Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: El antiguo Calvario (II)

Observatorio de La Trocha

La Alameda Vieja de Algeciras fue un espacio de esparcimiento entre la Plaza de Andalucía y el Parque María Cristina que cayó en decadencia en el siglo XIX

Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: El antiguo Calvario

Antiguas casitas en la esquina entre la Avenida Blas Infante y la calle Sevilla.
Antiguas casitas en la esquina entre la Avenida Blas Infante y la calle Sevilla. / ES

Doctor en historia, cronista oficial de Algeciras, presidente de la Asociación La Trocha y de la Sección 2ª del Instituto de Estudios Campogibraltareños. Grupo de investigación PAI-HUM 1130, de la Universidad de Cádiz.

Algeciras, 08 de agosto 2025 - 04:01

Continuamos aquí con la revisión de este espacio, atendiendo a los elementos interesantes de su tramo primero o superior, la cuesta comprendida entre la plaza de Andalucía y el Parque María Cristina.

La Alameda Vieja de Algeciras, paralela a la muralla medieval, lindaba por el oeste con la Huerta del Ancla y por el este con las huertas extendidas entre la calle Sevilla y el río. Se extendía entre la Capilla del Cristo de la Alameda y la Capilla de San Antón o del Hospital de la Santa Caridad. Su eje era la calle Alameda, más tarde bautizada como Cayetano del Toro. El caso es que, por causas todavía no bien determinadas, aquel lugar de esparcimiento, en un entorno idílico, al estar rodeado de huertas, entró en decadencia y fue sustituido en el siglo XIX por la Alameda Nueva, situada al norte de la población. Tal vez tuvo algo que ver las inundaciones recurrentes que afectaban a la zona baja de Algeciras, y la paulatina desaparición de las huertas del entorno ante la necesidad de espacio edificable hasta la colmatación del espacio intramuros.

Los problemas que afectaban aquel espacio verde, plantearon trasladar las funciones de este lugar de esparcimiento a la periferia norte, aprovechando la plaza de Toros y la cercanía de la Feria de Ganados. La Alameda se articuló en base a cuatro hileras de árboles, extendidas de este a oeste y que, partiendo de la plaza de toros, descendían desde una cota de 35 metros hasta otra de 20 a nivel con el parque, paralelamente a la parte alta de la actual de la avenida de Blas Infante.

La Alameda disponía de planos aterrazados y pequeños tramos abalaustrados con escalones. En tiempos de Jünger, que se ocupó con mucho interés del urbanismo algecireño, el conjunto suponía la conjunción de cinco zonas arboladas: a) La plaza de toros, rodeada por un cinturón de árboles, b) La Alameda en sí, c) Dos hileras de árboles, junto a las manzanas de la parte norte, formando ángulo y que al final coincidían con la alameda en su parte baja d) El parque, e) La avenida arbolada del Capitán Ontañón, que formaba ángulo recto con el conjunto y avanzaba hacia el norte.

Plano de la zona norte de la ciudad de Algeciras realizado en 1913.
Plano de la zona norte de la ciudad de Algeciras realizado en 1913. / ES

La Alameda Nueva tuvo gran importancia en cuanto a la feria de Algeciras, que en los años 50 del pasado siglo todavía se celebraba allí, en varias terrazas dominadas por la plaza de toros de la Perseverancia, extendiéndose las atracciones a todo lo largo de la actual Avenida de las Fuerzas Armadas, dedicándose el espacio norte de ésta, aún no edificado, para instalación de los circos. La vegetación de la Alameda se reducía en estos tiempos al arbolado, sin ajardinamientos, ya que se prefería el espacio libre para las ferias anuales. Aunque esté olvidado espacio lúdico estuvo parcialmente cuidado con escalinatas e incluso alguna barandilla abalaustrada y ornamentada con elementos del mundo clásico, poco a poco tuvo que ceder ante la presión del crecimiento ciudadano y acabó por desaparecer en el desarrollismo de los años sesenta.

