Una parada divina en La Línea: El Santuario gastronómico que conquista el paladar

Aprovechando el 155 aniversario de La Línea de la Concepción, descubrimos en pleno centro un rincón culinario que hace honor a su nombre: El Santuario by Bitácora, donde la tradición y la innovación se dan la mano en una carta para repetir y recomendar

Gazpacho en el Campo de Gibraltar: del clásico andaluz a los sabores que no te imaginas

Taco Zahara, en El Santuario.
Taco Zahara, en El Santuario. / E.S.
G.M.

La Línea, 22 de julio 2025 - 17:50

La Línea sopló velas este fin de semana pasado con motivo de su 155 aniversario, y no hay mejor forma de celebrarlo que descubriendo los tesoros que esconde entre sus calles. Uno de ellos, sin duda, es El Santuario by Bitácora, una propuesta gastronómica que hace honor a su nombre, elevando cada plato a una experiencia casi celestial.

Ubicado en pleno corazón de la ciudad, y bendecido por el frescor del poniente linense, este restaurante ofrece una terraza ideal para disfrutar de una comida sin prisas. La atención del personal, cercana, profesional e incluso bilingüe, acompaña una experiencia que comienza con un buen Rioja recomendado por el equipo de sala, y continúa con una difícil tarea: elegir entre una carta que lo pone muy complicado.

Croquetas de cochinillo en El Santuario.
Croquetas de cochinillo en El Santuario. / E.S.

Porque aquí, los platos no se leen, se antojan. Desde una tosta de carne de centollo y cangrejo con salsa rosa de kimchi, pasando por un taco mexicano de cazón en adobo o una tempura de cerdo con agridulce de jengibre y kikos, hasta unos fideos tostados de pollo y soja con alioli de almendras, cada opción seduce por su originalidad y equilibrio entre lo local y lo exótico.

En nuestra visita, nos dejamos llevar por una selección de bocados que combinan identidad gaditana y fusión internacional: la tosta de chicharrón con manteca colorá y payoyo, un homenaje directo a la tierra; el Satanás, un montadito de lomo con salsa de cinco chiles que hace honor a su nombre; y el Zahara, taco de tartar de atún con mayo de siracha y pico de chipotles, que mezcla mar y picante con acierto.

Albóndigas en salsa de almendras, en El Santuario.
Albóndigas en salsa de almendras, en El Santuario. / E.S.

La ruta continuó con el Pankeki, un taco de langostino panko con guacamole y pico de jalapeño que bien podría protagonizar cualquier carta de autor; el brioche de pollo al ajillo con patatas y mayonesa, las albóndigas en salsa de almendras y azafrán con aceite de hierbabuena, los filetitos de pez espada con mojo verde y, por supuesto, unas croquetas que merecen mención especial: de cochinillo con crema de manzana al Pedro Ximénez y de camarones con mayonesa de algas, puro sabor del sur con un toque de modernidad.

¿Volveremos? Sin duda. ¿Lo recomendamos? A todo el mundo. Porque en La Línea, el verdadero Santuario está en la mesa.

stats