Coronavirus

Las iglesias reabren con aforo limitado y distancia de seguridad

Juan José Marina ofrece la comunión a una feligresa en la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, en Algeciras.

Juan José Marina ofrece la comunión a una feligresa en la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, en Algeciras. / Erasmo Fenoy

La misa de doce en la parroquia de Nuestra Señora de la Palma roza su fin. Juan José Marina se dirige a la treintena de feligreses que ocupan los bancos de forma alterna en el templo. "La paz del Señor esté siempre con vosotros", proclama, a lo que los feligreses responden: "Y con tu espíritu".

Y Marina se salta entonces deliberadamente el verso en que habitualmente pediría a los asistentes que se dieran la paz. En ese momento, las miradas se cruzan entre quienes ocupan los bancos, con mascarillas y guantes, junto con gestos de asentimiento y complicidad.  

La imagen se produce en la principal parroquia del centro de Algeciras pero se repite por el resto de iglesias de todo el Campo de Gibraltar. Es parte de la transición a la nueva normalidad en la que los templos religiosos ya pueden atender oficios desde este lunes con relativa semejanza a como lo venían haciendo antes de que se desatara la pandemia de coronavirus

El plan de desescalada establecido por el Gobierno contempla la apertura de los templos con un tercio de su aforo, que subirá a la mitad en la segunda fase, la intermedia, que arrancará el 26 de mayo siempre y cuando la provincia cumpla con los parámetros sanitarios.  

En el caso de La Palma, la iglesia ha pasado de tener un aforo de 75 personas frente a las 300 que habitualmente cabían contando con los laterales, según explica el sacristán del templo. Desde el lunes, Marina ha ofrecido ya varias misas con las nuevas normas en las que ha contado con unas treinta personas en las de mediodía y rondando la veintena en el primer oficio de la mañana. En este templo, las misas son a las 9:00, 12:00 y 19:00.

"Tener por fin las puertas abiertas supone un signo de normalidad, aunque haya que adaptarse a las normas como ocupar las marcas fijadas en los bancos para guardar la distancia. En el conjunto del Campo de Gibraltar, todos los párrocos hemos recibido con alegría este momento", destaca Marina, quien además de ser el sacerdote de Nuestra Señora de la Palma es el vicario episcopal para la comarca. 

Marina apunta que las normas de distanciamiento social son algo más difíciles de aplicar en templos pequeños, si bien la feligresía está respondiendo con comprensión. "Nos ha sorprendido a nivel general. La gente tenía ganas de ver las iglesias abiertas. No hay el mismo trasiego que antes porque por ejemplo faltan cuestiones como las catequesis que aportaban mucha actividad a las parroquias", reconoce. 

El momento de repartir la comunión también deja una potente estampa. Marina se desinfecta las manos, se coloca nuevamente la mascarilla y baja los escalones del altar para ofrecer el sacramento a quienes se arrodillan en el reclinatorio. De uno en uno y guardando una fila lo más amplia posible. 

Una mujer desinfecta los bancos de la parroquia del Carmen, en Algeciras. Una mujer desinfecta los bancos de la parroquia del Carmen, en Algeciras.

Una mujer desinfecta los bancos de la parroquia del Carmen, en Algeciras. / Erasmo Fenoy

Los bancos son desinfectados constantemente, hay disponible gel hidroalcohólico y se pide a los feligreses que entren y salgan ordenadamente. Otras medidas aplicadas y generalizadas se basan en la protección de los respiraderos en los confesionarios y, sobre todo, a un constante llamamiento a guardar las distancias en sintonía con las disposiciones de la Conferencia Episcopal.

Incluso el paso del cestillo ha cambiado: ahora no se circula entre los bancos sino que se deja en un punto fijo por el que pasan los asistentes antes de salir de vuelta a la calle. 

Al margen de los oficios, las parroquias también han comenzado a normalizar sus horarios de apertura para quien desee rezar en las capillas o desee efectuar alguna consulta. El próximo domingo será el ensayo general de la aceptación de todas estos cambios puestos en marcha para garantizar la seguridad. 

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