Gastronomía

Vuelven los chicharrones del bar Andalucía a Castellar

Un plato del bar Andalucía

Un plato del bar Andalucía

El pasado 15 de febrero el bar Andalucía de Castellar de la Frontera volvió a abrir sus puertas. Después de cinco años sin actividad, Rocío Linares, la nieta de Alonso Mendoza, ha recuperado el negocio con los platos de siempre y añadiendo alguna novedad, como ha informado hoy el blog gastronómico Cosas de comé.

El establecimiento fue fundado ya con ese mismo nombre en el año 1982 por parte de Alonso Mendoza y Carmen Gallardo, quien se encargaría después del negocio en solitario. El 2006, cuando se jubiló, le sucedió su hija, Carmen Gallardo, quien estuvo al frente del negocio hasta que los problemas de salud le obligaron a cerrar en 2018. «Yo me he criado en el bar con ella», explica su hija y nueva propietaria, Rocío. Tras el cierre, estuvo trabajando también en la hostelería, en Sotogrande. Pero el local seguía siendo de la familia, y en cuanto se ha visto «más mayor y madura», con más experiencia, ha decidido reabrir. Rocío, que cuenta con 26 años, lleva desde 2017 trabajando en el sector.

La nueva propietaria ha decidido conservar buena parte del legado familiar, sin renunciar a introducir novedades. Así, junto a los clásicos chicharrones, la carne en salsa o los boquerones en vinagre, hay ahora tartar de atún, pulpo frito con aguacate y almendras, guacamole y tostas. El establecimiento se centra en el tapeo, aunque también hay meriendas y desayunos. Estos son más bien de corte tradicional, aunque con alguna alternativa más actual como el aguacate o la rúcula para acompañar las tostadas. Al frente de los fogones se encuentra un cocinero de Castellar, Ismael Rodríguez Blanco.

El establecimiento cuenta con terraza, una barra, mesas altas y un salón, del que actualmente está en funcionamiento solo parte del espacio, por lo que más adelante tendría la posibilidad de realizar una ampliación.

Rocío se muestra muy satisfecha con la acogida que ha tenido la reapertura del Bar Andalucía, que ha creado expectación en el municipio. El establecimiento se reinauguró el 15 de febrero y la gente ha vuelto para reencontrarse con los chicharrones o para probar el tartar y el pulpo, los dos nuevos platos que más elogios están recibiendo. Incluso han acogido una actuación, la de la chirigota de Castellar, que reunió a 300 personas.

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