Una fecha imprecisa

21 de diciembre 2025 - 03:07

Aunque ahora el 25 de diciembre es día de gran celebración en buena parte del mundo cristiano, no siempre fue así. La fecha de la Navidad fue establecida en el siglo IV por el papa Julio I en connivencia con el emperador Constantino el Grande (el primero en legalizar el cristianismo en el Imperio Romano).

En los textos sagrados, los Evangelios de Mateo y Lucas, se afirma que Jesús de Nazareth nació en un pesebre de Belén, una pequeña aldea de Oriente Próximo, y que su llegada fue anunciada por un ángel. No obstante, en ninguno de ellos se especifica el día exacto del nacimiento que, si acaso, y a juzgar por las descripciones evangélicas, debería corresponderse con la estación de la primavera ya que se menciona que los pastores tenían a los rebaños al aire libre, algo imposible en invierno en una región como Palestina. En aquellos tiempos la celebración de la Navidad no era algo que preocupase demasiado a los primeros cristianos para los cuales tenía mucho más peso la Pascua que representaba la resurrección de Jesucristo y constituía el factor diferencial más importante del cristianismo, el cual por aquel entonces era considerada más una separación de la ortodoxia judía que una religión en sí misma.

Alrededor del siglo II, cuando los cristianos eran ya una comunidad organizada –aunque todavía perseguida– empezó a surgir la idea de celebrar la natividad de Jesús. Constantino aprovechó la coexistencia de varias festividades paganas que tenían lugar a finales de diciembre en territorio romano (la mayoría vinculadas al solsticio de invierno), para superponerlas a la Navidad y facilitar la conversión de los paganos a la religión cristiana al asociarla con las fiestas populares celebradas a la vez: las Saturnales y el Sol Invictus (culto a la divinidad solar asociado al nacimiento de Apolo). El emperador buscó el apoyo del papa Julio I que, muy sagazmente, separó la Navidad de la Epifanía (6 de enero) para “fagocitar” las fiestas paganas y forzar a los romanos a adherirse al cristianismo. Quizás haya que buscar en el moderno gusto por saraos, comilonas y serenatas el rastro de los excesos y el desenfreno de las Saturnales. Aún es posible encontrar la Navidad el 6 de enero en las iglesias ortodoxas del Este de Europa o algún país africano (Etiopia).

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