Real Balompédica Linense

Doce años y un día... fatídico

Copi celebra ante una grada atestada el ascenso de 2011

Copi celebra ante una grada atestada el ascenso de 2011

La Real Balompédica Linense consumó este sábado 27 de mayo, con su empate sin goles en el Alfonso Murube ante la AD Ceuta FC, su descenso a la Segunda Federación. Precisamente este lunes se cumplirán 12 años desde el último ascenso de los albinegros a la Segunda división B. Un ciclo que acaba y que deja por delante un sinfín de incógnitas sobre el futuro de la entidad, que casi seguro cambiará de manos y, por lo tanto, de modelo y de filosofía.

Veintinueve de mayo de 2011. La Balona celebraba el que acabaría por ser su último ascenso a la Segunda B tras vencer por 4-0 al Tudelano en el encuentro de vuelta de la eliminatoria entre campeones de grupo de Tercera. Los albinegros, que habían perdido 1-0 en la ida, contaron con el respaldo de nueve mil almas en el Municipal para completar una remontada incontestable.

La Balona venía de quedarse fuera de la liguilla en la campaña 2009-10 pese a que el equipo que acabó dirigiendo Juan Carlos Añón -que en febrero había relevado a Eduardo Vílchez- venció en la última jornada al Coria.

Alfredo Gallardo repescó aquel verano a Rafa Escobar y entre ambos formaron un auténtico plantillazo (en el que tenía un enorme protagonismo la cantera), que se proclamó campeón del grupo X de Tercera de manera matemática cuando aún restaban tres jornadas por disputarse, con un empate (otra vez sin goles) en Puerto Real. San Fernando, Pozoblanco y Mairena ocuparon las tres plazas restantes que daban derecho a jugar por el ascenso a la que entonces era la categoría de bronce.

En esos 12 años que parecen no ser algo significativo en la historia de un club centenario han pasado muchas cosas. Muchas hasta el descenso del sábado en el Murube, que ahora, en caliente, se antoja un punto final, pero que no es más que un punto y aparte para volver a empezar. Como tantas veces lo ha hecho la Balompédica. Y si no, que pregunten en el Palco Infinito.

Aquella plantilla que dio el salto a segunda B en 2011 no se contentó con aquello. Una temporada después, con muy pocos retoques, se proclamó subcampeón del grupo IV (solo por detrás del Cádiz) superó al Amorebieta (que acaba de regresar a Segunda) en la fase de ascenso a Segunda y cayó en Tenerife tras un escándalo arbitral perpetrado por el colegiado vasco Aitor Gorostegi.

Aún con Alfredo Gallardo en la presidencia, la Balompédica llegó a disputar varias ediciones de la Copa del Rey, hasta culminar su paso por dicha competición en 2015 con el enfrentamiento con el Athetic Club, otra vez con Rafa Escobar en el banquillo, que ha quedado impreso en la memoria de todos los balonos.

El 20 de septiembre de 2017 Gallardo ofreció una rueda de prensa para, aseguró, presentar a su nuevo director deportivo, Raffaele Pandalone. Este periódico ya advirtió en titulares que lo que había hecho en realidad el añorado mandatario fue señalar a su sucesor, que sería el encargado de convertir el club en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) un proceso que de facto ya está finalizado, pero al que le falta aún dejar constancia del último traspaso de poderes, el que el propio presidente espera culminar cuanto antes.

En enero de 2018 -y al tiempo que anunciaba la renovación del sanroqueño Juan Diego Molina Stoichkov- Pandalone se convertía en el nuevo presidente de la Balompédica. Y comenzaron a sucederle adversidades. La visera de la Tribuna del Municipal tuvo que ser destruida ante el riesgo de derrumbe, llegó la crisis sanitaria generada por el Covid-19 (coronavirus) pero eso no impidió que con Antonio Calderón al frente el equipo albinegro lograse, en la segunda fase, el ascenso a la Primera Federación de la que fue desalojada el sábado. Fue el 25 de abril de 2021 tras empatar (por cierto también 0-0) en la Nueva Condomina con el Real Murcia.

Con el empresario romano en el cargo, la Balompédica consiguió eludir dos veces el descenso en la última jornada. La primera en Murcia en 2018, con un triunfo por 0-2 y dos goles de Stoichkov que supuso el último servicio del sanroqueño antes de poner rumbo al fútbol profesional. La última el curso pasado, en el Municipal ante el Andorra. Y esta vez, a la tercera sí fue la vencida.

El descenso del sábado abre un periodo de incertidumbre. La duración de los contratos en vigor pasará pronto a convertirse en papel mojado. Paradójicamente muchos de los futbolistas que han participado de ese desplome querrán seguir jugando en Primera Federación y por otro lado la Balompédica no podrá afrontar el desembolso que suponen sus servicios.

Raffaele Pandalone, atenazados por sus problemas económicos, está a la espera de encontrar un comprador para el accionariado porque está empeñado en cumplir su compromiso de dejar el club en manos solventes. Salieron a la luz los nombres de Mike Garlick -expresidente del Burnley y dueño del St Joseph's de Gibraltar- y del exfutbolista de raíces linense Gonzalo Castro, que ahora, con el equipo en una división inferior, aminorarán su oferta. Llegan tiempos de cambio.

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