Parque Natural del Estrecho: otro verano más de conciertos sin autorización en los chiringuitos de Tarifa

El concejal de Turismo no desmiente las denuncias de Ecologistas, propone crear una ordenanza municipal para equilibrar ocio y conservación y admite: “Cada año nos pilla el toro”

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Cae la noche y empieza la fiesta en un chiringuito en las playas de Tarifa.
Cae la noche y empieza la fiesta en un chiringuito en las playas de Tarifa. / Redes sociales de un negocio de Tarifa

Tarifa, julio. En Bolonia, la música se derrama por las dunas como si el viento de levante la llevara puesta. Hay una hora incierta —a medio camino entre la puesta de sol y la primera copa— en que los chiringuitos se transforman. Los altavoces se encienden. La arena vibra. Y el Parque Natural del Estrecho, ese santuario de biodiversidad, de repente se convierte en escenario de un festival improvisado, no autorizado y, según denuncian los ecologistas, ilegal.

Una denuncia presentada el pasado 24 de junio por la asociación Agaden-Ecologistas en Acción ante la Dirección Conservadora del Parque Natural del Estrecho ha vuelto a poner en el foco un fenómeno que se repite cada verano: la proliferación de conciertos y sesiones de DJ en plena franja litoral protegida. Los ecologistas han documentado eventos musicales en establecimientos situados en Los Lances, Valdevaqueros y, sobre todo, Bolonia —la joya silvestre del sur gaditano—, donde aseguran que se están celebrando fiestas con música amplificada “perfectamente audible a larga distancia” sin contar con la preceptiva autorización.

“El Parque Natural del Estrecho no puede convertirse en una discoteca al aire libre”, advierten los ecologistas

“El Parque Natural no puede convertirse en una discoteca al aire libre”, escriben los ecologistas en su denuncia, con tono más de alarma que de metáfora. El documento señala que estos eventos infringen múltiples normativas: desde las ordenanzas municipales de Tarifa hasta la legislación autonómica sobre espectáculos públicos, sin olvidar las estrictas reglas ambientales que rigen en los espacios naturales protegidos.

Para ofrecer música amplificada o conciertos en vivo, los chiringuitos de Tarifa necesitan tramitar varias autorizaciones complementarias.
Para ofrecer música amplificada o conciertos en vivo, los chiringuitos de Tarifa necesitan tramitar varias autorizaciones complementarias. / Redes sociales de un chiringuito de Tarifa

Desde el Ayuntamiento y cuestionado por Europa Sur, el teniente de alcalde y concejal de Turismo, Jorge Benítez, admite que, un año más, “nos ha pillado el toro”. Reconoce que desconoce si los chiringuitos implicados han solicitado las autorizaciones pertinentes porque “eso depende de otra oficina, la de licencias urbanísticas y actividades”. En teoría, explica, solo se permiten “conciertos en pequeño formato” y “sin altavoces”, aunque añade que “el Parque Natural impone otras limitaciones”.

“Deberíamos poner el debate sobre la mesa, pero cada año llega el verano y nos pilla el toro. Solo nos acordamos del trueno cuando hay tormenta”, admite el primer teniente de alcalde, Jorge Benítez

“Es un dilema importante”, dice. “Tarifa es un destino turístico y la gente quiere diversión”. A juicio de Benítez es un tema que “deberíamos poner encima de la mesa, pero cada año llega el verano y nos pilla el toro. Parece que solo nos acordamos del trueno cuando hay tormenta”. Propone buscar “un equilibrio” entre conservación y ocio: “Todos tendremos que ceder”. Como referencia, señala el caso del Ayuntamiento de Rota, que ha elaborado su propia ordenanza municipal para regular la actividad de los chiringuitos. “Tarifa debería hacer lo mismo, mientras esperamos que la Junta se pronuncie”.

Los carteles de conciertos florecen mientras la reunión prometida entre Junta y empresarios sigue sin celebrarse

La denuncia de Agaden no se basa solo en principios, sino también en promesas incumplidas. El pasado 21 de febrero tuvo lugar una reunión institucional en la Subdelegación del Gobierno de la Junta en Algeciras, donde, según Agaden, quedó clara la imposibilidad legal de organizar conciertos en este entorno. En ese encuentro, el director del Parque Natural propuso una reunión informativa con la Federación de Empresarios de Tarifa para explicar la normativa. Casi cinco meses después, esa reunión no se ha celebrado —al menos, no que se sepa—, pero los carteles de conciertos sí han florecido en redes sociales y en los tablones improvisados de los locales playeros.

La música contra la ley del silencio

La normativa es clara, aunque a veces la música la tape. La mayoría de chiringuitos tiene licencia de bar o restaurante, pero no de sala de fiestas ni de bar musical. Para instalar altavoces o contratar músicos se necesita una autorización específica. Además, Los Lances, Valdequeros y Bolonia se encuentran dentro del Parque Natural del Estrecho, cuya regulación ambiental establece la prohibición expresa de actividades que alteren “las condiciones de sosiego y silencio” del entorno.

En los papeles, por tanto, la música está prohibida. En la práctica, suena cada noche.

El marco legal es doble: por un lado, la normativa municipal del Ayuntamiento de Tarifa —como la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica de 2023— prohíbe la reproducción de música en la playa sin autorización expresa. Por otro, la legislación autonómica (Decreto 155/2018) considera “infracción grave” celebrar espectáculos públicos sin permiso, con multas que pueden superar los 30.000 euros.

Y aún hay una tercera capa de protección: la ambiental. La Ley de Patrimonio Natural, el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque, el régimen de usos de dominio público marítimo-terrestre… Todo apunta en la misma dirección: en las playas tarifeñas, la música no entra en el guion previsto para la conservación.

Público durante un concierto en un chiringuito de Tarifa, en el Parque Natural del Estrecho.
Público durante un concierto en un chiringuito de Tarifa, en el Parque Natural del Estrecho. / Redes sociales de un chiringuito de Tarifa

Del chill-out al expediente sancionador

Agaden ha solicitado por escrito a la Junta información detallada sobre estos conciertos: si han sido autorizados, si se ha celebrado la reunión comprometida entre administraciones y empresarios, y qué actuaciones se prevén para impedir nuevas infracciones. La asociación pide también que se identifique a los chiringuitos implicados y se compruebe si han tramitado las licencias pertinentes.

No es la primera vez que los ecologistas alertan de esta situación. Cada verano, con la llegada del turismo y los atardeceres instagrameables, la presión sobre el Parque Natural aumenta. Y con ella, la tentación de convertir la costa en un espacio recreativo sin límites. Pero esa idea choca con el espíritu con que fue creado este enclave en 2003: proteger la biodiversidad del Estrecho, sus aves migratorias, sus hábitats costeros, su silencio.

Mientras un DJ sube el volumen, un chorlitejo patinegro, confundido, emprende el vuelo antes de tiempo

El conflicto, en el fondo, es clásico: entre negocio y naturaleza, entre disfrute y responsabilidad, entre la libertad de poner música y el derecho a que no te la impongan. Y en este caso, también entre lo permitido y lo legal.

Mientras tanto, en alguna terraza frente al mar, un DJ sube el volumen. Y un chorlitejo patinegro, confundido, emprende el vuelo antes de tiempo.

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