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El Betis echa una mano

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Los verdiblancos ponen los goles, el Algeciras regala a su afición un amistoso de nivel y se lleva una suculenta taquilla · La pegada de Jorge Molina, con un 'hat-trick', acaba con las buenas intenciones de los albirrojos, que merecen el del honor · Tobali desenfunda a Antoñito, una joya del filial que sorprende

El debutante Antoñito controla el balón ante la oposición de un adversario.
Quino López / Algeciras

16 de mayo 2012 - 05:02

El Betis puso los goles y se apuntó la victoria. El Algeciras regaló a su afición un amistoso de nivel y se llevó una suculenta taquilla. En fin, todos acabaron contentos en la despedida del Nuevo Mirador de la temporada del Centenario, esa que dejará imágenes imborrables en la retina de los algeciristas por los siglos de los siglos. Una de ellas, una estampa más del álbum de los cien años, la pegó anoche.

El Algeciras recibió al Betis en un encuentro que en realidad fue una forma de dar las gracias a su afición por el respaldo recibido en 2012. Por su implicación, por su ánimo. Por su colaboración en la supervivencia. Y el público respondió. Casi cuatro mil espectadores poblaron las gradas del campo, lo que supone una importantísima inyección económica para la maltrecha económia algecirista. Hubo un gran ambiente y más, para un partido recién terminada la temporada. Cuando la gente está saturada de fútbol. El problema es que era el segundo conjunto de la Liga BBVA que visitaba La Menacha este año. Las comparaciones son inevitables con el Partido del Centenario ante el Sevilla, que gana por goleada en todos los aspectos. Había menos público y más frío, menos predispuesto a convertir el asunto en una fiesta. Pero eso no quita que el de ayer resultara un rotundo éxito. Que los muchísimos béticos que hay en la comarca desempolvaran la verdiblanca de sus amores para vibrar con su equipo, que no se tomó la cita a la ligera.

El Algeciras jugó menos nervioso que el día del Sevilla, más cómodo. Quizás contribuyó la inesperada aparición estelar de Antoñito, un chaval del filial que dejó a la gente boquiabierta. El niño tiene naturalidad, desparpajo, visión de pase y defiende como si no hubiera militado la pasada campaña en la Primera Provincial. Una joya. Otro descubrimiento. Estuvo participativo, osado, como si se enfentara a un equipo de Primera todas las tardes.

Con las buenas intenciones del Algeciras empezó a acabar Jorge Molina en el minuto 14 con un gran gol. Recogió un balón a la espalda de la defensa y batió a Mateo de un zurdazo. Cuatro minutos después recibió en el área y mandó una vaselina al fondo de las mallas.

La mejor ocasión de los algeciristas la protagonizó (¿quién si no?) Francis. Fue en el minuto 30 cuando cabeceó un córner botado por Nacho que obligó a Casto a hacer una gran parada. Jorge Molina puso a renglón seguido en apuros a Mateo antes de que el meta bético volviera a lucirse ante Francis, que estuvo a punto de aprovechar un buen centro de Juanjo.

Tras el descanso, con el carrusel de cambios, el encuentro perdió calidad, porque intenso no lo fue nunca. Willy disparó al muñeco nada más reanudarse el juego, poco antes de que Jorge Molina volviera a batir a Mateo tras revolverse en el área.

Salieron Roque Santa Cruz y más tarde Rubén Castro y el Algeciras no sabía por dónde le venían los tiros. Al '24' del Betis le anularon un gol nada más pisar el césped. Lo marcó el paraguayo, en el 78', ante un Algeciras al que ya le pesaban las piernas, una pésima noticia cuando enfrente tienes un equipo que milita tres escalones por encima. A poco del final Rubén Castro cerró el marcador con un tanto de espuela que estuvo a punto de sacar Marcelino.

Después los chavales invadieron el campo, en busca de un recuerdo de sus ídolos verdiblancos. Los algeciristas se marcharon orgullosos de su equipo. Llega la época d ela playa. Ya volverá el fútbol.

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