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El tiempo para el puente en el Campo de Gibraltar

El Santito de Algeciras. Un santo rojo

Tierra de Fronteras

Antonio Mena Vicario fue uno de los mas de 600 prisioneros de guerra que murieron realizando trabajos forzados en la comarca entre 1939 y 1943

Había sido uno de los soldados republicanos que huyó a Francia durante la ofensiva franquista sobre Cataluña

Los curas del Campo de Gibraltar perseguidos por el franquismo en 1969

Imagen de Soldado Antonio en referencia a Antonio Mena Vicario junto con otras vírgenes y santos. / E.S.

Antonio Mena Vicario, el conocido como el santito de Algeciras, o el soldado, nació en diciembre de 1919 en Algeciras, en uno de los muchos patios de la algecireña calle General Castaños. Al iniciarse la guerra civil estaba viviendo en la calle Sevilla de Tánger con sus padres. Su familia, como muchas de la época, emigraron en 1926 a Tánger en busca de una mejor vida, sus padres Rafael Mena y María Vicario, se dedicaban a la repostería y panadería, y allí en una ciudad de oportunidades como era el Tánger internacional abrieron la Confitería Mena. Con 19 años, cuando fue llamado a filas, ya era de profesión confitero, como su padre.

Al comenzar la guerra civil, se presentó al consulado de España en Tánger, consulado que estaba en poder del gobierno de la segunda república, fue movilizado y alistado al ejército de la República. Pertenecía al reemplazo de 1940, el conocido como la Quinta del Biberón. Así se denominó a los que fueron movilizados en los últimos meses de la guerra, específicamente en los meses finales de 1938 y los primeros de 1939. Estos jóvenes, que apenas habían cumplido los 16 años cuando comenzó la guerra en 1936, fueron llamados a filas debido a la necesidad de reforzar las tropas republicanas en un momento crítico del conflicto.

Pocos meses estuvo en la guerra, ya que fue movilizado a finales de 1938, pero sí sabemos que perteneció a la 177 Brigada del ejército republicano, y combatió en los frentes de los Pirineos. La 177ª Brigada Mixta se formó en Cataluña el 30 de abril de 1938. Una vez instruida la unidad fue utilizada como reserva general en la batalla del Ebro, sin llegar a intervenir. Antes de la ofensiva franquista sobre Cataluña se destinó a cubrir el sector de Sort, en el Pirineo Catalán, donde no pudo sostener sus posiciones e inició un repliegue hacia la Sierra del Cadí, cerca de la frontera de Andorra. Muchos de los soldados de esta Brigada Mixta cruzaron huyendo a Francia, entre ellos Antonio Mena, posiblemente en los primeros días de 1939.

Mapa de 1962, donde se puede apreciar el Cortijo El Puerto o Los Puertos y la pista militar de El Xabal / E.S.

Mena Vicario fue uno de los soldados que habían huido a Francia y que volvieron progresivamente a España los meses posteriores al fin de la guerra, haciendo caso al mensaje de Franco que decía que: "aquellos que no tuviesen las manos manchadas de sangre podían volver sin problemas a España". Eran, sobre todo, soldados republicanos que habían pasado la frontera en la retirada, y personas que habían huido de los pueblos por miedo, pero que no habían tenido responsabilidades durante la República, aproximadamente, unas 300.000 personas de las 480.000 que habían atravesado la frontera. Esta fue una de las vías por las que un gran número de personas cayó en la red represiva del franquismo. Las otras dos fueron las de los soldados republicanos hechos prisioneros o presentados a las fuerzas franquistas en territorio peninsular: unos 500.000 al final de la guerra y que protegían las convenciones internacionales, pero que, de la noche a la mañana, fueron convertidos en presos políticos, e internadas en campos de concentración y clasificación, de esta forma el régimen franquista separaba a los supuestos culpables en ejecutados, encarcelados u obligados a trabajos forzados. A lo largo de 1939, cerca de 500.000 españoles pasaron por la red de más de un centenar de campos de concentración distribuidos por toda España, sufriendo unas miserables condiciones de vida y unas humillantes políticas de reeducación para el nuevo estado franquista. La España de la postguerra se convirtió en un enorme campo de concentración. Otra de las vías sería la de los detenidos por los cuerpos policiales o parapoliciales, por haber participado en el régimen republicano, o por el simple hecho de ser denunciados por algún vecino “de orden”. Unas 300.000 personas tuvieron juicios sumarísimos. Mas de 2.000 en el Campo de Gibraltar.

