable deportivo del Algeciras, Sergio Fernández, llevó la batuta de lo que parecía que iba a ser una renovación (al menos de cara a la galería) aunque los derroteros marcaban otro rumbo. Ya por último fue el propio Ballesta quien mandó la pelota al tejado albirrojo para conocer una respuesta definitiva... al tiempo que tomó cuerpo lo de Ania.

El Algeciras, que a fin de cuentas tiene a Félix Sancho en la cima de la pirámide, apostó por un proyecto de cero y a largo plazo con Iván Ania. Salva Ballesta se despidió cargado de agradecimientos hacia una hinchada que en su mayoría le veneraba y el entrenador dejó esta sentencia: "Volveremos a disfrutar de esa increíble ciudad, grandiosa gente, inigualable afición y espectacular club. Ahora tocará animar desde la grada como un algecirista más, pero repito, volveremos para hacer historia de nuevo".

El mercado de verano cerró sin destino para el exalgecirista, que recuperó su rutina de habitual colaborador en varios medios, siempre cerca del fútbol, su pasión. Salva, seguramente, se había ganado el derecho a esperar una oportunidad para entrar en la rueda de la Primera RFEF y así fue como surgió la opción del UCAM tras la destitución de José María Salmerón. Los universitarios manejaban varios candidatos pero el presidente apretó en su apuesta por Ballesta.

Salva, como técnico del Algeciras.

Y así fue como el hombre que estuvo a punto de tocar el cielo con el Algeciras se ha convertido en uno de sus rivales esta temporada. Salva se ha hecho cargo de uno de los proyectos más potentes, al menos en cuanto a plantilla y presupuesto, aunque ha cogido las riendas de un equipo en dinámica negativa, más cerca del descenso que de los puestos cabeceros.

El aviador necesita inculcar su carácter al bloque lo antes posible para comenzar una remontada que acerque al UCAM a los puestos donde se le presupone. Con dos tercios de liga por delante hay tiempo, pero el margen de error se estrecha para la entidad católica.

El Algeciras, por su parte, tiene una inmejorable oportunidad para aumentar sus buenos números como viajero (el segundo mejor del grupo) y para abrir una brecha importante con los de Murcia, a los que podría dejar a once puntos de distancia.