La imponente talla del Santísimo Cristo de la Almoraima volvió a reunir a miles de devotos del Campo de Gibraltar y la Costa del Sol en Castellar de la Frontera, que vivió ayer la jornada más esperadas de todo el año: la romería en honor a su patrón.
Una veintena de carrozas de la cabalgata agrícola pusieron la nota de color, devoción y alegría para escenificar un año más la unión de Feria y Romería, inseparables en esta tradición que enclava su origen en el siglo XIX hasta el punto de que una no se entendería sin la otra.
En una brillante jornada de sol y calor, los abanicos volvieron a ser el gran aliado para muchas horas de amor por el Cristo Moreno. Comenzó el día con la diana floreada a las 10:30 y al medio día se celebró la misa rociera cantada por el grupo Ciudad de San Roque. El Cristo fue descolgado de su altar con enorme mimo mientras los primeros feligreses hacían por tocarlo y en la calle se escuchaban los primeros aplausos. La centenaria talla, traída hace más de cuatro siglos por los mercedarios, volvió a ser portada en andas, tal y como sucede desde hace dos años tras recuperar una tradición de hace 30. Fue tras comprobar que la carreta dañaba a la imagen, que es muy antigua.
Ahí comenzó la cabalgata por las calles del pueblo, con el lucimiento especial de la Asociación Caballista Santísimo Cristo de la Almoraima. La comitiva salió de la parte trasera de la Iglesia, en calle Príncipe Juan Carlos, hacia la calle de Iryda, bajó a la avenida grande y la recorrió hasta el final para subir otra vez hasta la parroquia. Durante el trayecto se llevará a cabo el concurso de embellecimiento de carrozas.
Una riada humana acompañó a la venerada imagen con los sones de la banda de música de Jimena, hasta su regreso al altar, de nuevo con sumo cuidado. El templo quedó abierto para que muchas personas con la pañoleta verde visitarán al Cristo. La fiesta se trasladó al campo de fútbol. Por la tarde hubo un gran ambiente en las casetas. Gran día para un romería histórica.
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