Al mismo tiempo que las autoridades locales reclamaban al Gobierno de la Provincia y al de la Nación la construcción de un puerto y, tímidamente, se acometían algunas obras de mejoras en las endebles estructuras con que, desde el siglo XVIII, contaba la ciudad, en la segunda mitad del siglo XIX se fue dotando al puerto de Algeciras de una serie de infraestructuras e instalaciones que, de alguna manera, modernizaron el servicio que se prestaba a los tráficos previamente a la aprobación del primer proyecto portuario de envergadura a principios del siglo XX.

Entre esas nuevas instalaciones, obras de mejora y servicios, habría que mencionar: el encauzamiento del curso final del río de la Miel desde el puente del Cristo, la habilitación de un paseo de ribera en la Marina, la construcción de los faros de la Isla Verde y de Punta Carnero, la instalación de la Pescadería y de la Caseta de Aduana, la construcción de la Caseta de Salvamento de Náufragos y el edificio del Servicio de Sanidad.

Encauzamiento del curso final del río de la Miel y el paseo de ribera de la Marina

Al menos desde mediados del siglo XVIII, el cauce final del río de la Miel era utilizado por barcas y faluchos como zona de fondeo y atraque, constituyendo, hasta la construcción del Rompeolas de la Isla Verde, el único espacio de aguas abrigadas existente en el precario puerto de Algeciras.

Sin embargo, las frecuentes avenidas del río y los temporales marítimos del sudeste aterraban los fondos y destrozaban los puntos de atraque, motivo por el que, desde que se tiene constancia documental, la limpia del río y la construcción, reparación o ampliación de los muros laterales del cauce, eran obras demandadas de ordinario a las autoridades provinciales o acometidas por la Corporación Municipal, a pesar de la penuria económica que habitualmente sufría.

En el proyecto non nato de 1859 se hacía hincapié en el aterramiento en que se encontraba el cauce del río, abogándose por la prolongación del muro de defensa de la orilla izquierda, así como por la construcción de un muelle de ribera en la Marina. Este dato es de gran interés, porque demuestra que, hasta ese año, en la Marina no existía ningún tipo de paseo o muelle, estando las fachadas de los edificios abiertas directamente a la playa y expuestas a los efectos de los temporales.

La Pescadería, el Paseo de la Marina y el muelle Viejo en 1904.

Como se documenta en fotografías de principios del siglo XX, en esta playa varaban las barcas de pesca para que los pescadores pudieran desembarcar las capturas que se sacaban a la venta en dicha playa o en la cercana pescadería situada en el extremo norte de la Marina. En 1901, Emilio Santacana refiere que “el fuerte muro, de trazado curvo, que entonces levantó aquélla (la Compañía del Ferrocarril), se está en la actualidad destruyendo para ser sustituido por otro de línea recta, que arranca desde el puente (del Cristo), a fin de dar mayor amplitud al andén del puerto.

La Pescadería y el Paseo de la Marina en el año 1906.

Esta obra canalizará más el río y le dará mayor profundidad; pero en cambio, los acarreos formarán más fácilmente barra en la embocadura, y en los sudestes, ofrecerá menos seguridad a las embarcaciones que allí se guarezcan, en tanto no se construya un muelle de piedra que pudiera terminar en la Galera, con lo cual, se formaría un pequeño puerto, quedando la entrada protegida de los temporales”.

Los faros de la Isla Verde y de Punta Carnero

El proyecto del ingeniero Juan Martínez Villa de 1859 preveía la construcción de un faro o “luz del puerto” en la zona noroeste de la Isla Verde, en el extremo del espigón proyectado en ese lugar. En conexión con el futuro faro de Punta Carnero (1874) y el ya construido de Punta Europa (1841) debía señalar a los buques el obstáculo de la isla y la entrada al puerto de Algeciras.

Aunque el citado proyecto portuario no se llevó a la práctica, el faro sí se edificó en 1864 con un diseño realizado por Jaime Font un año antes, al nordeste de la isla. El plano focal se hallaba a 26 metros sobre el nivel del mar y a 9 metros sobre el terreno.

Faro de Punta Carnero inaugurado en el año 1877.

En la actualidad, el faro de la Isla Verde se halla sin servicio, reemplazado por el nuevo balizamiento del Puerto Bahía de Algeciras. El faro de Punta Carnero se halla ubicado en el cabo o punta de su nombre, que cierra la bahía de Algeciras por el suroeste. Es de cuarto orden en la clasificación de los faros españoles y fue también proyectado por Jaime Font en 1864 como un faro de quinto orden y luz roja fija, inaugurándose en 1874.

