Real Balompédica Linense

La Balona y el juego de las siete diferencias

  • El gol de Candela al Cádiz B pone en valor el trabajo de estrategia de Calderón

  • El centrocampista ya marcó un tanto idéntico en un amistoso

  • Cuatro de las siete dianas albinegras desde pretemporada, a balón parado

El gol de Paco Candela al Almería en el segundo amistoso de pretemporada

El gol de Paco Candela al Almería en el segundo amistoso de pretemporada / RBL

La Real Balompédica Linense lleva anotados siete goles desde que comenzó su pretemporada, cuatro de ellos materializados a parón parado. Dos de los tres que ha logrado en Liga. Tantos a los que parece querer quitarse mérito precisamente por la forma en que fueron gestados, pero que en realidad son los que tienen más proporción de trabajo previo y menos de azar.

El entrenador albinegro, Antonio Calderón, dedica muchos minutos cada semana a la estrategia ofensiva y defensiva. Diríase que es una labor que realiza con mimo. El segundo tanto de la Balona el pasado domingo, el que le dio el triunfo en su visita al Cádiz B, le concedió su primera remontada en cuatro años y le aupó al liderato comparrtido del grupo IV-A de la Segunda B es claro ejemplo de ello. El mejor ejemplo de ello.

No es tanto que la jugada entrañe una especial dificultad, sino más bien porque es la segunda vez que los de La Línea le sacan partido a una acción casi idéntica desde que empezaron a ejercitarse: en el amistoso con el Almería y en el Ramón Blanco, en las instalaciones de El Rosal de Puerto Real.

La acción nace, como tantas cuando se trata de una acción a balón parado, con un golpeo del algecireño Antoñito, en este caso desde el banderín de córner. Uno de los centrales arrastra al primer palo para centrar la atención de la defensa rival. Las imágenes (cedidas ambas por la Real Balompédica) demuestran que ante el conjunto almeriense fue Carrasco el que realizó esta labor y el pasado domingo le correspondió a Fabrizio Danese.

Por detrás llega Paco Candela, favorecido por algún bloqueo previamente programado, quien hace gala de su poderío en el juego aéreo para asestar el testarazo definitivo, adelantándose, en el caso del Cádiz B, a una zaga que había hecho gala en las dos jornadas precedentes de un dominio de su área que le permitía mantenerse imbatida tras 180 minutos de competición.

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