Si atendemos a la edificación, en la acera sur, o del casco antiguo, nos encontramos con la casa de la familia Valdés, que fue en tiempos una tenería o fábrica de curtidos, a la que se antepuso posteriormente el noble edificio actual. Cuando Algeciras apenas había colmatado con edificaciones el interior del recinto medieval, en los siglos XVIII y XIX, una tenería, industria considerada molesta, estaba entonces en un lugar relativamente alejado del núcleo poblacional. Recordemos que no muy lejos estaba el matadero más antiguo del que tenemos noticia, que dio nombre a su calle, posteriormente rebautizada “Teniente farmacéutico Miranda”.

En el edificio que comentamos, estuvo desde los años 60 una excelente tienda de antigüedades y decoración, Ariel, creada por el polifacético José Antonio Valdés Escuín, que además de propietario de la acreditada tienda, era fundamentalmente arquitecto de interiores, coleccionista de obras de arte, pintor e historiador especialista en temas taurinos. Dirigió teatros experimentales, creando en 1958 el primer Teatro Popular Español, que, valiéndose de una carpa ambulante, recorrió la geografía española, al estilo de García Lorca. No menos importancia para la ciudad tiene su hermano Francisco Javier, recordado alcalde de Algeciras que ejerció su mandato desde 1969 a 1971 y que, entre otros logros, inició el cambio de la población hacia aspectos más acordes con su categoría de ciudad.

El popular bar Casa Castro.
El popular bar Casa Castro. / ES

Esta armoniosa edificación está casi en el punto más alto de la cuesta. Más abajo de ella, existía una serie de casitas, en el más puro estilo del barrio de San Isidro, esto es, de una sola planta, muy encaladas y con escasos huecos al exterior. Recordamos que en una de ellas había una tienda de útiles de madera, anterior a la invasión del plástico, y que en una de ellas vivía un simpático señor, Don Práxedes, que había sido carabinero y se distinguía absolutamente de todo el resto de la población por su majestuosa barba blanca, cuando la barba en aquellos años estaba totalmente proscrita por la moda.

Don Práxedes era además muy conversador y un gran polemista, capaz de mantener por tiempo indefinido el debate sobre cualquier tema. El entrañable cine Sevilla, el más agradable cine de verano de Algeciras estaba situado en la calle homónima, pero era posible ver (precariamente) las películas desde las azoteas de algunas de las casitas que aquí comentamos.

La esquina entre la calle Ancha y la avenida.
La esquina entre la calle Ancha y la avenida. / ES

Cruzando la calle Sevilla y en la siguiente manzana, existía un pequeño bar muy popular, Casa Castro, cerrado hace unos años con general disgusto, aunque el edificio, al menos en su aspecto exterior se mantiene perfectamente y al parecer el establecimiento va a ser reabierto con el patrocinio de la pescadería Antonio Martín y el famoso chef José Andrés.

Un poco más abajo y ya en la esquina con la calle Ancha se conserva un vistoso edificio de ladrillo visto, que en su interior tiene soluciones arquitectónicas muy avanzadas en la época, como el uso de soportes estructurales de hierro fundido, figurando estrechas columnas. Tiene todavía en la fachada de Blas Infante una puerta con sencilla decoración modernista, muy poco visible debido a las vandálicas pintadas.

El relieve del edificio con el autorretrato de José Román.
El relieve del edificio con el autorretrato de José Román. / ES

También presenta en la fachada de la calle Ancha una puerta con interesantes batientes, que serán tratados en otra ocasión. Estuvo allí durante muchos años una importante tintorería, que cedió el espacio al primer McDonald's importante de Algeciras, que fue muy frecuentado por la juventud, y bautizó ese punto ciudadano, que años después de su cierre sigue conociéndose como “La esquina del McDonald's”. En la actualidad esa planta está ocupada por un prestigioso centro odontológico.

El caso es que, en la fachada de Blas Infante, en la planta superior, se conserva un relieve en bronce con el autorretrato de José Román, el conocido escultor algecireño con una inscripción alusiva a su nacimiento en esa casa. Como al parecer Román pagó la obra y la casa es, según se dice posterior al nacimiento de nuestro artista, se creó una leyenda sobre que Román no había nacido allí y eligió una casa que le gustó para poner su supuesto autohomenaje. Si y no, pues según parece, nuestro personaje si nació allí, pero en una casa preexistente, es un caso que se repite en ciudades con importante pasado histórico, a las que se les plantea recordar acontecimientos notables en la fachada de edificaciones más modernas.

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