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El tiempo para el puente en el Campo de Gibraltar

El proyecto de creación de una provincia con capital en Gibraltar

TIERRA DE FRONTERAS

La provincia de Gibraltar incluía 28 términos municipales de la antigua provincia de Málaga y 13 de la provincia de Cádiz, incluyendo los siete de la comarca del Campo de Gibraltar

El cierre de la frontera en 1969: incidentes y primeras reacciones

Copia de los telegramas entre el presidente de la Diputación Provincial de Cádiz y el alcalde de Algeciras. / E.S.

Ha llegado al conocimiento del pueblo gaditano, y por lo tanto de sus autoridades, que el Gobierno se propone tomar una importante y, a nuestro juicio, dicho sea, con el respeto debido, desafortunada decisión sobre la provincia gaditana. Así comienza la carta enviada desde Cádiz al ministro de Gobernación por el presidente de la Diputación provincial de Cádiz, Fernando Jorge Portillo Scharfhausen, Miguel Primo de Rivera y Urquijo, alcalde de Jerez de la Frontera, Jerónimo Almagro, alcalde accidental de Cádiz y varios procuradores a cortes, expresaban a través de este escrito su rechazo, y su profundo sentimiento de malestar por los planes del gobierno franquista de crear una nueva provincia, tomando como base parte del territorio de la provincia de Cádiz y de Málaga, y que tendría su capitalidad en el Campo de Gibraltar. Un 19 de febrero de 1969 comenzaba una ofensiva desde Cádiz capital para frenar el proyecto que iba a ser aprobado pocos días después en el Consejo de ministros franquistas.

La nueva provincia de Gibraltar

Los documentos no dejan margen de duda, la nueva provincia de Gibraltar nace en el contexto de la reivindicación española del Peñón, incluso llamaría a denominarse con el significativo nombre de Gibraltar. Este plan se revelaba como el arma más directo y eficaz para la transformación que la política española perseguía en el Campo de Gibraltar.

La provincia de Gibraltar lo constituirán 28 términos municipales de la antigua provincia de Málaga ( Manilva, Estepona, Casares, Cortes de la Frontera, Gaucín, Genalguacil, Benarrabá, Ronda, Arriate, Montejaque, Benaoján, Jimera de Libar, Cuevas del Becerro, Igualeja, Parauta, Juzcar, Atajate, Jubrique, Benalauria, Benadalid, Algatocín, Alpandeire, Pujerra, Cartajima, Benahavis, El Burgo, Junquera y Casarabonela), y 13 de la provincia de Cádiz ( los siete de la comarca del Campo de Gibraltar, Algeciras, La Línea, San Roque, Tarifa, Los Barrios, Jimena de la Frontera, Castellar de la Frontera, más Ubrique, Villaluenga del Rosario, El Bosque, Grazalema y Benaocaz).

Zonas cedidas por la provincia de Málaga a la nueva provincia de Gibraltar. / E.S.

Le quitaba a cada provincia 1920 y 1866 kilómetros cuadrados respectivamente. En cuanto a la población se nutriría de 88.488 habitantes de la antigua provincia de Málaga y 199.939 de la de Cádiz. En total la nueva provincia estaría integrada por 41 términos municipales con una superficie territorial de 3786 kilómetros cuadrados y una población de 287.427 habitantes, siendo su densidad de población mayor que la media española de la época, 75 habitantes por kilómetro cuadrado. Superaría en extensión a cuatro provincias (Álava, Guipúzcoa, Tenerife y Vizcaya) y tendría mas población que nueve provincias (Álava, Ávila, Guadalajara, Huesca, Logroño, Palencia, Segovia, Soria y Teruel).

La capital de la provincia estaría radicada en la nueva ciudad de Gibraltar, futuro centro comercial e industrial de importancia mediterránea, con su gran puerto de Algeciras-La Línea, y su hinterland industrial escalonado sobre el arco de la Bahía de Algeciras.

Los actuales términos municipales de Algeciras, Los Barrios, San Roque y La Línea quedarían articulados como barrios de la ciudad de Gibraltar, unificados administrativamente y regidos por un solo ayuntamiento.

Propuesta económica para la nueva provincia

El planteamiento económico giraba en torno a un gran puerto comercial, y un cinturón industrial, extendido tras él a todo lo largo del arco de la Bahía de Algeciras, en cuyo centro se situaría la refinería de puente Mayorga, que estaba destinado a ser el símbolo del futuro gran Gibraltar, y buque insignia del Plan de desarrollo que se estaba implementando desde hacia unos tres años.