Al principio funcionaba con aceite de colza. Además de iluminar y señalar, en conjunción con el faro de Punta Europa, la entrada a la bahía, el faro de Punta Carnero tenía, en origen, la misión de marcar a los buques los bajos de La Perla con una luz de color rojo. Pero al final se construyó con una luz fija de color verde. Este faro consiste en una torre cilíndrica de sillería de arenisca cuyo fuste es una réplica a menor escala del faro de Chipiona. La torre se apoya sobre una cornisa de elegantes ménsulas en la que descansa el cuerpo de luces. El plano focal se sitúa a 42 metros sobre el nivel del mar y a 22 metros sobre el terreno. Fue restaurado por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras en el año 2000.

Primeros astilleros

La existencia de astilleros en los entornos del río de la Miel está documentada, al menos desde mediados del siglo XVIII, con una etapa de auge en los años que duró el Gran Asedio de Gibraltar, entre 1779 y 1782, y en los años siguientes cuando se desenvolvía en la zona la lucrativa actividad corsaria.

Sin embargo, y aunque las fuentes de la época son parcas en noticias directas sobre la construcción naval, una actividad de la que da fe la mención de calafates y carpinteros de ribera establecidos en la ciudad, dicha actividad debió constituir una industria modesta pero a la que se dedicaba una parte de los hombres de maestranza que son citados en la documentación.

La existencia de los numerosos faluchos, místicos, barcas pescadoras, lanchas y botes matriculados en el puerto a lo largo del siglo XIX evidencia la presencia de unos astilleros donde se construía y reparaba esta importante flota de cabotaje que ejercía sus labores en el puerto algecireño.

Con la letra A, el astillero situado junto a la desembocadura del río de la Miel. Con la lera B, la playa de la Marina. (Fotografía de Charles Clifford realizada en el año 1859).

En 1856, un tal Diego Toledo elevó una solicitud a las autoridades de Marina para establecer unos astilleros en la playa del Saladillo, de lo que se dio cuenta al Ayuntamiento. El Consistorio, de acuerdo con la Comandancia de Marina, accedió a lo solicitado, concediendo al peticionario una parcela de 40 varas de longitud por 30 de anchura.

Además de este nuevo astillero que estuvo ubicado en la playa del Saladillo y del que se tienen noticias en las décadas siguientes, en 1859 existía otro pequeño arsenal, que se dedicaba a construir embarcaciones y a reparar sus averías, según el ingeniero Juan Martínez Villa, situado en la orilla derecha del río de la Miel, en el lugar que, a partir del año 1894, ocupó la oficina expendedora de billetes de la Compañía del Ferrocarril y el arranque del muelle de Madera.

La Pescadería

Al final de la Marina, en el lado opuesto al río, se construyó entre los años 1876 y 1877 por encargo del Ayuntamiento el edificio de la Pescadería por la misma empresa que había realizado la de Sevilla, según señala Ana María Aranda, la fundición de “Portilla White y Cia".

La Pescadería y pescadores desembarcando las capturas. Año 1906.

Una de las características de la edificación era lo estilizado del conjunto al utilizar como soportes delgadas columnas de hierro forjado con cubiertas sostenidas por medio de sutiles vigas también de hierro y tejado a dos aguas. Los amplios vanos que presentaba en sus cuatro fachadas y la excelente ventilación del edificio, eran idóneos para la función que debía desempeñar: la exposición y venta de pescado fresco desembarcado en la cercana playa. Se construyó sobre una estructura elevada de mampostería que le permitía alejar el edificio de la humedad del mar y de los temporales que azotaban la zona durante el invierno. Tuvo un coste de 57.000 reales que no fueron abonados por el Ayuntamiento, teniendo que reclamar judicialmente la empresa constructora tal cantidad sin lograr otra cosa que se le pagara 1.000 pesetas anuales a cuenta de los intereses del capital, según el cronista Manuel Pérez-Petinto.

Sin embargo, con anterioridad a 1876 existía en el mismo lugar otro edificio usado como pescadería que fue remodelado o sustituido por el diseñado por la fundición sevillana, según refiere, en el capítulo de consideraciones generales del “Proyecto de un puerto de arribada y refugio en Algeciras”, de 1859, el ingeniero Juan Martínez Villa.

Edificio en que se transformó la antigua pescadería en el año 1914. Fue demolido hacia el año 1940.

Cuando se remodeló el paseo de ribera en 1913-14 para ampliar el muelle Comercial y comenzar la construcción del muelle de la Galera, se dotó al edificio de la pescadería de un cerramiento de mampostería con ventanas y puertas. Con este nuevo aspecto continuó ejerciendo alguna función que desconocemos, al menos hasta el año 1936, cuando fue destinado a otros menesteres relacionados con la pesca hasta que se acometieron las obras de remodelación de la Marina y de relleno parcial de la dársena de Villanueva en 1952, cuando fue demolido al acometerse el proyecto elaborado, ese mismo año, por el ingeniero de la Junta de Obras del Puerto Pedro Gaytán de Ayala e Ibero.