Narcotráfico
Los narcotraficantes recuperan por piezas las lanchas incautadas por la Guardia Civil

Antiguas navidades algecireñas

A finales del siglo XIX, las navidades se celebraban en nuestra ciudad teniendo la popular Misa del Gallo como gran acto principal, tanto en el plano religioso como en el social

La Misa del Gallo en la Palma era el acto central de la Nochebuena a principios del siglo XX.

08 de enero 2017 - 02:04

Las celebraciones algecireñas por Navidad, recién concluidas, se caracterizan -cada vez más- por la impronta extranjera y la presencia de las nuevas tecnologías, por lo que no está de más volver la vista atrás y observar la celebración de estas entrañables fiestas en el pasado.

A finales del siglo XIX, las navidades se celebraban en nuestra ciudad teniendo como acto principal, tanto en el plano religioso como social, la popular Misa del Gallo. Celebración que venía acompañada de maitines u oficios religiosos desarrollados entre la medianoche y el amanecer: "Anoche a las doce en punto -expresa la documentación consultada de finales del siglo XIX-, se celebró en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Palma la solemne Misa con que conmemora la Iglesia el nacimiento de Nuestro Redentor. El templo estuvo completamente lleno de fieles, haciéndose difícil la entrada desde el comienzo de la Misa, que terminó a la una".

Por aquella época también eran un problema de orden público, ciertamente en menor medida que hoy, los excesos en la bebida: "Con objeto de que los curdas (borrachos) vean por los sitios por donde dirigen sus pasos, la luz eléctrica alumbrará toda la noche de Nochebuena". La celebración de la misa del Gallo daba un especial ambiente a las calles de Algeciras, según se recoge en el siguiente documento: "Muy animada resultó la Nochebuena última, celebrándose en la Iglesia Parroquial con la Mayor solemnidad la tradicional Misa del Gallo […]. El respetable arcipreste y cura propio Don José Flores y Tinoco ofició en la misa ayudado por los señores Pantoja y Sánchez […], a la terminación de los actos religiosos, las calles, a pesar del fuerte viento que soplaba, presentaban bastante animación, no registrándose el menor disgusto ni ocurrencia desagradable, lo que habla en favor de la cultura de Algeciras". Aquel año de 1897 una dura crítica se cierne sobre la falta de solidaridad demostrada por algunas personas que años atrás sí habían demostrado un mayor espíritu navideño: "¡Cuánto bien espiritual hubieran experimentado los que se hubieran privado de una copa de más de las muchas que le hicieron daño a su cuerpo, de un dulce de los muchos que le obligaron a purgarse, para desalojar su estomago repleto!; más en estos tiempos de las luces y no sé cuantas zarandajas más, todos se creen cumplidos con oír una misa (de balde por supuesto), pues como así engañan al mundo creen poder engañar a Dios […], más no por esto los pobres han dejado de disfrutar en la celebración del natalicio del Nazareno, del hijo de Dios. Pues éste sin duda valiéndose de las monjitas ha hecho llegar a ellos su gran misericordia. Todos los regalos han sido repartidos entre los pobres enfermos del Hospital de la Caridad y gracias a esto han comido pavo, dulces y otros manjares de lo que no hubiera probado el día del nacimiento del que dio su vida por libertar a la humanidad de tiranos y egoístas".

Prosiguiendo el documento: "También han fumado, pues bajo anónimo se recibió tabaco y dinero con la siguiente carta: No me preocupo de estúpidas exterioridades, más amo a Dios y a la Humanidad y el importe de lo que me debía de costar un pavo a que obliga la costumbre en éste día lo cedo para tabaco a los enfermos y un realito para cada enferma".

