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La Algeciras de Alá. El islam resucita con fuerza en la frontera sur de Europa (I)

Instituto de Estudios Campogibraltareños

Al Yazira al Hadra fue la primera ciudad fundada por musulmanes en Europa, tras su llegada a las costas peninsulares en 711

Seis siglos después de su destrucción, la ciudad vuelve a contar con una organizada comunidad de fieles de tradición espiritual islámica

¿Algeciras se islamiza?

Actividad comercial en el mercado Torroja de Algeciras.
Actividad comercial en el mercado Torroja de Algeciras. / Erasmo Fenoy
Periodista. Experto Universitario en Cultura y Religión Islámica.

02 de junio 2025 - 04:00

Algeciras/La primera migración magrebí hacia Europa arrancó con la I Guerra Mundial. Joven y masculinizada, fue una migración que vino a ocupar los puestos de trabajo que dejaron vacantes los europeos que se alistaban para combatir. No fue, sin embargo, hasta los años 60 del pasado siglo cuando esos movimientos migratorios del norte de África hacia Francia, Países Bajos y Bélgica, sobre todo, convirtieron a Algeciras en un enclave de paso necesario para los hasta treinta millones de marroquíes y descendientes de marroquíes (cifra de 2024) que viven actualmente en Europa. Cada verano, esa ciudad del sur peninsular padece la pacífica irrupción de unos tres millones de viajeros que cruzan el Estrecho con ocasión de sus vacaciones. Nació esos años una precaria industria de servicios de hostelería y alojamiento dirigida casi en exclusividad a los viajeros de la hoy denominada Operación Paso del Estrecho (OPE). Los titulares de aquellos primeros negocios constituyeron la primera comunidad islámica de la Algeciras moderna. Los desaparecidos restaurantes La Alegría o El Buen Gusto son ejemplo de aquellos establecimientos pioneros dirigidos a transeúntes marroquíes.

Gracias a la demanda de mano de obra de la España de los 90, algunos trabajadores marroquíes de Tánger y Tetuán migraron a diferentes enclaves del Campo de Gibraltar. Fue esta una migración muy tardía, si se la compara con otras regiones europeas, y estuvo, en primera instancia, muy ligada laboralmente al servicio doméstico, la venta ambulante y el casi desaparecido sector pesquero.

Paralelamente a esa entrada de trabajadores, llegan también a Algeciras a partir de 2000 ciudadanos de origen marroquí que se acaban de jubilar en diferentes países de Europa: perciben prestaciones de jubilación del gobierno neerlandés, francés, etc. y quieren vivir cerca de su país natal pero sin renunciar a los servicios (sobre todo, sanitarios) propios de un enclave occidental.

Viajeros magrebíes esperan el barco hacia Tánger en la zona de embarque en el puerto de Algeciras durante la OPE.
Viajeros magrebíes esperan el barco hacia Tánger en la zona de embarque en el puerto de Algeciras durante la OPE. / Erasmo Fenoy

Primeras mezquitas

Aquellos pequeños núcleos de musulmanes en Algeciras atrajo enseguida a otro considerablemente más numeroso a partir de 2005. Estos trajeron consigo a sus familias y estructuras sociales (de marcado acento patriarcal y teocrático); se agruparon en determinados barrios cuyas líneas fronterizas empezaron a quedar bien definidas; se organizaron al principio alrededor de la antigua oficina del Consulado de Marruecos, en Teniente Maroto 3. En las calles adyacentes abrieron negocios dirigidos a los numerosos usuarios del consulado (cuya jurisdicción administrativa alcanza a las provincias de Cádiz y Málaga) que tenían que hacer uso de estas oficinas para renovar pasaportes y documentos de identidad y registrar nacimientos, matrimonios y defunciones.

Esos establecimientos comerciales permitieron a los musulmanes en Algeciras acceder a alimentos halal (permitidos por el Corán) por primera vez. Pronto abrieron sus puertas también las primeras mezquitas u oratorios, todavía precarios inmuebles en los que se predicaba el islam de la escuela malikí, propio de Marruecos: un islam de connotaciones nacionales bajo la autoridad del rey alauita, que es, además de jefe político, líder religioso (emir al muminín).

