Montañas de alga asiática invaden la playa de Getares en Algeciras tras varios días de levante
Toneladas de 'Rugulopteryx okamurae' cubren el litoral algecireño desde el río Pícaro hasta el Club Getares, donde también ha aparecido un gran “escalón” de arena que altera el perfil de la playa
Fotos del nuevo arribazón de alga asiática en la playa de Getares de Algeciras
La playa de Getares en Algeciras ha amanecido este lunes, 20 de octubre, sepultada bajo montañas de alga asiática. Toneladas y toneladas de Rugulopteryx okamurae se han acumulado a lo largo del litoral, especialmente en la franja comprendida entre la desembocadura del río Pícaro y la zona del Club Getares, en la calle Helmut Siesser. La imagen resulta tan impactante como preocupante: una masa oscura y espesa de esta especie invasora cubre buena parte de la orilla, empujada por varios días consecutivos de viento de levante.
El fenómeno, que se repite cada año con mayor frecuencia, deja tras de sí un paisaje que contrasta con la imagen habitual de una de las playas más concurridas de Algeciras. Al avance del alga se suma esta vez otro elemento llamativo: un gran “escalón” de casi un metro de altura entre la arena seca y la orilla, resultado del arrastre de una amplia franja de arena por la fuerza de las mareas. El desnivel, visible a lo largo de buena parte del arenal, dificulta el paseo y el acceso al agua para los usuarios.
Desde que en 2016 los científicos alertaran por primera vez de la presencia de esta alga en el Estrecho de Gibraltar, su expansión ha sido imparable. Nueve años después, la Rugulopteryx okamurae ha colonizado buena parte del litoral gaditano y malagueño, alcanzando incluso playas tan emblemáticas como La Caleta, en Cádiz. Los ayuntamientos costeros libran desde entonces una batalla constante para retirar las toneladas de arribazones que llegan regularmente, con un alto coste económico y sin soluciones definitivas a corto plazo.
La Junta de Andalucía aprobó el pasado verano un plan de gestión que busca facilitar el aprovechamiento de estos desechos como materia prima —por ejemplo, en compost o biogás—, pero los expertos advierten de que contener la invasión en el medio marino sigue siendo una tarea extremadamente compleja.
Mientras tanto, el viento y las mareas siguen dictando el destino de esta especie que, cada vez con más frecuencia, se adueña de las playas del Estrecho.