Evidentemente y desde la época de la Pepa (1812) existía en nuestra ciudad la costumbre de jugar a la lotería nacional, siendo la lista de premios de aquel año de 1897 la siguiente: "Lista de premios mayores del sorteo celebrado ayer en Madrid: Número 26.285, premiado con 5.000 pesetas en Alicante; 11.386, premiado con 8.000 pesetas en Barcelona; 32.926, premiado con 2.000 pesetas en Madrid; 01.305, premiado con 500 pesetas en Salamanca y 11.836, premiado con 250 pesetas en Sevilla".

Una vez bien entrados en el nuevo siglo, los algecireños adquieren nuevas costumbres, como la del llamado Baile del día de Reyes, que por sus características y dada la fecha de la celebración tendía un puente entre la Navidad y el cercano carnaval: "En el acreditado café Las Delicias -recoge la información estudiada-, se celebrará el baile del día de Reyes, el cual no dudamos se verá muy concurrido no solo por la festividad del día, sino por el crecido número de mascaras que tienen anunciada su asistencia". Volviendo al fenómeno de la lotería en Algeciras, ¡por fin! la fortuna sonrió a nuestra ciudad, aunque según la documentación consultada la alegría en la casa del pobre duró bien poco, según demuestra el siguiente comunicado hecho público por el administrador local de loterías afectado:"En la administración número 1 de nuestra ciudad, ha correspondido en el sorteo de Navidad 60.100 pesetas en premios, y como para dicho sorteo no ha dejado el Tesoro más que 20.000 pesetas para atender a los primeros pagos, resulta que no se pueden pagar las 40.100 pesetas que hay de diferencia hasta que el Tesoro ponga a disposición del administrador la suma referida. Con las 20.000 pesetas, se ha atendido a darle preferencia al pago de reintegros y centenas, estando a esta fecha cubierto el depósito. El Administrador Eduardo Llinas".

Volviendo a la celebración de la Navidad en el pasado, comentar la existencia de grupos de jóvenes cantando por la calle, preludio quizás de las futuras rondallas: "Pasó la Nochebuena, noche en la que cantamos el nacimiento del Mesías, noche de júbilo y algazara en la que los mozalbetes pasearon las calles de Algeciras entonando villancicos al Rey de los reyes […], y aún no me parece extinguido el zumbido de la zambomba ni el metálico sonajear del pandero". Vayan por delante las letras de villancicos entonados en nuestra ciudad en aquellas lejanas celebraciones navideñas: "Esta noche nace el niño/ y es mentira que no nace/ que estas son las ceremonias/ que todos los años hacen". Por aquellas lejanas navidades, aparecen por nuestra ciudad unos versos dedicados a la zambomba escritos por un autor que firma bajo el seudónimo de El Bachiller Fulano, y cuya obra titulada La Zambomba, dice así: "Preguntaba alguien que cómo se arma esa escandalera/ pues muy fácilmente oído a la caja/ se coge una orza/ con lienzo se tapa/ este lienzo antes se ha mojado en agua/ en medio del lienzo/ se amarra una caña/ y en la punta de ésta pedazos de lata/ sobando el carrizo la mano mojada/ el ruido produce/ la fiesta se arma/ y no para entonces ni Dios en la casa/ esta es la zambomba tan cacareada/ con que en este tiempo/ se nos da la lata/ zumba que te zumba/ canta que te canta/ pasan estos días/ la gente se cansa/ al fin y a la postre/ la cosa desarma/ y el año que viene se sigue la danza".

