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La Algeciras de Alá. El islam resucita con fuerza en la frontera sur de Europa (y II)

Instituto de Estudios Campogibraltareños

Casi diez mil musulmanes, en su inmensa mayoría de origen marroquí, celebran anualmente en Algeciras el Eid al-fitr de final de Ramadán o la Fiesta del Cordero

En breve supondrán el 10% del total de la población algecireña

La Algeciras de Alá. El islam resucita con fuerza en la frontera sur de Europa (I)

¿Algeciras se islamiza?

Ciudadanos marroquíes celebran la victoria de su selección de fútbol contra España en octavos de final del mundial 2022 en Algeciras.
Ciudadanos marroquíes celebran la victoria de su selección de fútbol contra España en octavos de final del mundial 2022 en Algeciras. / Erasmo Fenoy
Periodista. Experto Universitario en Cultura y Religión Islámica.

09 de junio 2025 - 04:01

Organización de los templos

Casi todas las mezquitas algecireñas se han federado en la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), una de las grades federaciones religiosas. Hoy por hoy, solo la mezquita Al Rahma, está federada en la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), la otra gran federación nacional de comunidades islámicas.

La adscripción a una u otra federación permite determinar la línea doctrinal de la mezquita. UCIDE, la mayor de las federaciones, cuenta con el 60% de los miembros de la Comisión Islámica de España (CIE), órgano oficial de representación de los musulmanes ante el Gobierno. UCIDE y CIE están presididas actualmente por el mismo ciudadano de origen sirio, Aiman Adlbi, investigado (al igual que otros responsables de UCIDE) por presunta financiación de grupos ligados a Al Qaeda en Siria, como publicó El País el pasado 16 de enero de 2024.

FEERI, por su parte, fue fundada por el español converso al islam, Mansur (Francisco) Escudero en 1990. En 2003, pasó a manos de gestores marroquíes y estuvo señalada en los medios de comunicación por atender, supuestamente, instrucciones de Rabat. Luego, sin embargo, sus directivos empatizaron con el movimiento islamista sufí Justicia y Caridad, prohibido en Marruecos por no reconocer la autoridad religiosa del monarca. El actual presidente de FEERI, Mounir Benjelloun, niega rotundamente esa vinculación igual que hace el delegado de FEERI en el Campo de Gibraltar, Driss Mohammed. FEERI solo tiene tres representantes (de veinticinco que son) en la comisión permanente de la CIE.

Cuentan muchas mezquitas algecireñas con un imán residente (que suele cobrar entre 400 a 1000 euros al mes) y, algunas, con una madraza donde imparten clases de Corán y árabe fusha a niños que abonan mensualmente entre 20 y 40 euros. Hoy, el referente del Rey de Marruecos como líder espiritual ha desaparecido por completo de las mezquitas algecireñas (no hay retratos suyos presidiendo ninguna como sí los hay en todas las mezquitas de Marruecos). Ciertas corrientes islámicas transnacionales como el Tabligh, con fuerte presencia en Reino Unido y Francia, aterrizaron en el Campo de Gibraltar a mitad de los 90 de la mano de tozudos misioneros; siguen ejerciendo una indudable influencia magisterial en algunas mezquitas de UCIDE. La militancia en el Tabligh ha sido esgrimida por el Ministerio de Justicia en muchas ocasiones como causa de denegación de la nacionalidad española a solicitantes extranjeros.

Una musulmana en su puesto del mercado Torroja de Algeciras.
Una musulmana en su puesto del mercado Torroja de Algeciras. / Erasmo Fenoy

El sermón o jutba de los viernes se sigue pronunciando en árabe fusha en la totalidad de las mezquitas de Algeciras a pesar de que cada vez son más los fieles musulmanes que no conocen esta lengua (porque proceden del África subsahariana o porque, siendo de origen marroquí, no han tenido oportunidad de estudiarla). Aunque las oraciones diarias deben rezarse en el árabe del Corán, la jutba sí podría pronunciarse en aquella lengua que mejor entiendan los fieles. Se da la circunstancia, sin embargo, de que muchos imanes no hablan otra lengua que no sea el árabe (interesa subrayar aquí que solo el 18% de los musulmanes en el mundo son araboparlantes).

