La misionera algecireña que arranca a las jóvenes de la prostitución en Cabo Verde: "Sin demanda no habría oferta"
La adoratriz Milagros García López, reconocida con el Premio Beata Pauline Jaricot por su labor para "empoderar" a las chicas a las que la "falta de recursos" convierte en esclavas en manos de las mafias
"Existe por desgracia mucho turismo sexual y no solo las victimas son las mujeres, sino que hay un alto índice de chicos jóvenes que se están prostituyendo", lamenta
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"Es vergonzoso que desde los países que llamamos desarrollados vengan a otras tierras, donde las personas son más vulnerables por las necesidades que viven, a explotarlas a todos los niveles. ¿Quiénes son los civilizados?". La que lanza esta pregunta es la algecireña Milagros García López, una religiosa adoratriz que desde 2018 combate la trata y la explotación sexual en uno de los países del mundo a los que más afecta esta lacra: Cabo Verde. Su trabajo ha sido reconocido con el prestigioso Premio Beata Pauline Jaricot, que Obras Misionales Pontificias (OMP) España le entregó en la víspera del día del Domund.
"Si no hubiera demanda, no habría oferta", afirma Milagros García López, que desde hace casi siete años mira cara a cara cada día a chicas en las calles de Mindelo, en la isla de San Vicente y lo que ve es "el miedo en los ojos". "Vas hablando con ellas y ya sabes que no son migrantes en busca de trabajo", afirma desde la experiencia.
"En Cabo Verde existe por desgracia mucho turismo sexual y no solo las víctimas son las mujeres, sino que hay un alto índice de chicos jóvenes que se están prostituyendo", alerta la misionera, que explica que "la mayoría no son caboverdianos o caboverdianas, son personas que vienen a través de mafias a estas islas". A este archipiélago paradisíaco de diez islas en medio del Atlántico, con algo menos de 600.000 habitantes, llegan "muchas pateras, como lo hacen a España". De hecho la ruta está relacionada, porque cuando están a la deriva confunden sus costas con las de Canarias. Ante la falta de perspectivas y para no caer en la mendicidad, las inmigrantes, como las caboverdianas, acaban vendiendo su cuerpo "por pura desesperación".
"Lo que lleva a la prostitución a muchas mujeres es el poder mantener a sus familias, son jóvenes que se prostituyen para poder seguir estudiando. Ves el miedo en los ojos. Vas hablando con ella y ya sabes que no es una migrante en busca de trabajo. Por desgracia, aquí existe una gran falta de recursos", explica la religiosa, que resalta la importancia del trabajo de "sensibilización y prevención" que realizan las adoratrices, "gracias a Dios", ya desarrollado en red con otras instituciones tanto estatales como ONG que estamos en el país".
En marzo, la Reina realizó un viaje a la República de Cabo Verde para conocer el impacto de la cooperación española en el país, con especial atención a iniciativas en las áreas de igualdad de género, desarrollo integral y economía azul. Alí mantuvo un encuentro con la religiosa algecireña.
Kreditá na bo
Las adoratrices llevan a cabo el programa Kreditá na bo como respuesta a un colectivo que "desgraciadamente no deja de crecer" y que "se inserta en una realidad social particular, difícil y que requiere un tratamiento especializado, esto es, las mujeres víctimas de la trata con distintos fines, la prostitución y adolescentes en grave riesgo de exclusión y prostitución".
"Consideramos que es imprescindible que la mujer víctima de distintas situaciones de esclavitud sean atendidas por profesionales que sepan acercarse a ella desde el conocimiento de su realidad y su experiencia de vida. Se trabaja no sólo desde la detección de estas situaciones, sino desde la prevención, brindando orientación e información, trabajando en red con otros agentes públicos y privados para favorecer la inserción y el empoderamiento de la mujer".
En Cabo Verde, las Religiosas Adoratrices trabajan contra esta lacra desde el año 2009. Allí recibe Milagros García con "gran alegría y esperanza" la noticia de la elección del Papa Leon XIV. "Sigue en la línea del Papa Francisco, pero además este Papa, por lo que va mostrando, es un hombre de paz, de unión, un hombre que ha sido misionero, es pastor. Es un hombre reflexivo, teólogo, filosofo, creo que va a contribuir a una mayor paz incluso dentro de la Iglesia. Es quien el Espíritu Santo nos ha dado y creo que es lo que la Iglesia necesita en estos momentos", explica.
La isla a la que llegaron las primeras hermanas fue San Vicente. En los tres últimos años se han extendido a dos islas más: Sal y Santiago. Aquí viven ahora en comunidad. Una vez al mes, una de ellas se desplaza a las otras islas para acompañar a los equipos técnicos que llevan a cabo el programa. Desarrollan actividades que permiten "el conocimiento de la realidad y dar respuesta a la situación de dolor que tantas mujeres y adolescentes viven a través de formaciones y acompañamientos individuales y grupales".
