"El costalero es un privilegiado"

El mundo del costal, más allá de una pasión o una devoción, se podría calificar también como un arte más de los muchos que rodean la Semana Santa en todos sus aspectos. Alejandro, algecireño de 23 años, es costalero del Cristo de la Columna desde hace ya algunas primaveras y lleva con orgullo y aprecio la responsabilidad y trabajo que conlleva ser costalero.

"El cúmulo de sensaciones que se viven bajo un paso, no se pueden explicar. El costalero es ante todo un privilegiado", explica. "Hacerse la ropa, ponerse la faja, una buena levantá, una buena arriá, andar bien o fijar un costero, todo eso forma parte del trabajo del costalero", detalla Alejandro cuando se le pregunta si es un arte el costal.

"Para un costalero, la Semana Santa empieza en el momento en el que conoce la fecha de la igualá. Ahí comienza la ilusión de cada año por reunirse y compartir momentos únicos con esos compañeros y amigos", relata el algecireño, sobre la intensa forma de vivir la Cuaresma en las cofradías.

"Vivo en Sevilla actualmente y claro que merece la pena bajar a ensayar. Estas vivencias no tienen precio", dice orgulloso sobre el esfuerzo que supone. Acaba con un deseo: "ojalá el tiempo respete a todas las hermandades este año".