San Fernando

Visita teatralizada al Teatro de Las Cortes de San Fernando por el 24-S: "Me deben 30.000 reales"

El personaje de José Antonio Salinas explica cómo era el Teatro de Las Cortes en 1810.

El personaje de José Antonio Salinas explica cómo era el Teatro de Las Cortes en 1810. / D.C.

Ramón Power espera junto al cancel de la Iglesia Mayor en la que hay trasiego por una boda, así que cuando el grupo se ha congregado los dirige a la puerta lateral y sobre sus escalones ofrece detalles de su persona, de su personaje. Representante de la Isla... "de Puerto Rico", matiza imitando el acento caribeño, diputado por la junta central suprema gubernativa. Su papel forma parte de la visita teatralizada que se desarrollan en las jornadas vinculadas a la conmemoración de Las Cortes de 1810.

Sus explicaciones recuerdan la vinculación de la península con las tierras de ultramar, el comercio existente que traía a este lado de Atlántico tabaco, azúcar, algodón, cacao, tomate o papa ("patata viene de la traducción del término anglosajón", deja claro). También cuenta detalles de la composición de Las Cortes, con diputados peninsulares pero también de América, con "oradores más brillantes" de origen criollo. El 24 de septiembre de 1810, rememora, en la Iglesia Mayor se desarrolla una misa y se exhorta a los diputados a cumplir su deber. 

Para el juramento, Power saca de entre los asistentes a tres personas para que representen esa palabra dada. Desde el humor hace referencia al pasado e implica a los presentes, que lo vitorean en el camino hacia el Teatro de Las Cortes. Los hace incluso cantar.

A las puertas del Real Teatro de Las Cortes, hace 213 años Teatro Cómico, recibe al grupo José Antonio Salinas, empresario de este inmueble, que advierte de que le deben 10.000 reales por la reforma, 10.000 reales por el alquiler y 10.000 reales de compensación por no representar en el tiempo en que es usado obras de teatro. "Me deben 30.000 reales", comenta tras hacer entrar al patio de butacas a estos ciudadanos provenientes de Madrid, Sevilla y San Fernando que han querido conocer un poco de la historia que la ciudad conmemora.

Salinas cuenta cómo quedó el lugar tras la reforma emprendida por el ingeniero de la Marina Antonio Prat: eliminación de las butacas, elevación del patio hasta la altura del escenario, colocación de la barra en parte del perímetro, palcos protocolarios bajos y altos para el pueblo, "hombres y mujeres", dos hileras de asientos para los diputados, una mesa para la presidencia y cuatro secretarios y dos atriles para los oradores. "Una cuadro de Fernando VII, por entonces el Deseado, presidía la estancia", menciona.

Tras marchar a Cádiz por sufrir la villa una epidemia de fiebre amarilla, Las Cortes plantearon su vuelta para realizar una última sesión, pero ante los impagos el empresario se negó a prestar el espacio, y la cita tuvo lugar en el Iglesia del Carmen, donde la Isla de León recibió el título de Ciudad y el nombre de San Fernando, en honor al rey.

"Cada 23 o 24 de septiembre me aparezco aquí y pido que me paguen lo que me deben, 30.000 reales", se despide el personaje, hasta la siguiente visita.

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