'Los Albertos' ya están a bordo
El preparador físico y el portero participan con ilusión en su primera sesión. Sergio Molina, 'ok'
Año nuevo, caras nuevas. La Real Balompédica regresó ayer al trabajo y lo hizo con la novedad de la presencia de los Albertos: Muñoz (el preparador físico) y Martínez (el nuevo portero albinegro) y, lo que puede que sea aún más importante, con un Sergio Molina que se entrenó con absoluta normalidad con el grupo y que al final de la sesión le daba el ok al entrenador, Julio Cobos. Mucho deben cambiar las cosas para que el malagueño no reaparezca el próximo domingo (12:00) ante el Badajoz. Otra cosa es que después de una ausencia tan prolongada como la suya lo haga o no como titular.
Alberto Muñoz y Alberto Martínez parecían ayer esos alumnos que se incorporan a un nuevo centro educativo después de las Navidades. Por un lado un tanto cohibidos, por otro, tremendamente ilusionados. El primero ya tuvo oportunidad de dirigir algunos ejercicios de la primera plantilla de la Balona, que ayer se ejercitó en el peor de los campos de césped artificial de la Ciudad Deportiva. El segundo defendió el marco durante un buen rato en el partidillo que llevaron a cabo los pupilos de Julio Cobos y tuvo oportunidad de dejar muy buenas sensaciones. El espigado cancerbero pucelano llega decidido a hacer olvidar la marcha, un tanto fuera de protocolo, del guadiareño Jesús Godino.
El cancerbero participó en su primera sesión de trabajo incluso antes de estampar su firma en el contrato y sin que el club haya hecho pública aún su contratación, desvelada por este periódico el pasado día 31.
El almeriense Alberto Muñoz, de 29 años, admite que como futbolista no pasó de aficionado y mediocre, así que sus méritos llegan desde que comenzó a prepararse para su actual función. Aún estaba en la facultad cuando ya se vinculó a las categorías inferiores del Granada y después regresó a su tierra natal para colaborar con el primer equipo juvenil, para poner rumbo a la Fundación Marcet (un programa de alto rendimiento para futbolistas). El curso pasado se vinculó al Marbella el tiempo que estuvo como entrenador Miguel Álvarez y esta temporada trabajaba con el Huércal-Overa, del grupo XIII de Tercera.
"De repente un día me llamo Rafael [en referencia a Raffaele Pandalone] y no me lo dudé", cuenta después de una primera sesión de la que tampoco quiso sacar muchas conclusiones. "Ahora me toca hablar con los jugadores de manera individual, para saber cómo se han encontrado en lo que ya se ha disputado de Liga y a partir de ahí toca trabajar día a día".
Alberto Muñoz entiende que su llegada con la primera vuelta finalizada no es un obstáculo. "En el fútbol no se puede planificar a largo plazo, porque mandan los resultados", dice.
En las últimas semanas, e incluso como telón de fondo de su incorporación y de la salida de su predecesor, José Carlos Jiménez Mane, está el rendimiento de los albinegros en las segundas partes, sobre todo desde mediados de noviembre. "Es algo que me han comentado, pero todo se puede solucionar, no hay nada imposible".
"Ahora se trata de ir trabajando, de que el ritmo de entrenamiento vaya subiendo cada día y seguro que si los resultados acompañan todo ayudará al equipo, porque el aspecto psicológico también es importante", concluye.
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