Otra desconocida figura de la literatura popular, según las fuentes consultadas, expresaba: "Ya se oyen por todos los ámbitos de Algeciras los penetrantes acordes de zambombas, panderos y almireces […], la fabricación de zambombas es facilísima, se coge un bote grande de hoja de lata y se le quita el fondo para obtener un cilindro hueco, se tapa una de las bocas con la piel de un conejo, procurando que quede muy tersa, abriendo un agujerito en el centro del parche con un punzón, y después se pone una cañita fina en el boquete". Finalmente acompaña su escrito con letras de villancicos de aquella Algeciras de comienzos del siglo XX: "Esta noche es Nochebuena/ y no es noche de dormir / si queréis hacer la prueba/ que sus vais a divertir". Como ya se comentó anteriormente, el llamado Baile del día de Reyes, se fue afianzando con los años convirtiéndose en un verdadero acto social: "Música, luz y alegría estas fueron las características del Baile de Reyes, celebrado en el Círculo Mercantil (situado en la plaza Alta), el salón estuvo animadísimo desde los primeros momentos y no tardó en rebosar de buena y distinguida concurrencia entre las que destacaban muchas y simpáticas muchachas de Algeciras. La fiesta se desarrolló alegre inspirada por un espíritu juvenil. Hubo algunos gansos que se dedicaron a estirar, como siempre, la pata, sin duda por la influencia de los licores, pero no hubo nota discordante sino buen humor".

Como era preceptivo, aquellas jóvenes, días atrás habían acudido a la popular Misa del Gallo, que para entonces también se cantaba en la nueva capilla construida en el Asilo de Ancianos: "Como de costumbre fue oída por infinidad de fieles la tradicional Misa del Gallo en la Iglesia Parroquial y Capillita del Asilo de Ancianos. En esta última capilla cantaron preciosos villancicos bajo la dirección de la señora Dña. Dolores Muro de Jiménez Prieto (esposa del notario José Jiménez Prieto e hija del ex alcalde Rafael de Muro), encantadoras señoritas […], estando el armonium entregado a las manos de Sofía Bourman".

Otra cuestión importante de nuestra Navidad es la gastronomía dulcera -de gran tradición morisca-, destacando en aquella época las populares tortas de Nochebuena o Navidad, cuya elaboración servía de pretexto para la reunión familiar o de vecinos. Con la llegada del siglo XX proliferan en nuestra ciudad los establecimientos bajo la denominación francesa de confíserie o confitería, enriqueciendo, de modo más elaborado la oferta dulcera de la Navidad. Es precisamente en la primera parte de éste siglo cuando se abren las más populares, denominadas Confitería Tizón y Confitería Evaristo García, ubicadas respectivamente, en Plaza Alta y calle del Convento. De aquellos primeros confiteros -a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX-, fueron los más populares, Manuel Tizón Piñero y Evaristo García García. Estos establecimientos se convirtieron en los lugares de reunión de lo más selecto de la ciudad, teniendo sus escaparates la visita constante de la chiquillería, sobre todo en Navidad. Allí se podían degustar además de las tradicionales tortas, corazones y morcillas otros dulces también muy apreciados por los algecireños, tales como barracas de merengues, piononos (llamados así en honor del Papa, Pío IX), mendrugos (hecho con restos de pan y azúcar), milhojas y tocinos de cielo.

En cuanto al tradicional arrastre de latas (y tiestos), dados los simples elementos que componen el actual artilugio (cuerda o guita y latas), esta costumbre nace ante la falta de juguetes de los niños más humildes de nuestra ciudad. Sobre cuando comienza la tradición, se desconoce por el momento; no obstante, el primer documento del que se tiene conocimiento de tan algecireña tradición es el breve relato que de tal arrastre realiza el polifacético artista local José Román, quien en su obra titulada Muñecos y Caretones (Autocrítica). Establecimiento tipográfico de C. Gamboa. 1913. Algeciras recoge: "Iba tropezando en las calles de la pintoresca ciudad con todas las sartenes viejas, latas y tiestos, restos de lo que habían arrastrado al anochecer los muchachos que corrían por ellas, armando infernal griterío, haciéndose ilusiones de esperar a los Reyes, que venían por cualquier camino. ¿Y para mí traerían algo los magos de Oriente?". Nos quedamos con la pregunta en el aire del gran artista nacido en nuestra ciudad, en una época en la que aún los algecireños expresaban sus buenos deseos con el ya desaparecido saludo de: ¡Felices Pascuas y prospero año nuevo!

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último