Las aduanas de Algeciras y La Línea y una tercera en Málaga o Valencia supervisarán las mercancías con destino a Gibraltar

España será la encargada de aplicar el Código Schengen en Puestos Fronterizos Designados, que podrán hallarse o no en las mismas instalaciones aduaneras actuales

La Verja de Gibraltar se libra por el momento de los nuevos controles de entrada y salida de Schengen que arrancan el 12 de octubre

Vista de La Línea y Gibraltar.
Vista de La Línea y Gibraltar. / Erasmo Fenoy

España inspeccionará todos los productos con destino a Gibraltar -que llegarán por tierra- a través de tres puestos aduaneros: Algeciras, La Línea y uno nuevo, que estará situado en Valencia o Málaga, una vez que entre en vigor el Tratado sobre el Peñón. Clara Martínez Alberola, representante de la Comisión Europea y Jefa adjunta del Grupo de Trabajo sobre el Reino Unido, desveló el pasado jueves algunos detalles del tratado acordado entre Reino Unido y la Unión Europea durante una reunión ordinaria de la Comisión de Comercio Internacional.

La funcionaria europea expuso a distintos parlamentarios europeos en qué consistirá el tratado, que dividió en dos pilares: personas y bienes, y resaltó que "aún no hay texto", pero dio pinceladas sobre qué puntos va a tratar: controles fronterizos, gestión de permisos de residencia, aumento y refuerzo de la cooperación judicial y policial, sistema de tasas equivalentes, ayudas estatales, medioambientales, derechos de los trabajadores fronterizos, blanqueo de capitales, protección de datos, el mecanismo financiero para la cohesión regional y una disposición relativa a la importación y exportación de bienes. Es aquí donde la responsable comunitaria ha deslizado algo novedoso. España gestionará todos los productos con destino a Gibraltar -que llegarán por tierra- a través de tres puestos aduaneros: Algeciras, La Línea y uno nuevo, que estará situado en Valencia o Málaga.

Todas las formalidades aduaneras pasarán por España, encargada de aplicar el acervo Schengen, según detalló. Estos puestos reciben el nombre de Designated Border Control Posts o BCPs por su acrónimo, (Puestos Fronterizos Designados en español) y pueden o no hallarse en las mismas instalaciones de Aduanas actuales. Para los bienes producidos en Gibraltar, "aunque no son muchos", el tratado estipulará que deberán cumplir con la legislación europea. "Si producen algo tendrán que ajustarse a la ley comunitaria", subrayó.

"Es un acuerdo que no pone a Gibraltar en la zona Schengen, no da accesos al Mercado Único. Solo cubre lo que es necesario para eliminar los controles actuales que se llevan a cabo en la frontera actual entre España y Gibraltar", aclaró.

Para la publicación del texto jurídico del acuerdo político alcanzado el 11 de junio de 2025 no se atrevió a dar una fecha exacta. "Es difícil dar un calendario preciso", admitió. No obstante dio una horquilla de tiempo ya conocida por ambas partes: las partes implicadas desean "tenerlo todo listo" antes de la finalización del período transitorio de seis meses del nuevo modelo de control fronterizo, conocido como Sistema de Entrada/Salida (EES por sus siglas en inglés) del Espacio Schengen, que la Unión Europea activará el próximo 12 de octubre y que no debe prolongarse más allá del 10 de abril de 2026. "Pero bueno, es un objetivo muy ambicioso y veremos si podemos cumplirlo", matizó.

"No trata sobre la soberanía"

El asunto relativo a la soberanía de Gibraltar salió durante el intercambio de puntos de vista entre la funcionaria de la Comisión Europea y los europarlamentarios. Alberola respondió que "[La Comisión] nunca ha solicitado negociar un acuerdo sobre la soberanía", después de que diputados europeos españoles de derechas describieran el acuerdo como "una oportunidad perdida" para solucionar el contencioso. "Esto es, y los miembros del Parlamento que han planteado este asunto lo saben perfectamente, un asunto bilateral entre España y el Reino Unido", sentenció.

"No se puede tratar a nivel de la UE porque hay una cuestión de soberanía", explicó. "Lo que estamos intentando hacer con este acuerdo es encontrar una solución a la situación muy específica de Gibraltar tras el Brexit, y el objetivo no es abordar la cuestión de la soberanía, que sigue siendo un asunto que España puede discutir de forma bilateral en cualquier momento", prosiguió. "Por tanto, desde ese punto de vista, no entraremos en esta discusión. El acuerdo deja muy claro que no pone en duda ni modifica de ninguna manera la posición de cada parte sobre la cuestión de la soberanía de este territorio", concluyó.

Clara Martínez Alberola, representante de la Comisión Europea y Jefa adjunta del Grupo de Trabajo sobre el Reino Unido.
Clara Martínez Alberola, representante de la Comisión Europea y Jefa adjunta del Grupo de Trabajo sobre el Reino Unido. / Parlamento Europeo.

La funcionaria europea, al principio de la sesión, destacó que el objetivo principal del tratado es "solventar los controles", la eliminación de la Verja y acabar con la incertidumbre jurídica del espacio Schengen con Gibraltar tras el Brexit para, también, "hacer un terreno de juego equitativo".

Elogios, cautela y críticas de europarlamentarios

Lina Gálvez e Ignacio Sánchez, ambos del bloque Socialistas y Demócratas (S&D), valoraron el tratado como “crucial” e "histórico para la estabilidad y prosperidad el Campo de Gibraltar y Gibraltar. Barry Cowen, eurodiputado irlandés de Fianna Fáil y parte del bloque Renew Europe (RE), consideró que el acuerdo era “obviamente un paso positivo” que demuestra que la cooperación entre Reino Unido y la UE “todavía puede dar resultados”. Destacó que “el acuerdo brinda tranquilidad y ayuda a evitar interrupciones innecesarias” y subrayó que debe proteger Schengen y el mercado único de la UE.

Los eurodiputados del PP español (EPP), Francisco José Millán Mon y Nicolás Pascual de la Parte, no rechazaron el acuerdo, pero sí criticaron la falta de transparencia. Lamentaron la “oportunidad perdida” sobre la soberanía y reiteraron preocupaciones históricas sobre el contrabando, la evasión fiscal y medio ambiente. Pascual de la Parte destacó que la Verja no fue levantada por España, sino por Reino Unido en 1910 y que "es la última colonia de Europa y de eso no se habla". Zeljana Zovko, eurodiputada croata del EPP, compartió ese sentimiento, aunque pidió garantías sobre las disposiciones para proteger las estructuras de la UE.

Vicent Marzà Ibáñez, eurodiputado español de Compromís y miembro del bloque Greens/EFA , describió el acuerdo como “un paso significativo e importante para corregir muchos de los efectos más dañinos del Brexit sobre una población que votó 96% a permanecer en Europa”, señalando también el impacto positivo para la comarca y los 15.000 trabajadores transfronterizos diarios. El único rechazo frontal vino de Hermann Tertsch, eurodiputado de Vox y miembro del bloque Patriots for Europe, quien afirmó que el gobierno español había cedido la soberanía del Peñón y perdido la oportunidad de acabar con “una enorme anomalía”. La húngara Enikő Győri, del mismo grupo parlamentario, adoptó una postura menos tajante, describiendo el acuerdo como “una ventana de oportunidad” y esperando el texto final porque “el diablo siempre está en los detalles”.

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