Real Balompédica Linense

'Bendecidos' por la Balona

Haritz Albisua celebra el ascenso del Amorebieta; a su izquierda, Dorrio

Haritz Albisua celebra el ascenso del Amorebieta; a su izquierda, Dorrio

Es uno de los innumerables fenómenos extraños [deportivos, se entiende] que persiguen a la Real Balompédica Linense. Que se repite con frecuencia y que volverá a suceder el próximo curso, a pesar del descenso de categoría de los albinegros. Futbolistas que llegan a La Línea precedidos de un extraordinario cartel, que pasan por el Municipal de manera más que discreta y que apenas una, dos temporadas después de marcharse se convierten en pilares de equipos que alcanzan grandes éxitos. Este curso le ha correspondido protagonizar ese papel a Haritz Albisua y Josué Dorrio, que la pasada semana lograron el ascenso a Segunda división con el Amorebieta y que están inmersos en la eliminatoria de campeones que enfrenta al conjunto vasco con el Rácing de Ferrol. Pero que también lo encarnan Santi Samanes, sobre el que han aparecido innumerables reportajes por su alto rendimiento en le SD Logroñés, Luis Alcalde, que ha ascendido con el Antequera a Primera Federación o Leandro Martínez, héroe en el desembarco del Sestao River también en la tercera categoría nacional.

El centrocampista Haritz Albisua militó en la Balona en la campaña 2019-20, la andadura que en Segunda B quedó interrumpida como consecuencia de la crisis sanitaria generada por el Covid-19. Tras pasar por Leioa y Logroñés desembarcó esta temporada en la SD Amorebieta, con el que ha jugado 22 partidos de Liga y uno de Copa.

“Estoy muy contento, yo creo que aún no somos conscientes de lo que hemos conseguido”, afirma el mediocentro. “No es fácil ascender con un club como el Amorebieta, ha costado mucho, pero ese sacrificio ha merecido el ascenso”.

Preguntado por ese tránsito desde el paso casi desapercibido en la Balona hacia su aportación al regreso a la categoría de plata del modesto Amorebieta, Albisua desliza lo que se entiende como un dardo hacia el presidente albinegro, Raffaele Pandalone. “Yo no puedo hablar por los demás, yo hablo de mi caso. Llegué a la Balona con mucha ilusión y es verdad que antes de que parase la competición por la pandemia tampoco tuve mucha continuidad. Yo entiendo que los partidos en los que jugué rendí a un nivel muy alto, pero al final el míster [primero Jordi Roger y más tarde Antonio Calerón] ponía a otros jugadores delante mío, mientras que yo tenía que ganarme el puesto”.

“Al final son decisiones de club o del entrenador, o no sé de quien, que a veces se entienden y otras no, pero están ahí”, añade.

Preguntado por su referencia al club, abunda: “Me refiero a que al frente de la Balona está un presidente que al menos entonces tenía una agencia de representación [en referencia a Panda Sport] y no sé si eso tiene que ver o no, pero en mi caso había jugadores que estaban antes que yo, que no estoy diciendo que no lo merecieran, que quede claro... pero todo tiene que ver”. En aquella andadura los centrocampistas más veces designados como titulares fueron Abdoul Bandaogo y Manu Molina.

“En aquella temporada me quedé con la sensación de que teníamos una plantilla muy buena, para quedar arriba, pero empezamos mal y justo cuando mejor estábamos que parecía que podíamos conseguir un objetivo ambicioso, la competición se paró por la pandemia”, detalla.

Albisua garantiza que ha seguido “muy cerca” la marcha de la Balona (“Dorrio y yo hablábamos de este asunto”) y de sus excompañeros “aunque me parece que de aquel año ya solo queda Koroma”.

“Me da la sensación de que fue una temporada muy complicada, en la que le costó arrancar, por eso han estado mucho tiempo en la cuerta floja y justo en los meses en los que más se juega el equipo, marzo, abril... llegó un bajón, estuvieron dos meses sin ganar y ahí estuvo la clave de todo”, detalla. “Es verdad que han estado con vida hasta última hora, pero no ha podido ser”.

“Y mira que lo siento, porque a cualquiera que me pregunta siempre le digo que me siento un afortunado por haber defendido a la Recia, que estuve muy contento allí, que hice muy buenas amistades tanto dentro como fuera del club y solo tengo para todos palabras de agradecimiento”, apostilla.

Josué Dorrio

José Dorrio, por su parte, llegó al Amorebieta directamente desde la Balona. Ha participado en 38 partidos (25 como titular) y ha aportado dos goles.

“Es fácil imaginar cómo nos sentimos”, dice el banda. “Al final todo el sacrificio del año queda reflejado en un premio muy gordo y eso reconforta mucho”.

Dorrio, que recalca que el éxito ha sido “un vestuario que ha sido una piña”, se muestra feliz “porque estas cosas muy pocos jugadores la pueden disfrutar”.

“No soy quién para decir si hay más o menos futbolistas que hayan vivido una trayectoria parecida a la mía en la Balona”, advierte como respuesta a la pregunta sobre su éxito tras marcharse de La Línea. “Yo me quedo con que este año lo primero que me dijeron nada más llegar era que lo más importante es que yo estuviese feliz, que disfrutase del momento”.

“Al principio choca un poco, porque soy el primero que dice que el trabajo es la clave y el camino para el éxito, pero al final lo que me llevo de esta temporada es que he sido tremendamente feliz y por eso he rendido muy bien”, continúa.

“Aclaro que de la temporada pasada también tengo muy buen recuerdo de la primera vuelta, en la que creo que hice las cosas muy bien y que el equipo estaba muy arriba, pero luego es cierto que no acabé con buenas sensaciones. Entre que acabé lesionado, que destituyeron a Romerito por un pequeño bache, que en el mercado de fichajes se cambió a gran parte del equipo... pero bueno las cosas pasan por algo y lo importante es que salvamos la categoría porque estábamos todos muy comprometidos”, explica.

“Ojo que guardo un excelente recuerdo de los compañeros y que hay gente en el club como Pipi [Manolo Valenzuela, el utilero] y Pepe [José García, el masajista], Julio [Salvador Rivera, fisioterapeuta] o Carlos Guerra [segundo entrenador] que son gente que agradeces haber conocido”, recalca.

“Lo que sí es cierto que esta temporada, después de la primera racha mala, todo el mundo hablaba maravillas del equipo y ahora, después del descenso pasa todo lo contrario”, finaliza. “Ha sido un lástima porque la Balona merece estar en Primera Federación. Pronto volverá".

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