Titan Salvage pretende ahora retirar la carga antes de cortar
El 'Bigfoot 1' se incorporará el próximo fin de semana al operativo · La barcaza elevará al carguero para, luego, retirar la chatarra y cortar en múltiples trozos · El plan es susceptible de cambios
13.000
Reflotar el chatarrero con poderosas grúas, librarlo de su carga y cortarlo en múltiples secciones. Este es, en resumen, el enésimo plan de rescate para el New Flame.
Para ello, la empresa Titan Salvage ha contratado los servicios de una nueva embarcación, la quinta que trabajará en el rescate, que será la Bigfoot 1 y que se encuentra ya de camino hacia Punta Europa procedente del puerto de Rotterdam, según confirmaron ayer a este diario fuentes del Gobierno gibraltareño. Se espera que llegue el próximo fin de semana y se incorpore a las labores inmediatamente. Esta es una barcaza de bandera holandesa de 13.000 toneladas y equipada con dos grúas, una de 500 toneladas y otra de 250. La plataforma flotante ya participó el pasado año en la retirada de los casi 2.300 contenedores que transportaba el MSC Napoli, encallado en aguas británicas.
Con esta nueva herramienta se pretende elevar y reflotar parte de la embarcación ya prácticamente sumergida y, posteriormente, proceder a la retirada de todo el material que sea posible para facilitar los trabajos de corte del pecio encallado. Hasta aquí, el principal objetivo del Bigfoot, que mantendrá al chatarrero panameño elevado para que se proceda al corte en secciones y llevar cada una de estas piezas a su amplia cubierta.
Actualmente el Barge 408, junto a las demás embarcaciones que se encuentran asistiendo al New Flame, están cortando y desmontando las estructuras de cubierta, las únicas que quedan ya emergidas. Esta operación se hará con el fin de facilitar el posterior trabajo del Bigfoot.
Este nuevo plan no tiene por qué ser el definitivo sino que está sujeto a cualquier cambio según se vayan viendo las posibilidades que hay conforme transcurra el proceso de rescate. De esta manera, si parte del barco queda a la deriva éste sería llevado a puerto o, si en otro caso, pudiera ser reflotado de una sola pieza, sería esta la opción. Titan Salvage pasa, por tanto, de un plan perfectamente marcado, con pasos concretos y plazos fijados, a un nuevo rescate con mucho de improvisación. Y es que las condiciones a las que está expuesto el lugar del hundimiento obligan a la empresa Titan Salvage a revisar los planes originales adaptándolos a la situación en cada momento.
El primer plan de salvamento de Titan Salvage dejó de ser válido cuando el pecio sufrió, tras un temporal, un segundo hundimiento, dejando sólo en superficie las parte más altas del buque. Además de este motivo, los continuos temporales han impedido trabajar según el calendario fijado por lo que el pecio se ha ido degradando a pasos acelerado. Motivado por ello, cada vez es más inviable esperar que una vez cortado en dos el barco, la parte de popa quede a flote debido a que los tanques 4 y 5 están inundados. De ahí que se haya decidido incorporar este Bigfoot 1, que cuenta con unas poderosas grúas con las que pretenden evitar que la parte trasera del buque también se vaya al fondo.
Este nuevo proyecto implica también que todo el proceso de rescate se lleve a cabo en el mismo punto del accidente y no sea necesario trasladarlo a puerto. Anteriormente el objetivo primordial del equipo era cortar y dejar a la deriva la sección trasera del barco que incluye la sala de máquinas y la bodega de carga 5. Esto se pretendía conseguir cortando el barco con una cadena pesada, manejada por dos tensores. La proa se pensaba retirar mediante un despiece de la misma.
Asimismo, fuentes cercanas al rescate han negado que se haya perdido el control del New Flame y que éste se encuentre hundido a grandes profundidades. Por otra parte, afirmaron esas fuentes que la empresa Titan Salvage y las autoridades del Peñón mantienen equipos de vigilancia durante las 24 horas, además de medios anticontaminación por si hubiese algún tipo de escape de residuos.
Esto contradice las últimas informaciones que daban los grupos ecologistas del Campo de Gibraltar y que decían que, tras el último temporal, el pecio cayó unos 15 metros más, situándose hasta los 45 y con el riesgo de caer a una zona cercana que cuenta con una profundidad máxima de unos 170 metros. Los conservacionistas temen que la popa vuelva a sufrir un nuevo "empujón" del temporal y sea totalmente inaccesible.
Además, Verdemar aseguró que las embarcaciones de la empresa encargada del rescate se encontraban la pasada semana realizando labores de extracción de hidrocarburos. Antonio Muñoz, portavoz del grupo, consideró además que el tiempo que está llevando la operación es excesivo.
A mediados de enero 2008, la Barcaza 408 estaba lista en el lugar del barco chatarrero para efectuar la operación de corte que siete días después de que la barcaza -ya situada en su lugar- haya iniciado la eliminación de obstáculos, el equipo podrá empezar la tarea de cortar el pecio en dos. Para realizar esta operación se dijo que necesitaría unos tres días para cortar el pecio en dos, y reflotar la sección de popa.
Una vez efectuado el corte, se requerirán dos días más para estabilizar la sección de popa y atracarla en el lugar de anclaje autorizado. Tres o cuatro meses después, y una vez anclada en lugar seguro la sección de popa, sería retirado completamente el buque del lugar que ocupa desde el pasado 12 de agosto cuando colisionó con el petrolero Torm Gertrud cuando el ahora hundido salía del puerto de Gibraltar.
Casi ocho meses después de estos hechos y dos meses después del inicio del rescate del Titan Salvage, la situación del New Flame está lejos de resolverse. Los tanques se encuentran inundados, la proa cada vez a mayor profundidad y la popa cada vez menos visible. Ahora, un nuevo plan de rescate está en marcha.
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