Santacana y la Cruzcampo (y III)
HISTORIAS DE ALGECIRAS
Laureano Soto dominaba el sector cervecero en la Algeciras de aquella primera década del siglo XX
De la mano del apellido Santacana llegó la novedosa Cruzcampo hasta nuestra ciudad
Otros industriales como Quirós y Vías se sumaron al suministro de la cerveza sevillana dada su gran aceptación
Otras populares cervecerías algecireñas de la época, eran, entre otras, la llamada La Española, sita en la calle Sacramento, propiedad de Adelaida Deslinchan, quién contaba con la ayuda de su hermano José, quién ejercía como encargado en ausencia de Adelaida; o la también cervecería La Marina, situada en el número 5 de la calle de igual nombre, propiedad de la viuda Francisca Casanova.
Pero quién realmente dominaba el sector cervecero en la Algeciras de aquella primera década del siglo XX, era el popular y exitoso empresario Laureano Soto. Este industrial local administraba y regentaba, entre otros establecimientos abiertos en nuestra ciudad, la cervecería ubicada en la calle del Ángel, esquina Río de la Miel, teniendo como encargado a Francisco Pérez Domínguez; la también cervecería abierta en el número 9 de la calle Pi y Margall (Tarifa); y por el último su más popular establecimiento, la famosa Freiduría y Cervecería, que abrió sus puertas por aquellos años en el número 5 de la calle Real, teniendo como encargado a José Morales Bianchi. Aún no estaba al alcance para la cartera de clientes de la novedosa Cruzcampo, el nombre del emprendedor algecireño. Desgraciadamente para los Osborne la posibilidad de negocio en Algeciras, aún quedaba muy lejos. Era imposible para los portuenses industriales, la competencia con la cercanía y precios de los abastecedores gibraltareños.
Durante la segunda parte de aquella primera década del nuevo siglo, fallecería el mayor de los Santacana, dejando tras de sí todo un gran servicio a la sociedad. Primero a su familia ejerciendo su mayorazgo en general, pero muy especialmente apoyando a la gran figura que fue su hermano Emilio. En segundo lugar a la ciudad que le vio nacer, asumiendo la presidencia de su ayuntamiento en varias ocasiones, o representación de instituciones públicas y privadas. Y por último a su país, cediéndole gratuitamente el terreno de una de sus propiedades para la instalación de barracones con el fin de albergar a las tropas destinadas al norte de África. La ya, para entonces, avanzada edad del menor de los industriales hermanos, hizo posible que sus sobrinos, hijos de su única hermana María de la Encarnación, de nombres José y Joaquín Bianchi Santacana, se fueran haciendo cargo, poco a poco, del familiar negocio; manteniendo su tradicional denominación hasta el fallecimiento del Alcalde de la Conferencia años después.
La impronta de aquellos dos nuevos y jóvenes empresarios, al frente del popular almacén situado en el número 29 de la calle Cristóbal Colón o Larga, rápidamente se impuso con el más que seguro beneplácito del tío Emilio. Los viejos y tradicionales licores, estaban dejando paso a renovados sabores y marcas como la popular cerveza (de la que en siglos pasados el mismo Shakespeare dijo: La mejor cerveza está en los conventos) que ya fuera a través de los viajeros o traída por los itinerantes feriantes quienes tras la sevillana feria, tenían apuntado en su calendario la Feria Real algecireña. Sea como fuere se produjo el comercial contacto, cuando aún estaba al frente del negocio Emilio Santacana; por lo que se ha de entender del mutuo conocimiento -empresarial o personal- entre los máximos exponentes de ambas sagas.
El éxito de la nueva cerveza sevillana en nuestra ciudad fue total. Nuevos empresarios se sumaron a la firma de Hijos de Francisco Santacana, en convertirse en suministradores de la Cruz del Campo en Algeciras, siendo uno de estos el industrial Antonio Quirós, quién compró a María Guerrero, viuda de Francisco Cortés, la casona situada en el número 27 de la calle Nueva (antigua Matadero), la cual además de pozo, contaba con un amplio patio y cuadra. Siendo ideal para los fines comerciales a los cuales su nuevo propietario la iba a destinar: convertirse en el primer almacén que la sevillana cerveza Cruz del Campo, propiedad de los hermanos Osborne, tendría en nuestra ciudad.