Desde los orígenes, la congregación trabaja "por la liberación y promoción de la mujer explotada, esclavizada u oprimida de cualquier manera, con especial atención en aquellas mujeres víctimas de la prostitución y trata con distintos fines". Su ámbito de actuación se extiende a 23 países. Actualmente, realiza más de 170 proyectos en cuatro continentes, haciendo del carisma adoratriz "un tapiz de ilusión, entrega, compromiso y servicio tintado de diferentes culturas".
En Cabo verde, la misión de estas religiosas es trabajar por el "empoderamiento de las mujeres que se encuentran en situación de prostitución y trata con fines de explotación sexual". También, de "aquellas mujeres en grave riesgo y vulnerabilidad, por situaciones de violencia física y psicológica, en contextos de calle y otros espacios de exclusión", lo que les lleva a defender sus derechos y a denunciar "todos los modos de esclavitud".
Eso lo realizan desde lo que llaman "pedagogía del amor" expresado por la fundadora de la congregación, Santa María Micaela: "(…) trabaja a la joven con mucho amor (…)”. "La afectividad tiene que ver con la autoestima y la valoración personal, la ternura y las relaciones interpersonales satisfactorias, la seguridad emocional y la intimidad, y aquellos valores y habilidades necesarios para que produzcan el crecimiento integral de la mujer. El amor posibilita el que cada persona se sienta apreciada, única, valiosa y aceptada, sintiéndose, por tanto, con libertad y sin juicios para relacionarse adecuadamente", manifiesta Milagros García López.
"Trabajamos desde el acompañamiento personal y grupal; desde la acogida incondicional, desde un 'sacar fuera' todo el potencial que tienen dentro; desde un devolverles su dignidad como persona y como mujer a través de las distintas formaciones técnicas y sobre todo desde el trabajo en valores humanos y trascendentes. Desde todo esto es como se pueden empoderar. Es importante la capacitación técnica, pero esta, sin un trabajo integral de la persona, no tiene sentido", subraya.
"Algecireña de los pies a la cabeza"
Milagros García López no nació en Algeciras, pero es "algecireña de los pies a la cabeza". Vino al mundo en Suiza, adonde sus padres se habían desplazado por trabajo, pero con sólo nueve meses volvió a Algeciras. "Toda mi vida se desarrolló aquí y toda mi familia vive aquí, excepto dos primos que residen fuera. Mi vínculo es grande con esta ciudad, a la que vuelvo una vez al año para estar con la familia", relata. Su formación escolar comenzó en el Colegio de las Adoratrices. A los 10 años, su familia se mudó de barrio y entró en el Colegio Santa Teresa de Jesús, del que guarda "muy buenos recuerdos". Su vocación se fraguó en la Parroquia del Corpus Cristi, donde participó de los grupos juveniles, recibió el sacramento de la confirmación, fue catequista y se incorporó al coro. A los 19 años "después de un tiempo de discernimiento" ingresó en la congregación de las Religiosas Adoratrices. Era 1983. Sus votos perpetuos los hizo en la parroquia Del Corpus. A partir de los 15 años comencé de nuevo a tener relación con las religiosas adoratrices. Desde muy pequeña tuve mucha inquietud por las misiones, por ayudar a los demás, Jesús Eucaristía siempre fue centro en mi vida", cuenta. "Todo esto es lo que me llevo a entrar en esta congregación cuyo carisma es adorar y liberar a mujeres despreciadas por la sociedad. Es lo que vi vivir a las hermanas adoratrices que conocí en Algeciras, entregar la vida por un tipo de mujeres jóvenes maltratadas y despreciadas por la sociedad y el ver la vida de oración que llevaban". Actualmente comparte su vida con otras tres hermanas de la congregación en la isla de Santiago, Cabo Verde, aunque el programa está presente también en la isla de Sal y San Vicente.
A Milagros García López le cogió por "sorpresa" el premio. "No lo siento por lo que hacemos sino por quienes lo hacemos, desde donde y como". "Personalmente, ha supuesto tomar mayor conciencia de la responsabilidad que como Iglesia tenemos. De que esto es posible desde la fuerza de Dios y de sentirte en sus manos. No hay mayor grandeza que dar la vida por el Evangelio. Supone tener presente a tantos misioneros que desde nuestras limitaciones queremos ser imagen, instrumento de Cristo en el mundo, especialmente para las personas que más necesitan de nuestro cuidado". "Nosotras somos un pequeño granito dentro de esta gran Iglesia Católica de la que con orgullo soy parte", concluye.
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