Andalucía

Qué son las aguas regeneradas, una de las medidas que plantea Andalucía ante la sequía

Estación depuradora de aguas residuales de Huelva.

Estación depuradora de aguas residuales de Huelva. / Josué Correa

La situación de sequía en Andalucía y sus consecuencias en la población, la fauna, la flora y la economía de la región obliga a las autoridades de la Comunidad Autónoma a participar en una carrera contrarreloj en busca de soluciones que al menos puedan paliar las consecuencias de esta falta de agua. 

La Junta de Andalucía aprobó hace unos días su cuarto decreto contra la sequía, que incluye un presupuesto para realizar obras en infraestructuras hidráulicas, pero también apuesta por las aguas regeneradas.

El agua regenerada, una ayuda en las aguas ya usadas

El Ministerio de Sanidad define las aguas regeneradas como "aguas residuales depuradas que, en su caso, han sido sometidas a un proceso de tratamiento adicional o complementario que permite adecuar su calidad al uso que se destinan". La web del ministerio recuerda que el objetivo de estos procesos de regeneración del agua es "gestionar de la manera más eficiente este recurso tan escaso", pero teniendo en cuenta que solo se autorizará para unos usos determinados "por no comportar riesgos sanitarios".

El concepto de usar de nuevo aguas residuales puede ser llamativo, aunque no es nuevo. En España este tipo de acciones están reguladas desde el año 2007, cuando se publicó el Real Decreto 1620/2007. Y desde el Ministerio de Sanidad aseguran que estas aguas son seguras de usar siempre que el tratamiento de las aguas cumpla con lo establecido en dicho decreto.

Las aguas regeneradas se obtienen a través de "diversos procesos tecnológicos" entre los que se encuentran algunas operaciones que también se realizan en la depuración de aguas residuales y en la potabilización de las aguas de consumo. Aunque el tratamiento concreto dependerá de "las características del agua de aporte, nivel de calidad requerido para el uso final, etc". 

Estas aguas, una vez tratadas, pueden usarse en actividades agrícolas, pero también industriales o uso urbano (riego de parques y jardines o baldeo de calles). Sin embargo, el Real Decreto establece una serie de limitaciones para el uso de estas aguas. Por ejemplo, el uso de aguas regeneradas para como agua de consumo está prohibido salvo en situaciones de declaración de catástrofe en las que "la autoridad sanitaria especificará los niveles de calidad exigidos a dichas aguas y los usos".

Tampoco está permitido su uso en la industria alimentaria, salvo en los casos excepcionales que se encuentran ya previstos en el Real Decreto.

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