El desayuno es una comida muy importante, ya que la tomamos después de un largo período de ayuno y nos aportará la energía necesaria para rendir durante el día. 'Saltárselo' o ingerir en él alimentos que no sean del todo adecuados podría traducirse en una menor productividad durante la mañana. Además, las ganas de acudir a un snack poco saludable podrían hacer acto de presencia en las horas siguientes. Estos hábitos, si se mantienen en el tiempo, podrían repercutir de manera negativa en nuestra salud.

Por lo tanto, es muy importante que en esa primera comida del día, con la que romperemos un ayuno que comenzaría en la cena, se consuman alimentos saludables y nutritivos. Aunque cuándo se ingiera el desayuno también podría tener un impacto mayor en nuestra salud del que podríamos pensar.

El horario del desayuno, en muchos casos, viene marcado por la hora a la que comienza nuestro trabajo. Si debemos estar en la oficina a las 8 de la mañana, nos levantaremos pronto para tener tiempo de ingerir esa primera comida del día. Si, por el contrario, nuestra jornada arranca unas horas más tarde, seguramente no tengamos tanta 'prisa' para desayunar y aprovecharemos para estar más tiempo en la cama.

Aunque después de leer las conclusiones del estudio dirigido por científicos del ISGlobal de Barcelona y publicado en la revista International Journal of Epidemiology, puede que cambien su hora de desayunar hasta las personas que, por el horario de su trabajo, no deben madrugar en exceso. Y es que esta investigación apunta que quienes consumían la primera comida del día después de las 9 de la mañana tenían un mayor riesgo de padecer diabetes, comparado con los que lo hacían antes de las 8.

Estos son los alimentos que deben formar parte de un desayuno saludable

La hora a la que desayunemos podría ser importante, como se puede deducir tras leer los resultados de este estudio, aunque los alimentos que se ingieran en él también influirán positivamente (o negativamente) en nuestra salud. Como apuntan desde CuerpoMente, en esta primera comida del día debemos ingerir todos los macronutrientes, algo que es más fácil de conseguir si priorizamos los alimentos salados.

El huevo, por ejemplo, sería una opción muy interesante para conseguir las proteínas que se requieren, así como el pan integral para los carbohidratos. El aceite de oliva, los frutos secos o el aguacate podrían proporcionarnos las grasas saludables.

La fruta también podría tener cabida en el desayuno, pues la fibra que nos aporta nos ayudará a realizar la digestión y a prevenir el estreñimiento. La manzana, el plátano, la fresa o la pera son algunas de las más ricas en este nutriente.