Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De facilidades
Las Fuerzas Armadas Británicas en Gibraltar han dado a conocer este miércoles, 5 de marzo, un nuevo episodio de desafío por parte de la Royal Navy, que ha llevado a cabo maniobras militares en aguas del Estrecho que, según el Gobierno español, no forman parte de la soberanía británica. Estas maniobras, coordinadas por el Escuadrón de Gibraltar de la Royal Navy, se han realizado en el área adyacente al Peñón, en lo que parece ser una acción más de demostración de poder por parte de Londres, sin tener en cuenta las reclamaciones de España sobre las aguas que rodean la roca.
Según el Tratado de Utrecht de 1713, que cedió Gibraltar al Reino Unido, el acuerdo no incluye las aguas adyacentes al Peñón dentro de la soberanía británica. Sin embargo, el Reino Unido, respaldado por las autoridades gibraltareñas encabezadas por el ministro principal Fabián Picardo, continúa insistiendo en que dichas aguas forman parte de su jurisdicción, una postura que ha sido rechazada históricamente por España.
El ejercicio, en el que participaron diversas embarcaciones, como el patrullero HMS Dagger y varias lanchas de las autoridades gibraltareñas, se llevó a cabo bajo la excusa "de entrenar en maniobras de navegación y protección de activos". A pesar de la justificación técnica, este tipo de despliegues en aguas internacionales, rodeadas por las costas españolas, no son una simple actividad de entrenamiento, sino una provocación constante en el contexto de las relaciones bilaterales.
Este incidente no es aislado. Forma parte de un largo pulso diplomático entre España y el Reino Unido, que en los últimos meses ha cobrado mayor relevancia debido a la incertidumbre sobre el futuro de Gibraltar tras el Brexit. A la constante disputa sobre las aguas, se suma la creciente tensión en la Verja, donde los trabajadores españoles que cruzan diariamente a la Roca viven con la incertidumbre de la situación laboral y las medidas de control en el paso fronterizo.
La actitud de la Royal Navy, con este tipo de maniobras y exhibiciones de poderío militar, no hace más que aumentar la desconfianza en la comarca del Campo de Gibraltar. Para España, que defiende su soberanía sobre las aguas adyacentes a Gibraltar, la presencia de las fuerzas británicas en esta zona es un constante recordatorio de la falta de resolución en la disputa.
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