La Real Balompédica Linense de la Operación Retorno a Primera Federación ya está, por fin, en marcha. De momento, con una plantilla a medio hacer, pero en marcha, que no es poco después de un paréntesis más largo de lo habitual. A lo tonto ya hace 58 días desde que se consumó el descenso balono a Segunda RFEF en el Alfonso Murube. Los albinegros han llevado a cabo este lunes su primera sesión de trabajo de la pretemporada. Veintiún futbolistas, entre los que están tres fichajes, ocho canteranos y dos futbolistas a prueba, se han ejercitado en los campos de césped sintético de la Ciudad Deportiva, donde el club ha fijado la residencia de su plantilla en esta primera semana, hasta que desde la próxima comience el trabajo en las instalaciones de Arroyo Enmedio, en Estepona (Málaga).

Baldomero Hermoso Mere ya ejerce de entrenador de la Balona. Lo viene haciendo desde hace más de un mes. En despachos y teléfonos que le tienen absorbido hasta el punto de tener que renunciar incluso a compromisos personales. Pero este lunes llegó el momento de vestirse de corto. De esa primera charla, que tiene mucho de simbólica. De poner el ejército 2023-24 en movimiento. Lo que de verdad gusta a los técnicos. Y eso que faltan un buen puñado de efectivos. El club sigue mandando un mensaje de tranquilidad en ese apartado, aunque esta semana se conocerán varios nombres. Sin ir más lejos, este mismo lunes uno de ellos.

Seguramente apelando a aquello de que garantiza la ayuda divina la Balona madrugó. Poco después de las 8:30 el técnico ya estaba dando la primera charla a los suyos, ordenado en semicírculo y presentándose uno a uno sobre el césped sintético.

El míster repitió el mensaje que ya hizo llegar en su presentación de que solo el trabajo conduce al éxito. Y José García, que hace mucho que dejó de ser solo el masajista, se encargó de recordar a todos, los que estaban, los recién llegados (de momento solo tres), los canteranos y los que están a prueba que la Balompédica “tiene que estar arriba y ascender”. Por si cabía alguna duda.

La plantilla llevó a cabo una primera sesión de trabajo sin excesos y sin balón, punto de arranque de una semana que acabará el sábado.

Con todos los jugadores citados presentes en la cita, solo dos, el algecireño Álex Guti, que se perdió la parte final de la temporada pasada por culpa de un edema óseo, y uno de los chicos a prueba, el central Juan Carlos Quirós, realizaron la final del entrenamiento al margen de sus compañeros y a un ritmo menor. Por cierto este último, natural de Puerto Real, es hijo del linense Juan Carlos Quirós, que en la campaña 1987-88 llevó, como entrenador, al Recreativo alevín a la primera fase autonómica en la que estaba presente un equipo de La Línea.

Mere, a través de los medios del club, explicó al final de la jornada que se trata de llevar a cabo “el trabajo clásico” del comienzo de una pretemporada: “Conocernos, empezar a trabajar la condición física y recuperar hábitos”.

Mere hizo un guiño a los canteranos (“es normal que estos primeros días estén un poco cortados”) y en referencia al calendario dio más importancia a que los rivales de su equipo jueguen en las semanas precedentes con Estepona y Cádiz B (por cuanto ello facilita su seguimiento) que al orden de la competición en sí.