El ganado como herramienta para regenerar el suelo

El equipo de gobierno que lidera Juan Casanova planea el futuro desarrollo económico del pueblo de Castellar siguiendo dos modelos diferentes. El tradicional llegará -tras la compra de la finca de la Cierva y La Guillena- de la mano del grupo Zagaleta. "Todavía están intentando aclarar qué modelo de urbanización quieren seguir. Hemos mantenido alguna que otra conversación y parece ser que harán un desarrollo similar al que ya han hecho en Benahavis, con chalets de lujo diseminados. Cuando lo presenten y se inicie, sin duda será un foco de generación de empleo", explica el alcalde de IU.

Pero Casanova tiene puestas sus ilusiones en otra idea que necesariamente requerirá de la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente, del que depende la sociedad pública Almoraima.

El alcalde de Castellar quiere hacer uso de algunos de los terrenos de la finca para llevar a cabo una estrategia conocida como manejo holístico del ganado ideada por el ecologista y agricultor Allan Savory para regenerar los suelos.

Este estudioso observó que en un hábitat como el de la sabana los herbívoros siempre caminan juntos para defenderse de la amenaza de los depredadores. Esto les obliga a mantenerse en un mismo grupo, a comer la hierba que les gusta y la que no, al tiempo que la van abonando. "Savory demostró que al año siguiente la hierba estaba más alta y comenzó a defender la teoría de que los herbívoros son los principales regeneradores de la tierra, que enriquecen con la incorporación de más materia orgánica en descomposición", explica.

Casanova señala que en el Campo de Gibraltar, y más concretamente en el Parque Natural Los Alcornocales, lo que se ha hecho tradicionalmente es colocar al ganado en una cerca, donde las reses han comido la hierba que querían y la que no ha seguido creciendo obligando a realizar trabajos de poda que añaden nuevos gastos. "Lo que nos propone Savory es que metamos 100 vacas en una hectárea durante un tiempo y luego las cambiemos, es decir, que usemos al ganado como herramienta de recuperación del suelo", detalla el alcalde de Castellar, muy intereado en esta teoría.

Casanova cree que esta podría ser una solución a la seca o al cambio climático, y que lo único que habría que hacer es disponer de más animales en el terreno para conseguir que el suelo recupere lo que ha perdido.

"Lo que quiero es ver si somos capaces de mejorar el suelo, y así le damos más vitalidad a los árboles para que cuando venga la bacteria que origina la seca los encuentre más fuertes. Considero que mejorando el suelo mejoramos la biodiversidad del ecosistema, tendremos más hierba, habrá más ganado y el corcho será de mejor calidad.

Casanova quiere implicar en este proyecto a la Universidad de Sevilla, que sería la encargada de ir recogiendo datos, y a los propietarios de La Almoraima, ya que necesita de una de las fincas de la que se saca el corcho cada año para poner en marcha el proyecto. "Teniendo en cuenta que el desarrollo de las tres últimas sacas ha disminuido en un 40% el corcho extraído, si fuésemos capaces de sacar la misma cantidad de la última vez cuando pasen los nueve años y volvamos a esa finca podríamos aumentarla. Harían falta ganaderos que muevan el ganado y el número de cabezas de La Almoraima podría duplicarse o triplicarse en unos años. Todo esto provocaría una gestión más rentable, porque se sacaría más corcho y el bosque necesitaría menos dinero".

Este ambicioso proyecto no solo supondría una mejora del suelo, según Casanova, sino que la actividad económica que genera fijaría a la gente en el territorio. "De este modo podríamos aspirar a ser algo más que jardineros y camareros y así diversificamos la actividad productiva", añade.

Los proyectos agrícolas de Casanova van mucho más allá, y para conseguirlos propondrá a los responsables de La Almoraima la cesión de las 35 hectáreas que están ubicadas junto a la finca de Los Cuarteles, dedicadas al regadío, y llevar a cabo una experiencia en la que convivirían de igual modo ganadería y agricultura.

"En los últimos decenios la ganadería ha estado estabulada y allí se le daba de comer, mientras que a la agricultura le echamos los complementos que necesita. Si cogemos a los animales y a las plantas y los ponemos juntos no tendremos que echar nitratos ni pesticidas porque los propios animales se van comiendo la hierba y van echando el abono. Esas dos vías son las que queremos seguir", argumenta el alcalde.

El círculo se completa con el proyecto de acuaponía, un sistema sostenible de producción de plantas y peces que combina la acuicultura tradicional.

Casanova recuerda que hay promotores privados interesados en poner en marcha esta iniciativa, pero que están a la espera de poder acceder a fondos europeos para aminorar la inversión para sacarlo adelante.