Cristóbal Colón 11, uno de los escasos ejemplos del barroco
Su patio centrado con arcadas y escalera así como su fachada con cerrajería de hierro forjado confieren a este edificio su carácter singular y de notable valor
El edificio está catalogado como "de notable interés arquitectónico" y como tal viene recogido en el Plan General de Ordenación Urbanística de la ciudad. Es la Casa del Consulado y está ubicada en la calle Cristóbal Colón, una vía en la que también se localizan otros tres edificios de interés, en los números 14, 26 y 32, e igualmente catalogados.
El edificio que nos ocupa y que se ubica en el número 11 de la mencionada céntrica calle se alza asomando ese porte elegante que tuvo en sus días de esplendor. Hoy la casa, de dos plantas (baja y primera), se encuentra totalmente deshabitada y tampoco acoge ningún tipo de actividad comercial en sus bajos. Lleva muchos años cerrada.
Está catalogado como edificio de grado 2, con la ficha 2.09 y comparte esta clasificación de edificaciones que "merecen ser preservadas por su interés histórico, arquitectónico y etnográfico, como exponentes de identidad cultural algecireña" con edificios o edificaciones tan notables como la Casa Consistorial, el Molino de Escalona o la Iglesia de San Isidro.
Según el catálogo municipal, se trata de un edificio datado cronológicamente en el siglo XVIII, siendo de autor desconocido. Cuando se realizó dicho catálogo el edificio ya no estaba ocupado residencialmente, aunque sí seguía la actividad comercial. El propietario de un vecino local a esta vivienda explicó a este diario que, al menos hace ya más de veinte años que la primera planta del edificio no está ocupada, así como que también hace, al menos quince años, que los vecinos de la planta baja tampoco viven. Esa vivienda a ras de calle se reconvirtió posteriormente en otro local comercial, que se unió a una tienda de tejidos.
Los actuales propietarios mantienen cerrado el edificio, si bien en declaraciones a este diario un portavoz familiar dijo que su "ilusión" sería poder restaurar la vivienda en un futuro. Su catalogación obliga a su conservación y mantenimiento y en cualquier caso no se permite la alteración de elementos originales.
Varias fuentes consultadas coincidieron en señalar que este edificio fue ocupado en algún momento por un consulado, y de ahí su nombre, sin embargo este dato no se ha podido confirmar. Incluso el cronista oficial de la ciudad, Luis Alberto del Castillo, indicó que él nunca ha oído hablar de la presencia de un consulado en dicha casa.
La vivienda dispone en su interior de un patio centrado con arcadas y una escalera de bóvedas de arista , columnas y ósculos. En cuanto a datos ornamentales, el catálogo destaca un recercado clásico con medio punto en el hueco de la entrada; cierros latelares y un balcón corrido en la planta alta, con capialzados clásicos y cornisas de dentellones y frontón curvo. La cerrajería es de hierro forjado.
Entre las modificaciones llevadas a cabo, se destaca la incorporación de locales comerciales. Asimismo, se indica que las repisas de los balcones fueron sustituidos por perfiles de acero, "hoy en mal estado", tal y como destaca el documento facilitado por la asociación La Trocha.
Se trata de un edificio singular de notable valor por su fachada e interior y forma parte de la escasa colección de edificios barrocos que se conservan. El edificio se encuentra algo deteriorado, si bien en el catálogo se apunta que su estado de conservación no es muy malo, aunque no hace referencia, por desconocerlo, a cómo se encuentra su interior.
El concejal de Urbanismo, Diego González de la Torre, confirmó a este diario que no hay ninguna actuación municipal. El presidente de La Trocha, Manuel Correro, dijo que la casa no ha sido llevada nunca a la Comisión municipal de Patrimonio.
El número 11 de la calle Cristóbal Colón, fue residencia de Juan Pérez Arriete, quien durante 1960-61 fue el cronista oficial de Algeciras. Precisamente, el pasado 7 de abril se cumplieron los 50 años del fallecimiento del ilustre algecireño, quien fue secretario de la Cámara de Comercio y fundó el Semanario de Algeciras, que se editaba entonces frente a su casa, en Cristóbal Colón.
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