Mandan a prisión a una banda de narcos gracias a policías infiltrados

La Audiencia Nacional ha condenado a ocho miembros de una red de narcotráfico a penas de cárcel que en su conjunto suman 51 años. En el juicio han sido claves las pruebas aportadas por tres agentes de la Policía Nacional que se infiltraron en la banda y controlaron la llegada al puerto de Algeciras de un contenedor con 261 kilos de cocaína. Los policías también se encargaron de trasladar la mercancía a una nave de Guadalajara, donde procedieron a la detención de parte de la organización. El resto cayó en una vivienda de Madrid desde donde vigilaban la operación. El juez ha impuesto a los miembros de la banda -siete españoles y un rumano- penas de prisión que van desde los 3 a los 8 años. Asimismo, los condena al pago de multas que en su totalidad suman 51,6 millones de euros.

La sentencia recoge entre los hechos probados que uno de los narcos -que se presentó como representante de una organización gallega- contactó en febrero de 2009 con una persona -de la que ignoraba que era policía nacional- a la que le confió que importaba cocaína y que buscaba una vía de entrada por la aduana de un puerto de España. Un año después el policía -ya autorizado por el juez para actuar como agente encubierto- se reunió con miembros de la banda que le manifestaron que iban a transportar, oculto en un contenedor de polipropileno, más de 200 kilos de cocaína adquiridos en Colombia. Se trataría de una "operación exploratoria" y querían un particular con contactos en las aduanas que les facilitara el acceso por el puerto de Algeciras. Los narcos pagaron 25.000 euros al agente infiltrado en concepto de anticipo.

La banda adquirió una sociedad constituida e inactiva, para dar apariencia comercial a la importación de contenedores de polipropileno, llamada Énfasis Inversor. Arrendaron una nave en Alovera (Guadalajara) y lo dispusieron todo para que la droga saliera desde el puerto colombiano de Cartagena de Indias. Los narcos enviaron tres contenedores con este polímero termoplástico el 18 de marzo de 2009, llegando a Algeciras los días 2 y 8 de abril. En el interior de uno de ellos se ocultaban paquetes con la droga, en total 261 kilos de cocaína con una pureza media del 75,3% y un valor en el mercado de 8,6 millones.

Siguiendo la información del agente encubierto, los investigadores policiales retiraron dos contenedores y entregaron la partida de cocaína a tres miembros de la red en Alovera. Para ello, otros dos agentes de la Policía Nacional -también habilitados por el juez para actuar como infiltrados- se personaron en el puerto de Algeciras cada uno con un camión tras reunirse con la banda.

Una vez llegados a la nave de Guadalajara estaba preparado un dispositivo policial en el que se procedió a la detención de cuatro miembros de la banda y la incautación de la droga y dinero en metálico. Asimismo, a uno de ellos se le incautó una pistola Glock que llevaba oculta en su vehículo.

El resto de la organización seguía el transporte de la cocaína desde una vivienda que habían alquilado en Navalagamella (Madrid). Éstos fueron detenidos al día siguiente, el 9 de abril, y se les intervino 589.915 euros que habían traído para efectuar el pago del servicio del paso por la aduana y transporte hasta la nave. Los agentes intervinieron varios vehículos de alta gama y en otro registro domiciliario se incautaron de 895 gramos de anfetamina ocultos dentro de un frigorífico.

La Audiencia indica dentro de los fundamentos de derecho de la sentencia que la prueba de los hechos se sostiene en la infiltración del policía . "Su testimonio orientó toda la investigación, de tal manera que los seguimientos de reuniones y encuentros, así como la entrega controlada de la sustancia fueron consecuencia de su intervención", según el juez. La defensa de los acusados cuestionó la legalidad de la actuación al estimar que el agente encubierto provocó el delito y que operó en la primera fase sin cobertura judicial. Por ello, "su validez deviene la cuestión clave del juicio".

La sala de lo penal de la Audiencia rechaza este argumento de la defensa al entender que los condenados actuaban o mediaban en el tráfico de drogas y la intervención del agente encubierto "permitió indagar una importación de cocaína que ellos estaban dispuestos a ejecutar, de ahí que dispusieran de financiación, medios y relaciones. Por lo tanto, se puede desechar que hubieran sido inducidos a cometer el hecho".

Ante esto, el juez -en una sentencia del pasado 10 de diciembre- condena a siete de los acusados como autores de un delito de tráfico de drogas. Así les impone a tres de ellos una pena de 8 años de cárcel, a otro 7 años, a dos 6 -a uno de ellos hay que sumarle otros 2 años por tenencia ilícita de armas- y al último 3 años. Asimismo, a cinco de ellos les impone una multa de 8,6 millones, a otro una de 4,3 millones y al séptimo una multa de 5.967 euros.

La Audiencia condena a un octavo miembro como cómplice de un delito de tráfico de drogas, para el que impone una pena de 3 años de cárcel y una multa de 4,3 millones. Un noveno acusado es absuelto.