El parqué
Continúan los máximos
Cuentos de estío: animales felices
Justo antes de la salida hacia la autopista pararon. Hacía calor, el asfalto parecía temblar en la distancia, los coches ardían y las chapas ofrecían un reverbero de horizonte que angustiaba... al final del carril de incorporación, el cielo era celeste atravesado por ráfagas de nubes; una bolsa de plástico blanca se cruzó y todo volvió a lo cotidiano, entonces se abrió la puerta trasera del vehículo. Alguien sacó al bodeguero del coche y cerró rápidamente. El perro, sobre el alquitrán, pareció confuso un instante; después enseñó la lengua, entre divertido y acalorado, se acercó un poco y posó las patas delanteras sobre la portezuela, sólo un instante, porque el coche reinició su rodar hacia el tráfico y se vio obligado a bajarlas. Regresó la confusión, caminaba a la vera de los suyos pero se le iban y comenzó a correr, y el coche aceleraba y el perro ya galopaba detrás, y el coche se iba y el animal daba zancajazos desesperado distanciándose inexplicablemente, abandonado, como quien corre tras la vida y ve que no la alcanza, como quien entiende que no lo quieren y corre y corre y corre con todo su porte atlético de perro cazador...
Cuando la familia alcanzó la autovía, el perro aún recorría angustiado la carrilera de aceleración.
También te puede interesar
Observatorio de La Trocha
La conservación de nuestro patrimonio (I): Un alfar de cerámica romana en Algeciras y la iglesia de Santiago, en TarifaReconciliación: Las memorias del rey Emérito
Cuando Juan Carlos I propuso a Isabel II que Carlos y Diana visitasen Algeciras, "una bonita ciudad portuaria", en su viaje de bodasLo último
Contenido patrocinado por Covap
Covap reduce más de un 18% la huella de carbono en cada litro de la leche de vaca que produceContenido patrocinado por Cibervoluntarios
YoConecto: una forma sencilla y gratuita de aprender y usar la tecnologíaEl parqué
Continúan los máximos
No hay comentarios