TOROS

Tarifa se proclama taurina y recupera su plaza con una corrida de toros histórica

El Cid, Escribano, Manuel Ponce y el mayoral de Fuente Ymbro, a hombros en Tarifa.

El Cid, Escribano, Manuel Ponce y el mayoral de Fuente Ymbro, a hombros en Tarifa. / Erasmo Fenoy

Las cuadrillas se miraban desconcertadas. ¿Dónde rayos estaban las banderillas? El segundo tercio había comenzado y ni rastro de los garapullos. Las plazas sin callejón siempre suponen un quebradero de cabeza para los mozos de espada, que tienen que encajarlo todo, de mala manera, en el tendido e ir pasando los trastos correspondientes entre los cordeles de la barrera. Pero, ¿y las banderillas? ¿Las había visto alguien?

En mitad del desconcierto, del palco de autoridades, asomaron las tres cajas con los rehiletes, perfectamente selladas. Alguien había olvidado bajarlas. Resuelto el entuerto, tras rematar el segundo tercio, Manuel Ponce pudo, al fin, tomar la alternativa en la plaza de Tarifa. El chiclanero es un torero muy bajo, de 28 años, con buen corte y gusto. Brindó el toro de su doctorado, de la ganadería de Fuente Ymbro, a su abuelo, que se sentaba en lo más alto del tendido de sol.

Ceremonia de alternativa de Manuel Ponce, este domingo, en Tarifa. Ceremonia de alternativa de Manuel Ponce, este domingo, en Tarifa.

Ceremonia de alternativa de Manuel Ponce, este domingo, en Tarifa. / Erasmo Fenoy

Del Perú a Tarifa

Ponce, a quien sus partidarios llaman Manu, enjaretó bien y por bajo al animal, y supo, con listeza, cambiarle los viajes cuando la situación lo requería. El de Chiclana, ante la escasez de novilladas en España, se ha curtido durante el invierno por las plazas de Perú, una prueba espartana, al igual que sucede en el valle del Tiétar, que son lugares donde los toreros sólo se anuncian empujados por la desesperación.

El Cid conoce perfectamente ese entrenamiento. Quizá por ello sonreía noblemente desde el callejón observando como a su compañero Ponce le salían bien las cosas en Tarifa. La espada se le atravesó al alternativado y, por ello, sólo pudo dar una vuelta al ruedo como premio a la primera faena que se celebra en el coso campogibraltareño desde septiembre de 2016, el cual se reabría este domingo.

Manuel Ponce podrá contar que su carrera como matador de toros ha arrancado en una plaza centenaria donde se han anunciado figuras históricas del toreo como El Litri, Julio Aparicio, Miguelín, Paquirri y, por supuesto, Antonio Ordóñez, que se hizo célebre por los festivales que cada año organizaba en Tarifa. Tanto recaudó que una barriada del municipio lleva su nombre.

Manuel Escribano todavía no cuenta con una barriada, pero sí con una nutrida peña taurina y una caseta en la feria. Los tendidos, casi llenos, estaban volcados con él, plagados de familiares y amigos. Ha sido el primero en tocar pelo este domingo, dos orejas de golpe, por su faena al tercero, que era un toro geniudo que no se lo puso fácil. El fuerte viento de poniente tampoco ayudó, a pesar de que la plaza de Tarifa está enterrada, hasta tal punto que el ruedo se sitúa por debajo del nivel del mar, resguardándolo de los temporales. Pero ni por ésas.

Manuel Escribano recibe de rodillas al primero de su lote. Manuel Escribano recibe de rodillas al primero de su lote.

Manuel Escribano recibe de rodillas al primero de su lote. / Erasmo Fenoy

El indulto de cada tarde

La ganadería de Fuente Ymbro y el viento se llevan particularmente mal. A los toros hay que engancharlos y llevarlos con la cara muy tapada o, de lo contrario, se suben a la chepa. A Ricardo Gallardo le han indultado este domingo un toro. Otro más. Se llamaba Harpía, que es una palabra que al ganadero le gusta escribir un H, y se trata de una reata clásica de la vacada gaditana. Éste embestía con nobleza y empujó en el caballo.

En la temporada de 2023 se han indultado toros en Algeciras, La Línea, San Roque y Tarifa, es decir, en todas las ferias del Campo de Gibraltar donde se han celebrado corridas. A indulto por plaza, como el pan nuestro de cada día.

Harpía le cayó en suerte al Cid, lo cual le vino de perlas al sevillano porque se evitó el trance de la tizona, que entrar a matar nunca fue su fuerte. Por lo demás, el de Salteras ha toreado muy bien, elegante y templado, por lo que resulta extraño que en la temporada de su reaparición no lo anuncien en más plazas.

El Cid, feliz, tras el indulto del cuarto de Fuente Ymbro. El Cid, feliz, tras el indulto del cuarto de Fuente Ymbro.

El Cid, feliz, tras el indulto del cuarto de Fuente Ymbro. / Erasmo Fenoy

Tres Manueles a hombros

Tal vez se deba al sol y al aire de Tarifa, pero Escribano es un portento físico. El público se puso en pie con sus tercios de banderillas. Con la muleta, torea mejor que nunca, lo que le ha valido para cortar cuatro orejas y un rabo. Al quinto, otro toro bravo, lo premiaron con la vuelta al ruedo. Ha sido bonito volver a ver al de Gerena compartiendo cartel con El Cid después de la tarde que echaron con los Victorinos en la Feria de Abril de Sevilla.

Manuel Ponce volvió a pinchar al sexto, pero la presidencia le concedió las dos orejas por el conjunto de la tarde y porque, además, demasiado difícil lo tienen ya los chavales que empiezan en el mundillo como para andar racaneándoles orejas en los pueblos. Así que los tres Manueles salieron a hombros de Tarifa.

El único inconveniente de la tarde fue el frío. Las señoras salieron de la plaza rondando las diez de la noche diciendo que estaban arrecías y entumías. Nada es perfecto.

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