Y así, con la presencia en nuestra ciudad de la exitosa marca de cerveza hispalense, nuevos establecimientos del mismo ramo aparecieron en Algeciras, encontrándose entre los más populares: la Cervecería Hispano Anglo Francesa, abierta en el número 7 de la calle Prim, propiedad de Juan Martínez, posteriormente sería adquirida por Cayetano Rabanal. Cervecería Universal, propiedad de Alfonso Palo, sita también en la calle Prim -antigua Torrecilla- esquina Castelar (este establecimiento era muy frecuentado en nuestra ciudad, no solo por su cerveza, sino también por su apreciado café, siendo el más demandado por los clientes el denominado Moka, para cuya elaboración su propietario había comprado una modernísima máquina traída desde Madrid); posteriormente sería adquirido el citado establecimiento por Eduardo Díaz. Otra sería la Cervecería y Freiduría Tocón, convertida posteriormente en restaurante, estaba situada en la Plaza Alta, y fue uno de los primeros establecimientos que ofrecieron a sus clientes servicio telefónico, siendo su número el 157. Contaba además con servicio a domicilio. Su propietario era Manuel Rodríguez Tocón, quién anteriormente había sido dueño del también popular Café El Túnel, ubicado en la calle Imperial.
Aquellas cervecerías de la Algeciras que conoció la llegada de la novedosa Cruz del Campo, además de ofrecer sus magníficos licores y bebidas a sus clientes, también atendían otras demandas de estos, por ejemplo, según expresa el documento consultado: "Continúan viéndose animadísimos los grandes bailes de máscaras que se vienen celebrando en el Café España [...] hasta altas horas de la madrugada, deslizándose con el mayor orden y alegría".
Aquellas viejas cervecerías remozadas que abrían sus puertas en el centro de la ciudad, ofrecían a sus fieles clientes, además de los tradicionales bailes durante el carnavalesco mes de febrero, otros espectáculos musicales como bien lo prueba el siguiente texto: "Durante las noches [...] se celebraron magníficos conciertos en la acreditada Cervecería Hércules, por el notable guitarrista D. Esteban Juez. El amplio salón viose completamente lleno, escuchando el Sr. Juez infinitas ovaciones por tan merecido trabajo”. Pero si aquel establecimiento cervecero sito en la popular calle Real, ofrecía a su clientela, especialmente masculina, un atractivo añadido a su magnífica pilsen, éste consistía en la entrada y salida de las guapas costureras y aprendizas de la prestigiosa sastrería de Alonso, situada frente al establecimiento. Un obrero de la pluma de aquella época, recogió en unas de sus crónicas: "Todos los días desde la puerta de la Cervecería Hércules, atisbo la salida y entradas de las esclavas de la aguja que van a la famosa sastrería de Alonso. Son alegres, saltarinas y parladoras. Taconean rítmicas, nerviosas sobre las aceras de la plazuela y ciñen a sus cuerpos de diosas de paganía, la simpática batista de sus elegantes vestidos caprichosamente confeccionados".
Aquella cervecería alcanzó su fama, cuando se hizo cargo del citado el no menos popular empresario nombrado anteriormente Laureano Soto. El citado miembro de la algecireña zaga de los Soto, supo ofrecer al exigente paladar local, además de las mejores marcas de cervezas del momento incluida la ya popular Cruz del Campo, la degustación de su magnífica freiduría, puesta en marcha aprovechando la cercana y tradicional pesca en la bahía.
