Coronavirus | La Línea

Confinamiento a flote en Alcaidesa Marina

  • Medio centenar de personas pasa el estado de alarma en sus yates y veleros atracados en Alcaidesa Marina

  • El grupo se organiza en una comunidad para hacer sus compras en pequeños comercios de La Línea y para ayudarse mutuamente

Deborah y Guy, británicos, en uno de los barcos atracados en Alcaidesa Marina en La Línea.

Deborah y Guy, británicos, en uno de los barcos atracados en Alcaidesa Marina en La Línea. / Erasmo Fenoy

Dentro de unos años, cuando la pandemia del coronavirus haya quedado arrinconada como un mal recuerdo en la memoria colectiva, todo el mundo podrá explicar qué hacía exactamente el sábado 14 de marzo, la víspera del día en que España entró en estado de alarma sanitaria por la enfermedad.

Medio centenar de personas de varios países contará entonces que el confinamiento les pilló en un bonito y soleado puerto deportivo de La Línea, en Alcaidesa Marina. Y que tejieron una red de buena vecindad para salir adelante.

Es la situación que se vive estos días en los atraques de Alcaidesa Marina, donde hay capacidad para unas 300 embarcaciones. A muchos de sus clientes el aviso del confinamiento les llevó a volver a sus casas, bien en España o en otros países, a la espera de poder navegar. Otro grupo optó por quedarse en sus yates y veleros y pasar en ellos la cuarentena. También hay alguna autocaravana

Ahora, cuando se ha cumplido el primer mes del confinamiento, salen a flote las historias y lazos que se han fraguado entre estos marineros. Parte de ellos se relacionan desde sus cubiertas y a través de un grupo en Facebook donde han creado una particular comunidad asamblearia en la que se mezclan franceses, ingleses, checos, alemanes o españoles. Una especie de Babel flotante en el que hay desde familias al completo a grupos de amigos e incluso quien pasa el confinamiento a solas con su barco. Deborah y Guy, británicos, son dos de los residentes en esta zona junto con Paul, también inglés, o Kevin, de Alemania. 

Paul Breenturner, londinense de 54 años y propietario del Sunrise (amanecer), tuvo claro desde el primer momento que haría el confinamiento en su bonito velero de la clase Cobin 39. "Cuando supimos del estado de alarma me quedé de piedra. Asustado, como todos. No había tiempo para casi nada, por lo que decidí quedarme aquí", explica desde la cubierta del navío, atracado en el pantalán 10.

Breenturner lleva más de cuatro años vinculado a Alcaidesa Marina y se confiesa un enamorado de La Línea y su gente. De su Mercado de Abastos, sus tapas y sus pequeños comercios. "Nos tenemos que quedar ahora en los barcos. Es como si fuera nuestra casa. No podemos pasear, pero en días como hoy (por este martes) tenemos tiempo soleado y charlamos de un barco a otro", explica el británico, a quien favorece el viento de poniente para escuchar mejor a las familias que tiene a unos 30 metros de distancia. 

Paul Beerturner a bordo del velero 'Sunrise', en Alcaidesa Marina, con Gibraltar al fondo. Paul Beerturner a bordo del velero 'Sunrise', en Alcaidesa Marina, con Gibraltar al fondo.

Paul Beerturner a bordo del velero 'Sunrise', en Alcaidesa Marina, con Gibraltar al fondo. / Erasmo Fenoy

Pronto surgió la idea de organizarse en una comunidad. Junto con Deborah, otra "vecina" de atraque, idearon la creación de un grupo voluntario en las redes sociales para informarse, resolver dudas sobre el confinamiento y organizar la compra, entre otras cosas. Alcaidesa Marina también les mantiene informados de todo lo que pueda interesar o afectar, como las normas dictadas por el Gobierno. 

"En este grupo hablamos, nos ayudamos. Yo por ejemplo tengo los contactos y teléfonos de varias tiendas de La Línea. Me gusta comprar en tiendas pequeñas y ahora las utilizamos bastantes de los que estamos aquí. Nos traen la compra a los barcos una vez en semana", detalla el marinero. 

Dicho y hecho. Breenturner puso a disposición de sus vecinos estos recursos. "No tenemos que salir así a comprar más de 60 personas. Y solo vienen cinco personas con sus guantes, mascarillas y todo lo necesario", compara el marinero. 

Dos personas se disponen a entregar un pedido de alimentos a una de las embarcaciones. Dos personas se disponen a entregar un pedido de alimentos a una de las embarcaciones.

Dos personas se disponen a entregar un pedido de alimentos a una de las embarcaciones. / Erasmo Fenoy

Paul insiste en que no se olvide citar ninguno de los negocios, que conste su agradecimiento a la carnicería de Carlos Pacheco, la Boutique de Antonio (que les vende frutas y verduras), la Panadería La Casita de Yolanda y Luis "con la que a veces nos llega el pan calentito incluso, mejor que ir a comprarlo" y Bebidas Kiki. "No comemos mal", resume. Les falta un proveedor de pescado. "Estamos en ello", apunta. 

Tampoco faltan al aplauso de cada tarde a las ocho desde sus cubiertas para que siga cundiendo un ambiente sano y positivo. A la vez que la palmas también suenan las sirenas de los barcos. 

De cubierta para adentro, Paul Breenturner dedica parte de su tiempo a estar en contacto con amigos de Londres, con los que cena habitualmente a través de vídeollamadas. Beerturner tiene también un pequeño espacio radiofónico en Periscope, ya que en su día estuvo dedicado al periodismo y también a narrar partidos de liga del Real Madrid y Barcelona para los canales angloparlantes de Mediapro. 

La dirección de Alcaidesa Marina explica que a sus directivos el apagón generalizado les pilló en el Salón Náutico de Ámsterdam (Holanda), donde hacían promoción junto con Marinas de Andalucía, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía y Turismo Andaluz. 

Tuvieron que volver antes de tiempo mientras que el personal que cuida y mantiene las instalaciones hace estos días un esfuerzo para que todo esté a punto y permita la normalidad para estos clientes. Los residentes en los barcos tienen a su disposición una zona con baños, duchas y una lavandería completa (lavadora y secadora) que se limpia y desinfecta a fondo. También hay servicio de wifi que se suma a la electricidad y agua para los veleros y yates, así como marinería y seguridad 24 horas

El propietario de una de las embarcaciones seca ropa al sol. El propietario de una de las embarcaciones seca ropa al sol.

El propietario de una de las embarcaciones seca ropa al sol. / Erasmo Fenoy

"Estamos muy agradecidos a la dirección de Alcaidesa Marina. A toda su ayuda y servicios, especialmente a Antonio Valbuena, su director, y a Ana Luisa Morales, que nos tiene informados. Sin ellos no habría posibilidad de ese acceso para el reparto, entre muchas otras cosas que nos hacen fácil el día a día", concluye el londinense.

Desde Alcaidesa Marina, el agradecimiento va también para esta comunidad que ha sabido adaptarse a las circunstancias. Que deja pequeños mensajes de agradecimiento no solo en el muro de Facebook, también con gestos como un post-it de agradecimiento en la puerta de un aseo o un saludo desde la cubierta.

"Alcaidesa Marina y sus clientes somos un gran equipo en el que remamos juntos para acabar lo antes posible con todo esto, para que más pronto que tarde podamos volver a darnos un gran abrazo y celebrar que juntos hemos podido vencerlo", explican en el puerto deportivo.

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