El Algeciras y Máiquez son uno

Cargado con sus dos niñas y con su mujer a la vera, Adrián Máiquez sobrellevó los anunciados nervios para pisar una vez más el césped del estadio Nuevo Mirador en su día más emotivo. El excapitán del Algeciras CF recibió ayer un homenaje por su impecable trayectoria como futbolista y como persona dentro y fuera del vestuario.

El algecirismo se rindió con afecto a Máiquez. El preámbulo del partido contra el Cabecense fue suyo. Se lo había ganado con creces desde que empezó a darle patadas a un balón y el destino le permitió que sacrificase buena parte de su juventud por la centenaria elástica rojiblanca.

La afición ovacionó a Adrián Máiquez de forma unánime y coreó su nombre. El algecireño, con casi toda su familia muy cerquita en la Tribuna, fue agasajado con varios obsequios por parte de la hinchada y la junta directiva, que le entregó una camiseta con el número 345, la cifra de partidos oficiales que disputó como albirrojo. La plantilla de Javier Viso se juntó en bloque para tomarse la foto de la tarde con su excompañero y para muchos amigo.

Máiquez, siempre con su hija más pequeña en brazos, saludó a las gradas, con una sonrisa, con esa timidez que le acompaña cuando viste de paisano, al contrario del coraje espartano que siempre mostró dentro de un terreno de juego. El saque de honor desde el centro del campo significó la rúbrica de un binomio para siempre: el Algeciras y Máiquez son uno.