Remontadas FC (2-1)

Real Balompédica - La Unión Atlético | La crónica

La Balona levanta un 0-1 adverso y encadena su segundo triunfo en casa en una semana

Fran Carbià, soberbio, y Pitu anotan los goles de los linenses

Los albinegros no llegan al play-off, pero se erigen en la única alternativa

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Mere: "Esta victoria pertenece en gran parte a la afición"

Morcillo, agotado, celebra en el suelo el triunfo de la Balona
Morcillo, agotado, celebra en el suelo el triunfo de la Balona / Erasmo Fenoy
Rubén Almagro

14 de enero 2024 - 19:54

Visto lo visto, la Real Balompédica Linense debería plantearse negociar con las farmacéuticas para que ejerzan como sus patrocinadoras. Al menos mientras milite en la Segunda Federación tan rácana como igualada. Porque sus aficionados van a tener que acudir con cafinitrinas en los bolsillos a los partidos en el Ciudad de La Línea para irlas consumiendo como si fuesen lacasitos. Los albinegros derrotaron a La Unión Atlético -cortita con sifón- después de remontar por segunda semana consecutiva un marcador adverso y ante un rival de la parte baja y negado como forastero.

Pero ninguno de esos matices importan realmente. Y si importan, quedan en segundo plano. Lo realmente trascendente, porque de lo que se trata es de salir de esta categoría, es que ganó, otra vez, la Balona. Que el equipo de La Línea -con su refuerzo Recia como testigo refuerzo- ha sido capaz de enlazar las siempre complicadas dos victorias consecutivas en casa. Ese era el objetivo y los albinegros lo consiguieron. No les da para auparse a la quinta plaza en este arranque de la segunda vuelta porque el Marbella sacó su mejor versión y venció en Murcia al UCAM. Pero no solo le deja a la misma orilla de la zona VIP, sino que, ahora mismo, le señala como la única alternativa. Hay que quedarse con eso.

El partido empezó con un mazazo. Aún había algún rezagado tratando de llegar a su asiento cuando Mario Sánchez acertó con el marco a la salida de un córner. Otro saque de esquina, como hace una semana. Va a ser cuestión de estar una mijilla más pendiente. No es que fuera la primera vez que llegaban los visitantes como una semana antes sucedió con el Antoniano. Es que aquello casi no había comenzado. El plan de partido al garete.

El resto de la primera mitad fue, sin ambages, infumable. Una Balona previsible, plana, se estrellaba en un conjunto minero que plantó dos líneas (una de cinco y otra de cuatro) muy juntitas, al borde del área, con Mario Sánchez descolgado arriba. No le dio el más mínimo apuro en entregarle el balón a los de Baldomero Hermoso MereMere. Tampoco sabían muy bien qué hacer con él.

La circulación de la pelota era desesperantemente lenta y el rival se sentía cómodo. No había casi nada que apuntar. Si acaso un mal despeje de De la Calzada -demasiado inquiero en su regreso a la que fue su casa- que pegó en la espalda de Fran Carbià. La tuvieron eso sí los forasteros en el 15', pero el cabezazo inocente de Mario Sánchez cuando estaba uno contra uno cayó como fruta madura en las manos de Ackerman.

Está bien que el árbol (los resultados) no dejen ver el bosque (el juego), pero en esta primer tramo la Balompédica acusó una falta de calidad irritante. A ver si es verdad que se concreta la llegada de Antonio Romero, porque el si el sevillano ofrece su mejor versión -la que enseñó a cuentagotas el curso pasado- en esta división tan austera puede -y debe- marcar las diferencias.

La Unión era un equipo vulnerable, muy blandito. Pero claro, había que hacer algo para encontrarle la vía de agua. Tampoco lo iban a regalar los visitantes. La Balona se empeñaba en entrar por dentro, con la pila de gente que había en el camino. Claro, siempre surgía alguien que cortaba el ataque.

De hecho, la única medio jugada enlazada de los de casa (por banda) en la primera mitad acabó en gol. No llegó Fran Carbiá (de largo el que más sentido le pone al fútbol entre los de blanco y negro) a un primer centro, pero si cazó uno muy bueno de Nani al corazón del área. Y con uno-uno al descanso.

