Jimena es uno de los municipios con más encanto del Campo de Gibraltar. Recorrer sus calles y visitar el Castillo nos permite trasladarnos hasta el pasado, siendo este uno de sus grandes atractivos y, posiblemente, la imagen más significativas del municipio. No obstante, no hay que olvidar otra de las postales de la localidad, la torre-campanario de la antigua Iglesia de Santa María la Coronada.

Hay que remontarse hasta el siglo XVII para conocer el origen de este monumento localizado en el centro del pueblo. En esa fecha se funda la Iglesia de San Sebastián, un templo que acabaría adoptando el nombre de Santa María la Coronada un siglo después y que sería demolido en el siglo XX.

Los primeros datos sobre la iglesia aparecen en 1690 en un libro de Fray Jerónimo de la Concepción. Tras ello, ya en 1736, vuelve a informarse sobre el templo, coincidiendo, posiblemente, con el cambio de nombre, según informan desde el propio Ayuntamiento de la localidad.

El edificio religioso se encontraba en mal estado, en consecuencia, existía riesgo de derrumbe, por lo que, a pesar de aguantar varios años en esa situación de gravedad, el peligro de desplome obligó a demoler la iglesia en 1947, a excepción de la torre-campanario que sería lo único que quedaría en pie, conservándose en buenas condiciones hasta día de hoy. La iglesia principal pasaría así a ser la Iglesia de la Misericordia, actual salón de usos múltiples del Consistorio jimenato.

Respecto a los datos arquitectónicos del monumento, se siguió los patrones de construcción utilizados en otros templos de la localidad como el de la torre de la iglesia del Convento de Santa Ana (actual Iglesia de la Victoria) o de las torres que se levantaron en el Monasterio de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, siendo estas una construcción con la parte inferior totalmente plana y encalada en su parte exterior, mientras que la parte alta del campanario se hace a base de ladrillo visto.