La primera mezquita algecireña, 618 años después de que Mohammed V de Granada destruyera la Mezquita Aljama, la abrieron en 1987 los hermanos Bouzzian (propietarios de una pensión y del restaurante marroquí La Alegría, en Calle José Santacana 6). El oratorio se ubicaba en un pequeño edificio de su propiedad en la Calle Cayetano del Toro. En 1988 ya dirigía el rezo en ese templo el popular imán Abdeslam (que continúa hoy dirigiendo los rezos en la Mezquita Abu Bakr de Plaza San Hiscio). Pronto, aquel pequeño templo se trasladó a un edificio contiguo algo mayor, en la misma calle: la pequeña sala de oración acogía los viernes, para la obligatoria oración del dhuhr, a un centenar de fieles varones de los alrededores. Los gastos de la mezquita (alquiler y suministros) eran sufragados con donativos.

Aquellos fieles se organizaron y constituyeron formalmente en 2000 la Comunidad Islámica de Algeciras, presidida por el empresario Omar Khemlani, propietario del restaurante La flauta mágica. Arrendaron un almacén del desaparecido Almacenes Mérida, en Calle Montero Ríos 8, y realizaron obras para adaptar el edificio al uso religioso y docente. Dividirían la planta baja en aulas para la enseñanza del Corán. Esta comunidad islámica adquiriría pronto la propiedad del edificio gracias a una donación particular procedente de Qatar. El templo, hoy con cierto aspecto de mezquita andalusí, adoptó el nombre de Al Houda (el camino correcto). Cuenta ya con licencia de lugar de culto y, como tal, está exento del pago del IBI.

En El Saladillo abre en 2009 otra mezquita gracias a la iniciativa del líder religioso local Kamal Cheddad. La llaman como al segundo califa del Islam, Omar Ibn Kattaab. Esta mezquita, en un local del número 28 de la Calle Federico García Lorca, crece pronto en número de fieles y se ve obligada a trasladarse a la Avda. Gesto por la Paz esquina Fernando de Herrera, donde dispone hoy de una sede con dos plantas, una de ellas dedicada en exclusividad a las mujeres. Está inscrita en el Ministerio de Justicia con Cheddad como presidente y su esposa, la algecireña Rocío Palma, como vicepresidenta. Muy activo, este centro ha impartido clases de alfabetización, organizado convivencias interreligiosas y repartido alimentos entre los necesitados.

Una musulmana se dirige hacia la mezquita de El Saladillo.
Una musulmana se dirige hacia la mezquita de El Saladillo. / Erasmo Fenoy

Otra de las antiguas mezquitas es la ya referida Abu Bakr (nombre del sucesor de Mahoma), promovida en 2006 por Ahmed El Haitali, dueño del contiguo Hostal Marrakech. En ella tienen lugar reuniones de propagación del islam a cargo de misioneros de la corriente internacional Yamaat Tabligh.

En 2013 Driss Mohammed creó la comunidad Taqwa (piedad) en El Saladillo. Cambiará después su nombre por Asociación Intercultural Saladillo. Hoy, esta mezquita, en un local bajo en Calle Antonio Machado, lleva por nombre Al Rahma (misericordia). Cuenta con madraza en un local anexo que aloja los viernes a las mujeres orantes; un monitor de televisión les permite ver y oír al imán desde ese aula.

La Bajadilla también dispone de una pequeña mezquita desde 2015, en Calle Burgos 20, iniciativa de los mismos responsables de la Abu Bakr. Pretende su promotor sustituirla pronto por otra de mayores dimensiones para la que, desde 2020, se vienen solicitando aportaciones a los fieles del barrio.

Mención aparte merece la Mezquita Algeciras, en Avenida Gesto por la Paz 88. Obtuvo una proyección mediática internacional en 2015 (cuando se llamaba Taqwa) cuando uno de sus fieles, el marroquí Ayoub El Khazzani, perpetró un atentado terrorista parcialmente frustrado en un tren francés. Clint Eastwood llevaría a los cines su historia en 2018. Hoy, este oratorio, injustamente estigmatizado, está fuera de toda sospecha.

