Una de las imágenes más características de Tarifa es la Duna de Bolonia. Lo que muchos no saben es que este fenómeno es, además, un Monumento Natural desde 2001. La acumulación de arena en la Ensenada alcanza los 30 metros de altura y los 200 de ancho, toda una explanada desde la que pueden disfrutarse de panorámicas espectaculares.

La Duna se ha creado a partir del movimiento de arena generado por los fuertes vientos de levante habituales de la zona. Es uno de los entornos menos urbanizados de la costa gaditana, un paraíso "virgen" dentro del Parque Natural del Estrecho.

La arena que forma este conjunto sigue extendiéndose poco a poco cubriendo la vegetación que lo limita. Cada vez es más extensa al conseguir avanzar hacia el pinar de pino piñonero repoblado con matorral que se encuentra al término de la duna.

Este fenómeno recibe el nombre de barjanal, puesto que las dunas están en media luna perpendiculares al viento y cuenta con pendientes desiguales, además, es de las pocas transgresivas de Andalucía, algo que revaloriza aún más su importancia ecológica.

Alrededor de la duna pueden observarse especies exóticas que evitan su avances, aunque en los acantilados de la zona pueden apreciarse especies de la vegetación original como el enebro costero andaluz, la sabina rastrera y la camarina.

Desde Bolonia parten multitud de senderos. Puede recorrerse la playa de arena fina y dorada para llegar hasta el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia o a las piscinas naturales. También hay opciones de hacer una ruta hasta el Faro de Camarinal, situado en la urbanización de Atlanterra y que recibe el nombre por la camarina.

La playa de Bolonia destaca por su belleza, pero también es un lugar idílico para practicar submarinismo, snorkel o deportes como el surf o el kite, puesto que se encuentra en la meca de los deportes de viento.