Los Barrios, ciudad sin semáforos

Rojo, verde y naranja. Vuelta a empezar. Es la rutina de un semáforo. Si fueran personas, en Los Barrios estarían todos en paro. La localidad puede jactarse de no tener ningún semáforo para regular el tráfico y, a la par, no contar con grandes atascos salvo en momentos puntuales como la salida de los polígonos de Palmones a mediodía.

Los últimos semáforos instalados en el término municipal, concretamente en la que hoy es la avenida José Chamizo, fueron retirados en 1995 para dar paso al proyecto que cambió por completo la fisonomía de la hasta entonces carretera comarcal 440, que atravesaba el municipio y, con ella, los camiones de gran tonelaje dieron paso a las rotondas. La imagen de los semirremolques desapareció en 1996 con la apertura de la circunvalación, el tramo sexto de la A-381. Por tanto, el único semáforo que queda en el municipio es el que corona la entrada de un conocido bar del casco urbano.

En Los Barrios, según el anuario estadístico de La Caixa, hay censados 21.358 personas a enero de 2007. En esa misma fecha, el número de turismos registrados en la localidad ascendía a 9.104 -un coche por cada 2,3 vecinos-. En total, el número de vehículos a motor es de 13.603, donde se incluyen camiones, autobuses, motocicletas e incluso tractores -hay 82-. Queda demostrado que el sistema de regulación del tráfico por rotondas es mucho más eficaz, salvo en momentos de gran afluencia de vehículos como la salida de los turnos en el polígono. En este caso, con semáforos o sin ellos, el atasco está asegurado.

En el casco urbano, donde se concentra el grueso de la población residente y, por ende, el mayor número de turismos, no se contabilizan grandes problemas de circulación en una jornada normal. Los últimos atascos que se recuerdan tuvieron lugar cuando España ganó la Eurocopa, el pasado junio, y durante el temporal de primeros de octubre.

"No pensamos poner ninguno", subraya el concejal de Obras y Servicios, Javier Grimaldi, quien se muestra defensor del sistema por rotondas. "Salvo momentos puntuales de gran afluencia, las rotondas dan mayor fluidez e incluso son más sostenibles porque permiten llevar una velocidad estable, sin paradas ni acelerones", sentencia.

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