Y mientras Soto triunfaba en el distrito del Convento con su famosa Cervecería y Freiduría, en el cercano distrito de La Caridad, y más concretamente en la esquina de las populares calles Soria y Larga, hacía lo propio tras hacerse con un viejo local, el también empresario algecireño, nombrado anteriormente Eduardo Díaz. Quién, al hacerse cargo de su nuevo establecimiento, y tras lavarle la cara poniéndolo al gusto de la exigente sociedad algecireña, abrió sus puertas bajo la denominación de Cervecería Universal. El cercano almacén de los Santacana a pocos metros del nuevo negocio, garantizaba el pronto suministro de botellas de cervezas salidas días atrás desde la sevillana fábrica de los hermanos Osborne, situada en la cercanía del sacro monumento conocido como La Cruz del Campo.
Y así, de la mano del almacén que desde antaño respondía bajo la denominación de Hijos de Francisco Santacana se comenzó en 1912 a publicitar (La Defensa) el suministro de la cada vez más solicitada bebida sevillana, a cuantas cervecerías la demandaron. La sociedad algecireña que recibió muy gratamente la nueva bebida mantenía además una estrecha relación con la ciudad hispalense, como así lo demuestra el siguiente documento: "Varios aficionados pertenecientes a la respetable sociedad que con el título de Sevilla Ciclista se han organizado [...] harán su excursión por la carretera de Jerez a San Fernando, y desde este último punto se dirigirán a Gibraltar, deteniéndose a su paso por Algeciras para descansar".
En sentido contrario, también existía un gran interés por los algecireños en disfrutar de las fiestas y tradiciones sevillanas, no en vano y durante bien entrada la segunda década del pasado siglo XX, las empresas que ponían en contacto a ambas ciudades, publicitaron el siguiente programa: "Semana Santa en Sevilla. Magníficas cofradías y solemnidades religiosas [...] Corridas de Toros. Domingo de Resurrección con ganado de Albaserrada; espadas Gallito y Belmonte [...] Feria. Corridas de Toros. Espadas: Pastor, Gaona, Gallito y Belmonte. Ganado: Muruve, Santa Coloma, Gamero Cívico, Miura y Anastasio Martín. Carreras de Caballos. Fiesta de la Flor. Conciertos musicales. Iluminaciones. Tiro de Pichón. Fuegos Artificiales y otros festejos".
Pasados los años y una vez consolidada la marca popularizada como Cruzcampo, otros industriales al por mayor tomaron el relevo, tal fue el caso de Manuel Vías, agente de comercio para el Campo de Gibraltar, quién se publicitaba como: Importador exclusivo de la cerveza Cruz del Campo. Valga como muestra de su importante actividad empresarial, el texto del siguiente escrito comercial: "Manuel Vías. Algeciras á 5 de Diciembre de 1915. Sr. Caballero. Chipiona. Muy Sres. míos: Confirmo mi carta 1º de Diciembre. En mi poder las suyas de 23 y 30 de Noviembre y 3 de éste. Devuelvo la carta de Don Juan Moyá de La Línea cuyo asunto ha sido arreglado de acuerdo con Don Manuel Vaca, haciéndole una bonificación de 75 ptas".
Sobre este industrial también existe el levantamiento del siguiente acta, ante los representantes en nuestra ciudad de los ferrocarriles Andaluces, y fechada el 3 de enero de 1919, donde expresó: "Dice que ha recibido tres baúles de ropa y tres colchones para enviarlos al colegio de Villa Plata de Gibraltar, pero al presentarse a despacharlos ha encontrado los baúles sin precintos y con una cerradura levantada, pide entonces las llaves y una relación del contenido indicando el precio de cada prenda de los mismos para proceder a su reconocimiento y si algo está robado poder hacer reclamación. Número de registro 153".
En definitiva, tras la llegada de la novedosa Cruzcampo hasta nuestra ciudad y de la mano del apellido Santacana, otros industriales como los reseñados Quirós y Vías se sumaron al suministro de la sevillana cerveza dada la gran aceptación que mostraron desde el primer momento por ésta los vecinos de Algeciras.
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