Real Balompédica Linense

Grupo IV: pánico en las alturas

  • Cinco de los siete equipos que ocupan plaza copera, entre ellos la Balona, han cambiado de técnico

  • Yeclano y Marbella, los únicos que mantienen a sus entrenadores tras 23 jornadas

Antonio Calderón consulta sus apuntes durante un entrenamiento en Sotogrande

Antonio Calderón consulta sus apuntes durante un entrenamiento en Sotogrande / Jorge del Águila

El oficio de entrenador de fútbol se ha convertido en una profesión de alto riesgo… especialmente si se practica en el grupo IV de la Segunda división B. La destitución el pasado lunes del técnico del Badajoz, Mehdi Nafti, ha puesto sobre la mesa el exceso de presión que existe en esta competición. Cinco de los siete primeros clasificados, entre ellos la Real Balompédica Linense, no tienen ya el mismo entrenador con el que comenzaron la campaña. Paradójicamente el porcentaje es superior que en los trece puestos restantes de la clasificación.

El grupo IV de Segunda B, por el historial y el potencial económico de muchos de sus equipos, es, junto a LaLiga SmartBank, la competición futbolística profesional en España en la que más equipos –y sobre todo más aficiones- se entienden con derecho a pelear por los objetivos más ambiciosos.

La presión es enorme y una racha, no hay falta que sea demasiado larga, de marcadores adversos pone inmediatamente el foco sobre los banquillos. Pocas son las directivas que son capaces de aislarse de la presión y mantener a sus entrenadores para un proyecto a más largo plazo.

En el pelotón de cabeza de esta competición se diferencian claramente dos grupos. Los que tienen como objetivo ineludible disputar la fase de ascenso (cuatro primeras posiciones) o los que, sin descartarlo, no ven con malos ojos lograr solo la clasificación para la próxima edición de la Copa (hasta la séptima plaza).

Pues bien de los siete primeros clasificados, solo segundo y tercero, la gran revelación Yeclano (con el argentino Sandroni) y Marbella (en el que García Cubillo obró un milagro desde que llegó en diciembre de 2018) mantienen a los entrenadores que llevaron a cabo la pretemporada.

El uruguayo Gustavo Munúa abandonó por petición propia el Cartagena, en la primera plaza, para hacerse cargo del Nacional de Montevideo en su país. Su relevo fue Borja Jiménez. Después de algún sobresalto, ahí sigue, en lo más alto de la tabla.

El cuarto clasificado, Badajoz, relevó el domingo, días después de acariciar una proeza copera, al franco-tunecino Nafti tras caer en el Nuevo Mirador a manos del Algeciras. Su plaza es para un exjugador del conjunto pacense, Pedro Munitis.

Enrique Martín abandonó el Córdoba el 23 de octubre alegando “motivos personales”. La realidad es que el divorcio era ya inminente. Habían pasado nueve jornadas y el equipo era octavo. Fue relevado por Raúl Agné, que tiene a los verdiblancos quintos.

El San Fernando, sexto, destituyó la pasada semana a Tito García Sanjuán y entregó su puesto a Alberto González, que estaba entrenando al Real Jaén. Se estrenó con un empate en casa ante el Real Murcia.

La Balompédica relevó a Jordi Roger el 15 de diciembre, horas después de que los albinegros cayesen en casa a manos del Córdoba (0-1) e hilvanase cuatro jornadas sin ganar. Después de aquel partido los linenses habían bajado por primera vez de las ocho primeras plazas. Eran décimos. Llegó Antonio Calderón que seis jornadas después ve a su equipo séptimo a pesar de que enlaza tres jornadas sin vencer.

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