Los mineros, que se saben inferiores, sintieron aquello del gol psicológico. Y en el seis de la continuación un excelente pase de Joao Pedro -que siempre parece que juega mejor cuando lo hace por dentro- dejó a Pitu mano a mano con Dela en uno de esos pases que sin líneas que traza el ordenador es imposible decir si existió o no fuera de juego. Imposible. El delantero -que ya la semana pasada dio una asistencia decisiva- resolvió con frialdad e hizo el 2-1. Un fichaje de invierno que llega marcando diferencias. Un hecho que roza lo insólito. También hay que valorarlo.

Con el 2-1 los dos equipos pudieron marcar. Lo más claro de los visitantes un balón que se le resbaló a Ackerman y que acabó en el larguero, Lo de los locales dos acciones de Aridane Santana, cuyo espíritu y conocimiento del juego siempre, pero siempre, resultan intachables. Hay quien dice que le falta gol. Anda que si hiciera diez o doce por temporada iba a jugar en Segunda RFEF. Con todo lo que aporta.

El último ratito fue una angustia. La Unión se desnudó y sacó el más añejo de los manuales. El de colgar balones a la olla. Ya con dos nueves, entre ellos el incombustible Belencoso, recibido con aplausos. Pero se topó con Morcillo. Con el Morcillo imperial que jugó en Primera. Con el que estaba deseando reivindicarse. Una vez, y otra y otra sacó de cabeza los lanzamientos frontales. Literalmente una pared. No es de extrañar que se lanzase al suelo, extenuado, al escuchar el pitido final.

El último tramo, como corresponde a un partido con el siempre traicionero 2-1, se negoció en ambas áreas. En el 93' le sacaron a Joao Pedro un balón en la misma línea de gol. Y en la jugada de vuelta los mineros descubrieron que también podían entrar por banda y el disparo de Florián, que llevaba una gran dosis de mala leche, lo logró repeler Miguel Cera lanzándose al suelo. Ea, otra cafinitrina bajo la lengua.

El pitido final fue un desahogo. La afición, que lo que quiere es ver a su equipo ganar, se fue contenta a casa. Por segunda semana consecutiva y después de la segunda remontada de un conjunto que hace dos meses se ahogaba cuando se veía por detrás en el marcador. La Balompédica se postula para asaltar la zona noble. Ya lo explicó Luis Aragonés, al que por algo apodaban El Sabio. Ganar, ganar... ¿y la semana que viene en Sevilla volver a ganar?

Ficha técnica

Real Balompédica Linense: Facundo Ackerman; Miguel Cera, Diego Jiménez, Morcillo, Nani; Joao Pedro, Adri Peral (Dani Santafé, 70'), Javi Pérez, Pitu (Chema Moreno, 79'); Fran Carbià (Sergi Monteverde, 88') y Aridane Santana.

La Unión Atlético: De la Calzada; Fran Núñez, Monty, Iván Casado, Ferrer; Pitu Vera (Álex Machuca, 21'), Álvaro Muñiz (Florian, 69'), Tato, David Franco (Juampe. 82'); Orrillo y Mario Sánchez (Belencoso, 82').

Árbitro: Carlos Palencia Cerderño (Sonseca -Toledo-).

Tarjetas: Amarillas a los locales Nani (3') y Dani Santafé (73') y a los visitantes Tato (56') y Machuca (79')

Goles: 0-1, Mario Sánchez, a la salida de un córner (1'). 1-1, Fran Carbià dentro del área tras asistencia de Nani (43'). 2-1, Pitu, en posesión dudosa, tras pase a la espalda de la defensa de Joao Pedro (52').

Incidencias: Encuentro de la decimoctava jornada de liga en el grupo IV de la Segunda Federación, disputado en el Ciudad de La Línea ante 2.027 espectadores. Antes del arranque se guardó un minuto de silencio en memoria del abonado Antonio Navas. El exjugador albinegro Antonio García realizó el saque de honor.

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