Desencuentro cultural y religioso

Muchos de los musulmanes que llegaron en décadas pasadas a Algeciras se han agrupado por zonas y desarrollan su vida social en esos barrios que, aun no siendo exclusivos, sí son popularmente considerados como propios; se protegen así de una influencia cultural exterior que perciben hostil y, sobre todo, una amenaza para su sistema doméstico de valores: padres y tutores se frustran al ver crecer a sus hijos en España en un entorno sociocultural que difiere de aquel en el que ellos crecieron en Marruecos y todavía persiste allí. Querrían lejos de sus hijos hábitos sociales como el consumo de alcohol propio del ocio occidental, la promiscuidad sexual juvenil, las indumentarias consideradas inapropiadas, las relaciones de amor erótico (contractuales o no) entre personas del mismo sexo, los espacios de ocio no diferenciados por sexos, la irreligiosidad, etc.

A consecuencia de la particular cosmovisión magrebí se produjo en Algeciras un perceptible impacto cultural entre la población anfitriona y los nuevos pobladores. La causa de la pacífica colisión (que mantiene a la comunidad arabizante y a la netamente local asentadas en áreas urbanas diferenciables y disfrutando de espacios de ocio diferentes) es exclusivamente cultural (no religiosa) y tiene como elemento central el dogmatismo doctrinal de quienes nacieron o fueron educados en Maruecos antes de migrar a España. Ese dogmatismo (ni mucho menos exclusivo de los países islámicos) difícilmente compatibiliza con las manifestaciones de la cultura de librepensamiento propia de Occidente. Los marroquíes que migraron a Algeciras a partir de la década de los 90 procedían mayoritariamente de zonas rurales de Tánger y Tetuán en las que el pensamiento crítico (también el razonamiento, la lógica o el empirismo) no forma parte del desarrollo educativo personal tanto como los dogmas morales; han recibido en la familia, la escuela y a través de los medios de comunicación (fuertemente controlados por la Administración) los mismos principios dogmatizados.

Una musulmana dona sangre en el centro de salud de El Saladillo en Algeciras.
Una musulmana dona sangre en el centro de salud de El Saladillo en Algeciras. / Erasmo Fenoy

Muchos padres y madres de familias marroquíes migradas a España hicieron (y siguen haciendo) esfuerzos por que sus hijos (nacidos ya en España) se educaran en esas estructuras morales del Marruecos tradicional. Sin embargo, estos hijos han estado expuestos desde la infancia a docentes con las más plurales y diversas visiones sobre materias sociales y humanísticas; a medios de comunicación libres, escritores e Internet sin censura o articulistas críticos; a canales de televisión de todos los signos, tertulianos televisivos y radiofónicos sin prejuicios; a influencers y pensadores que pueden expresar sus opiniones o divagaciones filosóficas o teológicas sin temor a denuncias o condenas. Se aprecia por ello que, debido a esa exposición durante el proceso educativo de los jóvenes, ha tenido lugar un inevitable choque generacional. Los musulmanes de más de 40 años en España perciben el mundo de una manera distinta a la de sus hijos ya adolescentes. Asuntos como el noviazgo (nótese que el noviazgo como tal no existe en Marruecos) o las relaciones de afecto mixtas (con jóvenes no musulmanes) son los dos aspectos socio-culturales que más conflictos generacionales ocasionan, a juzgar por los testimonios recabados entre estudiantes de origen marroquí de dos institutos algecireños.

