La Real Balompédica Linense mira ya de reojo el encuentro de la trigésimo sexta jornada del grupo II de la Primera RFEF, el que le enfrentará, ejerciendo como local, al Linares Deportivo. Suceda lo que suceda el próximo fin de semana será un duelo decisivo para la permanencia de los albinegros. Hasta el punto de que incluso, en caso de ganar, podrían celebrar la salvación sobre el césped. La gran pregunta surge ahora ¿en qué césped y cuándo? El partido sigue fijado para las 21:00 del viernes 13. Una cosa es innegociable, a esa hora no se puede jugar en el Municipal.

Otro motivo de angustia para la ya de por sí preocupada afición de la Balona. Tras la visita a Tarragona del  domingo inminente, el próximo encuentro en casa de los albinegros, el penúltimo en casa de la temporada, está fijado a las 21:00 del viernes 13. Como de sobras es sabido, el estadio Municipal carece de iluminación artificial desde diciembre de 2019 y, por lo tanto, ese horario es inviable.

Existen pues, dos opciones. La que se antoja más factible, porque ha sido norma durante toda la temporada, que la Federación Española (en estrecha relación con Footters) ceda y fije el choque en la tarde del sábado o incluso durante la jornada del domingo. O la que teme más de uno de los incondicionales albinegros, que mantenga la fecha y el horario y entonces ¿dónde jugaría la Balompédica un partido que se antoja definitivo?

Algunos advierten de que, llegado el caso, Ayuntamiento y club podrían echar mano de ese plan B del que en su día habló el concejal Juan Macías para el comienzo de la temporada próxima: contratar un servicio provisional de iluminación artificial para evitar el destierro. Pero ojo que las cantidades que se manejan no son precisamente pequeñas y que el margen de tiempo para instalarlo sería mínimo.

El problema de todo esto es que la decisión de la Española debe producirse en medio de un escenario de tensión con la Balompédica por su condición de fundador de la Asociación de Clubes de la Tercera categoría Nacional, a cuyos miembros Luis Rubiales llegó a amenazar con expulsar de la competición de cara a la próxima andadura. Como poco, la incertidumbre está servida.