El mástil

Francisco Espinar / Curro_espinar@hotmail.com

Afán de notoriedad

ESTA claro que para dar una opinión pública sobre un tema, hay que estar bien informado, y por tanto al no ser este el caso me limitaré a transmitirles hoy queridos lectores una pequeña impresión a cerca del mediatizo juez Baltasar Garzón.

Yo como ciudadano de a pie, con mis quehaceres comunes, entiendo la justicia de una manera muy sencilla, es el árbitro de la sociedad. Quizás sea simplificar las cosas en demasía, pero convendrán conmigo en que al menos en el fútbol, el arbitro es mejor cuanto menos se habla de él.

Sin embargo el señor Garzón, está empeñado en ser el eje donde giran las causas perdidas. La verdad es que como os explicaba antes, mi desconocimiento sobre las labores de un juez de la Audiencia Nacional, son grandes, pero mi intuición me dice que existen varios cientos de temas por resolver, a los que sería más práctico destinar las horas, sin embargo este honorable señor, cada X meses se saca de la manga un nuevo juego de pólvora con la que inicia una serie de fuegos de artificio, cuyo fin, intuyo más allá de la mera instrucción de justicia y mucho más cerca de mantenerse bajo los focos de la prensa, en un anhelo constante de notoriedad indigna de su profesión.

Quizás, y me repito, no disponga de la información suficiente para hacer un juicio de valor, pero creo que cualquier ciudadano tiene derecho a dudar de tanto populismo barato.

Les dejo con una cuestión, si tan indudable es su labor, ¿por qué ningún otro juez había instruido antes dichas causas?, ¿es el único bueno? o ¿se gusta demasiado a si mismo?

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