Alimentación Halal

Las carnicerías halal de la zona del Mercado Ingeniero Torroja ofrecen desde el año 2000 carne procedente de mataderos certificados por el Instituto Halal de Junta Islámica. A partir de 2010 se abrieron también sendas carnicerías en los barrios de El Saladillo y La Bajadilla. También se abrieron en el centro bajo o Barrio de la Caridad cafeterías y locales de comidas (donde no se sirve ni cerdo ni alcohol y donde es inusual ver sentada a una mujer). Ese año, en la calle José Santacana 8, abrió el primer supermercado Covirán en el que no se vende alcohol ni ningún producto no halal. En 2015, por primera vez en España, un Burger King (en Avda. Alcalde Paco Esteban) se publicitó como halal.

En 2015 ya funcionaban cinco carnicerías halal en el entorno del Mercado, Saladillo y Bajadilla. Inauguraron pronto también carnicerías para musulmanes en La Piñera y San José Artesano. Algunos puestos del exterior del Mercado Ingeniero Torroja se especializaron en alimentos o cosméticos propios de Marruecos (aceitunas verdes y negras aliñadas, aceite de argán, mezclas de especias como el ras al hanut, jabón negro, khol, henna…).

Número de musulmanes

Cierta flexibilidad fronteriza permitió a partir de 2005 (año de la gran regularización de sin papeles impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero) que la comunidad originaria de Marruecos en Algeciras creciera en número hasta llegar a los 6.635 marroquíes censados en el último registro disponible. El padrón municipal cuenta también con aproximadamente 2.000 ciudadanos naturalizados españoles cuyos nombres o apellidos delatan su origen magrebí. Esto permite establecer que el número de musulmanes de origen marroquí residentes actualmente en Algeciras (en 2024) ronda una cifra que estaría, como mucho, entre los 8.000 y 9.000 ciudadanos (muy lejos de la cifra de 20.000 que refieren los líderes de algunas asociaciones islámicas locales cuando se dirigen a la Administración). A ese número de 9.000 musulmanes de origen marroquí, sin embargo, habría que sumar el de la creciente comunidad islámica subsahariana (mayoritariamente senegalesa), la pakistaní (formada por media decena de familias) y la de ciudadanos netamente españoles conversos al islam. Estas conversiones, casi siempre por razón de matrimonio con musulmán o musulmana, suponen una cifra poco significativa de momento (cien, según consulta realizada en las mezquitas locales que acogen conversiones -sahada- y emiten a los conversos certificados de la misma).

Debe tomarse en consideración que, cuando los investigadores refieren cifras totales de musulmanes en España, indebidamente cuentan tanto a los musulmanes reales o practicantes (aquellos que cumplen, aunque sea de forma mínima, con las obligaciones formales que impone el islam) como a los denominados musulmanes culturales (esos que, aunque sí se reconocen como musulmanes, permanecen desafectos a toda exigencia religiosa o espiritual: no rezan cinco veces al día, no asisten a la mezquita el viernes, no vigilan los alimentos que ingieren...). Así, mediante recuento directo llevado a cabo en las mezquitas de Algeciras, se ha podido constatar que no más de mil fieles varones, en la actualidad, acuden cada viernes a la oración obligatoria comunitaria (la del dhuhr o media tarde) en el conjunto de los templos u oratorios de Algeciras. A esos mil habría que sumar un número equivalente de mujeres (eximidas expresamente por el Corán de esa obligación de la oración comunitaria en la mezquita). Si, además, se tiene en cuenta que algunos fieles no pueden dejar sus trabajos para el dhuhr, podría hablarse de un número total aproximado de 3.000 musulmanes reales (practicantes) de ambos sexos en Algeciras (un tercio del total de marroquíes).

Un musulmán durante el rezo en una de las mezquitas de Algeciras.
Un musulmán durante el rezo en una de las mezquitas de Algeciras. / Erasmo Fenoy

La singular realidad demográfica de los musulmanes que viven en Algeciras ha dado lugar a situaciones tan sorprendentes como, por ejemplo, la del CEIP Andalucía, en La Piñera, en el que 180 niños se decantaron el pasado curso por el islam para sus clases de religión frente a 87 que eligieron la católica.

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