Algunos datos ilustran esta ruptura ideológica entre padres e hijos: por ejemplo, mientras los adultos de origen marroquí aprueban y justifican que en Marruecos se castigue con cárcel a los que incumplen la obligación religiosa del ayuno de Ramadán (el artículo 222 del Código Penal marroquí establece penas de seis meses de cárcel), los jóvenes musulmanes entrevistados, al contrario que sus progenitores, rechazan de forma unánime la vigencia en Marruecos de esta y otras normas de similar naturaleza.

Aunque el uso delhiyab en el Marruecos urbano no se considera relevante (en los canales televisivos de la SNRT apenas aparecen mujeres con hiyab) en Algeciras representa uno de los signos de identidad en cuyo refuerzo más empeño ponen las familias de origen marroquí. Sin embargo, un 75% de las jóvenes de familias musulmanas escolarizadas se resisten a mostrarse (y ser etiquetadas) en todo momento y lugar como musulmanas: han concluido que el din es un aspecto de su personalidad que no debe quedar siempre y necesariamente a la vista de todos.

Identidad y crisis

Se ha producido en jóvenes de origen marroquí nacidos en España (o llegados de Marruecos a temprana edad) una desvinculación cultural con Marruecos. El grueso de los entrevistados asegura no sentirse marroquí de la misma manera que sí se sienten marroquíes sus padres. Sin embargo, a su vez, manifiestan no sentirse tampoco españoles a pesar de haber estudiado, vivido o incluso nacido en España. La plena integración no puede acontecer cuando 9 de cada 10 jóvenes de origen marroquí (87%) asegura encontrar una especial dificultad para alquilar una vivienda por razón de su nombre islámico. El 83% expone que, por esa misma razón, cuentan con una dificultad añadida para acceder a un puesto de trabajo. El Observatorio Español de Racismo y Xenofobia (Oberaxe) entiende que esa islamofobia tiene su raíz en ciertos discursos políticos populistas, el yihadismo y algunas narrativas periodísticas.

La crisis de identidad cultural comienza a manifestarse en esos jóvenes de origen marroquí, nacidos o formados en España, cuando se niegan a pasar las vacaciones estivales en Marruecos junto a sus padres. También, a la vez (en torno a la adolescencia), surgen conflictos por el modo de vestir (de las jóvenes, sobre todo), salidas nocturnas, locales donde se consume alcohol y, sobre todo, el noviazgo o las relaciones afectivas de pareja. Numerosos hijos de migrantes marroquíes en Algeciras mantienen relaciones afectivas de noviazgo que ocultan a sus progenitores.

Aunque el complejo asunto de la radicalización religiosa desborda las pretensiones de este trabajo, es necesario apuntar que muchos estudios recientes han descrito la referida crisis de identidad cultural como uno de los elementos que favorecen la radicalización religiosa (junto a la desestructuración familiar y la vulnerabilidad social). Es así porque, ante la desafección cultural tanto con la sociedad de origen (por desconexión) como con la de acogida (por discriminación), los jóvenes quedan peligrosamente expuestos a la voluntad manipuladora de los radicalizadores. Estos (física o virtualmente) ofrecen a sus objetivos un novedoso constructo político: el islam como nación. Un número muy reducido de jóvenes cae en esa trampa. El reclutador promete acompañamiento, sustento y red de apoyo; suma a su estrategia una proyección gráfica de episodios presuntamente reales en los que hermanos musulmanes en diferentes partes del mundo sufren ataques, injusticias, torturas, violaciones, destierro y muerte por parte de sus “enemigos” occidentales.

Ciudadanas musulmanas en las calles de la zona baja de Algeciras.
Ciudadanas musulmanas en las calles de la zona baja de Algeciras. / Erasmo Fenoy

No hay estadísticas que indiquen que el fenómeno de la radicalización tenga en Algeciras una incidencia significativa: seis detenidos por actividades relacionadas con el yihadismo en el Campo de Gibraltar desde 2012 es una cifra proporcionalmente similar a la de cualquier otro lugar de España, teniendo en cuenta que el número de musulmanes en Algeciras duplica la media nacional.

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