Pollo se toma un respiro
Detrás de las grandes operaciones antidroga de la Guardia Civil en el puerto está el fino olfato de este pastor alemán, que ahora afronta su retirada · Su récord es cuando marcó 27.000 kilos de hachís
Pollo (un derivado de Apollo) campa a sus anchas por la zona de cabotaje del puerto de Algeciras. Se mueve con soltura entre los pasillos que forman los vehículos y los camiones que acaban de desembarcar y que buscan introducirse en la península por este punto fronterizo. Huele por aquí por allí, pero de manera selectiva. Su experiencia le permite discriminar con una efectividad elevada. Este pastor alemán cruzado huele la droga a distancia.
Detrás de grandes golpes contra el narcotráfico de la Guardia Civil en los últimos años está su fino olfato. Su guía, Juan Carlos Mera, recuerda cuando marcó un camión en el que había 27.000 kilogramos de hachís. Es su récord, pero ha encontrado sustancias estupefacientes en interiores de motores, salpicaderos, puertas, techos, tanques y hasta dentro del organismo de una persona que se introdujo hachís vía anal. Detecta también cocaína, heroína y a los inmigrantes que se esconden donde buenamente pueden para burlar los controles fronterizos. "Tiene un olfato privilegiado. Es una maravilla, es muy bueno, pero claro... qué voy a hablar de mi perro. Tiene mucha calidad", subraya Mera, que lleva destinado en la comandancia de Algeciras 7 años.
El día (el martes pasado) del reportaje es de perros. Lluvia, viento y el can que va de un lado a otro. Los guardias civiles se guarecen del agua bajo el techo del control que en días de temporal apenas si sirve. Son las últimas jornadas de Pollo en activo, en breve será jubilado coincidiendo previsiblemente con el traslado de su amo. La retirada suele llegar a los 9 años y este pastor alemán ya tiene 11. Si el guía ve que aún sirve, resiste. "Está muy bien, es muy activo y no tiene ningún problema", argumenta Mera, que confiesa que quiere quedárselo: "Le tengo mucho cariño, es muy cariñoso y efectivo y además ha sido un perro muy bueno trabajando".
Viéndolo a uno le resulta difícil creer que al principio tuviera miedo de los camiones. Fue iniciado en Madrid, pero donde se ha curtido ha sido en la comarca. Al principio iba atado y miraba donde le decía su guía, que poco a poco fue soltándolo, aunque siempre a su lado. Hasta que un día se arrancó y empezó a mirar solo. Marca arañando. "Le gusta mucho trabajar, se lo pasa muy bien".
Cuando encuentra droga tiene una recompensa en forma de rodillo. Es su juguete. Mera lo lleva en su bolsillo y durante el reportaje no lo saca. El perro no halla. En los días de aire ventea, es decir, se sitúa en los puntos por donde el olor le puede llegar. "Con tanto volumen de trabajo no puede mirar coche por coche porque si no quedaría el animal reventado".
A las condiciones metereológicas se añade que mucha de la droga viene mezclada por ejemplo con pimienta, amoníaco, lejía o perfume. Olores fuertes para despistarlo, pero es difícil jugársela. Es una de las armas de precisión de la Benemérita, si no los agentes tendrían que desmontar las piezas cuando sospecharan. Casi imposible. Pollo huele 200 veces más que una persona, no tiene descendencia y Mera tiene planificado su retirada. Estará en un campo, suelto. "También se lo pasará bien". Juguetea ahora con un joven labrador negro que está en formación. Maestro y discípulo se tocan y se van pasando el testigo.
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