También se hablaba de la zona turística que se debía extender de Sotogrande al río Guadalmina, con capitalidad natural en Estepona, que debía ser la prolongación de la ya célebre Costa del Sol malagueña. Ya en esos momentos, Sotogrande contaba con uno de los mejores clubs de golf del mundo.

Como zona agrícola se planteaba la serranía de Ronda, y sus aledaños, donde recaería la zona agrícola, ganadera y forestal. Y ya comenzaba a hablarse de que el eje fundamental de comunicaciones y económico de la nueva provincia, que debía ser el ferrocarril y la carretera de Ronda a Algeciras.

Para el franquismo, la creación de la nueva provincia de Gibraltar, significaba la decisión de llevar a cabo hasta sus últimas consecuencias, la política de recuperación iniciada con el Plan de desarrollo, la nueva provincia suponía una situación irreversible, que debía ser la base para el lanzamiento de nuevas y más intensas operaciones. Incluso era un intento de influir en la opinión publica mundial y sobre todo en la española, reavivando las expectativas creadas en torno al Plan de desarrollo, y en general sobre la política seguida por el gobierno franquista sobre la cuestión gibraltareña. La creación de la provincia se convertía en un paso determinante en la pugna contra los ingleses por el Peñón, y se debía convertir en un permanente estímulo.

Esta nueva provincia debía ser el paso definitivo para la regeneración de la comarca, incidiendo los informes franquistas en que la aparición de organismos y servicios provinciales, con su aporte material y personal, contribuiría al desarrollo integral de la zona, más con el firme apoyo de la administración central. El nuevo status provincial se debía convertir en un poderoso imán para atraer inversiones tanto públicas como privadas, tanto nacionales como extranjeras.

Se pretendía que la creación de una provincia en la comarca, con su capital y un gran puerto comercial en Algeciras-La Línea, constituyesen a la larga, frente a un Peñón en decadencia irreversible, una opción para los gibraltareños lo suficientemente atractiva como para modificar su disposición actual.

La opinión de los militares

Las consideraciones militares que provenían del Gobierno Militar del Campo de Gibraltar, también incidían en la idoneidad de una nueva provincia con capitalidad en Gibraltar, marcando la necesidad de un mando militar único, pero en los aspectos marítimos planteaba que para la futura provincia se debía contar con la ciudad de Ceuta, ya que para ellos se trataba del puente de unión con esta zona.

Zonas cedidas por la provincia de Cádiz a la nueva provincia de Gibraltar. / E.S.

El ambiente “autonomista” de esta comarca, a lo largo de la historia, era también señalada por los informes del Gobierno Militar, citando como antecedentes; la jurisdicción militar, marcada por Decreto de 24 de julio de 1942, la junta Especial de Protección de Menores en el Campo de Gibraltar, Decreto de 22 de octubre de 1954, el Consejo de protección Escolar del Campo de Gibraltar, por Decreto de 18 de febrero de 1955, o el antecedente más cercano, la Orden de 4 de marzo de 1966, cuando se crea la Comisión de Dirección para el Desarrollo Económico y Social del Campo de Gibraltar. Esta Comisión estaba presidida por el Comisario Adjunto del Plan de Desarrollo y el General Gobernador del Campo de Gibraltar.

Incluso geográficamente dividía la provincia de Cádiz en dos comarcas: “La llanura gaditana” y “El Campo de Gibraltar”, y también justificaba la inclusión en la futura nueva provincia de Gibraltar la zona de la Serranía de Ronda y otros territorios de la provincia de Málaga. Todo un intento de pseudogeografía para intentar justificar la conveniencia de la unión geográfica y política de ambas partes de las provincias de Cádiz y Málaga, de la que afirmaba que podía perfectamente formarse una nueva provincia española, “si así conviene a los intereses nacionales, como solución perfectamente natural y armónica”.

La oposición al proyecto se gestó desde la capital de la provincia de Cádiz. Quizás el mayor artífice sería Fernando María Castiella, diplomático y ministro de Asuntos Exteriores. Los alcaldes del Campo de Gibraltar, encabezados por Rafael López Correa, alcalde de Algeciras, Pedro Hidalgo Martín, alcalde de San Roque y procurador en las Cortes y Pedro Alfageme González, alcalde de La Línea, con el apoyo de todos los alcaldes de la comarca.

Meses más tarde, el dictador haría el reajuste más amplio de su mandato, de un total de dieciocho ministros se produjeron trece cambios. Entre esos cambios el mayor artífice de creación de la provincia de Gibraltar, el que fuera ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María Castiella. El nuevo gabinete de los "tecnócratas", significó que la mayoría de los nuevos ministros eran pertenecientes o simpatizantes del Opus Dei.

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