Todos los hombres en edad militar que habían pertenecido al ejército republicano, y que no consiguieron avales de las nuevas autoridades franquistas, debieron pasar por los batallones disciplinarios de trabajadores, un eufemismo de campos de concentración, donde en condiciones infrahumanas, y a base de trabajos forzados se reeducaba en la nueva España a los rojos. En este grupo fue incluido Antonio Mena, uno de los 500.000 hombres que pasaron por la red de campos de concentración y batallones disciplinarios. Mena fue enviado al Campo de Gibraltar, uno más de los 30.000 prisioneros que poblaron la comarca entre 1939 y 1943. En esta comarca se aglutinó el mayor número de prisioneros de toda España, organizados en más de 40 unidades disciplinarias. Los trabajos más duros; construcción de pistas, descarga y acarreo de materiales, construcción de búnkeres y distintas tipologías de fortificaciones militares y toda una red de caminos y carreteras fueron hechas con el esfuerzo y trabajo de esta mano de obra en condiciones de semiesclavitud.

Él fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 10, a principios de diciembre de 1941, tras pasar unos días en el Campo de Concentración Miguel de Unamuno en Madrid, como era preceptivo. Desde allí sería clasificado como desafecto al régimen. Era un simple afiliado al sindicato anarquista (CNT) como la gran mayoría de los trabajadores. Fue enviado a la tercera compañía del Batallón en el Campo de Gibraltar. Este batallón pasó por los siguientes lugares haciendo trabajos de fortificación (construcción de búnkeres en su zona de influencia) y en la mejora, ampliación y construcción de nuevos caminos; El Corchadillo (Los Barrios), Punta Mala (San Roque), LosPuertos y Zabal Alto (La Línea).

Antonio Mena se incorporaría a finales de diciembre de 1941 al batallón. En esa fecha, la compañía a la que estaba destinado, la tercera, estaba mejorando y construyendo la denominada en aquella época pista militar de El Xabal y otros caminos y pistas menores, situándose el campamento de este batallón en el Cortijo Los Puertos (también lo encontramos con la denominación de Cortijo El Puerto), además de los bunkers de la zona, sobre todo los de línea de playa cercana (los muchos que pueblan Sierra Carbonera fueron hechos por otros batallones disciplinarios). Poco tiempo estuvo sufriendo las condiciones inhumanas del batallón, que eran comunes a todos los batallones disciplinarios, apenas dos meses aguantó las penurias y la falta de comida y pésimas condiciones de vida.

Telegrama postal militar acreditando el fallecimiento de Antonio Mena Vicario / E.S.

Mena Vicario fue uno de los mas de 600 prisioneros (todos documentados) que murieron en los batallones de la comarca entre 1939 y 1943. Muchos de ellos de muertes violentas, bastantes por las durísimas condiciones de trabajo y la falta de una alimentación mínima. En algunos casos sus enterramientos están documentados y fueron comunicados a sus familiares (sobre todos los que murieron en el Hospital Militar de Algeciras), en otras, sabemos por testimonios orales, que en los campos de esta comarca hay muchos de los que murieron de forma violenta, enterrados en cualquier lugar, en fosas comunes, sin ningún tipo de documentación, ni conocimiento de los familiares.

Los presos republicanos encuadrados en los batallones de trabajadores tenían una falta de alimentación tan importante que fue la base de muchas de las muertes en estas unidades disciplinarias, entre ellas la de Mena Vicario. Los prisioneros, debido al hambre, comían todo lo que encontraban en los campos de alrededor del campamento; lagartos, caracoles crudos, hormigas, muchos tipos de insectos, y también cualquier seta o hierbas, muchas de ellas no comestibles, incluso agua en mal estado. En esta situación cayó enfermo y en poco menos de dos semanas murió por obstrucción intestinal, el 3 de febrero de 1942. En muchos casos, con una alimentación adecuada se hubiese quedado en una gastroenteritis, pero en la situación de debilidad en la que estaban, causaba en muchos casos la muerte.

Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores nº 10.  Con una X los meses que estuvo Antonio Mena en dicho batallón / E.S.

Fallecería en el Hospital Militar de Algeciras. Aunque en la documentación que hemos manejado sobre él no aparece la causa, en muchos casos sabemos que el consumo de un tubérculo llamado popularmente cebolla albarrana (Drimia maritima), por el que murieron muchos prisioneros, causa una severa obstrucción intestinal. La cebolla albarrana es usada en zonas rurales como raticida y se conocen algunos usos medicinales desde época morisca, para la sarna o para la viruela.

Los miles de prisioneros republicanos se convirtieron en una inmensa fuerza de trabajo, que el régimen franquista, sin apenas costes rentabilizó y le saco el máximo partido.

Las diversas denominaciones (destacamentos, colonias, batallones de trabajadores, batallones disciplinarios, batallones disciplinarios de soldados trabajadores, batallones de soldados penados, etc.) no fueron más que eufemismos que el régimen utilizó para designar de manera suave lo que en realidad no eran sino campos de concentración, campos de trabajo forzado. En esencia, no había ninguna diferencia entre unos y otros. Su base era una curiosa paradoja: “lo que los rojos han destruido, los rojos deben construirlo”.

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