Opinión

Almería salva con nota un terreno incierto que continúa

El sector hortofrutícola almeriense salva otra temporada incierta

El sector hortofrutícola almeriense salva otra temporada incierta / Rafael González (Almería)

La incertidumbre en el sector hortofrutícola es una constante. Si en la campaña 2020-2021 pesaban el impacto de la covid y unos costes de producción que empezaban a despegar, en la temporada 2021-2022 no han sido pocos los frentes abiertos. Un incremento de gastos sin mesura, que abarca desde la energía a los fertilizantes pasando por la mano de obra; una huelga de transporte que durante unos cinco días paralizaba la actividad poniendo en jaque la exportación, un asunto no menor teniendo en cuenta que esta provincia exporta casi el 80% de su producción; la invasión de Ucrania, que ha contribuido al repunte de la inflación moviendo, además, el tablero del comercio internacional de frutas y hortalizas; y condiciones meteorológicas adversas, aparte de otros obstáculos repetidos desde años atrás como la competencia de terceros países, han tambaleado el campo, que, gracias a su buen hacer y al saber aprovechar los contratiempos que también han afectado a otros territorios, ha salvado la última campaña, podría decirse que con todo ello, con nota: la mejor campaña en precios de la última década nublada por el aumento de costes pero que cierra en positivo.

Cóctel de trabas en este ejercicio: inflación, huelga de transporte, condiciones meteorológicas adversas y la invasión de Ucrania que tambalea el tablero exterior

Pero no todos los productos han llevado el mismo recorrido. Mientras que el tomate ha sido uno de los cultivos más rentables, contrariamente a lo que venía sucediendo, otros productos no han podido compensar con el precio el incremento del coste, así el pimiento y la berenjena.

Ahora, sin bola de cristal en la mano y sin dar las cosas por sentado, las sensaciones sobre el terreno presagian una óptima temporada 2022-2023. Y es que la incertidumbre que también planea sobre países competidores y su afección en la oferta por el impacto del precio del gas, beneficia Almería gracias a la confianza comercial en sus invernaderos solares, si bien hay que tener en cuenta la consolidación o no del destino de las frutas y hortalizas que se comercializaban en Rusia, Bielorrusia o Ucrania antes de la guerra con origen en países extracomunitarios competidores de Almería como Turquía, Marruecos, Egipto o Israel. Aunque, a priori, todo hace vislumbrar otro ejercicio con buenos precios, no hay que olvidar el aspecto que se ha ganado en el último tiempo el protagonismo: la inflación que acecha en dos frentes, por un lado, en los costes de producción y, por otro, en la retracción de la demanda para el consumo de frutas y hortalizas que, ya en España, empezaba a caer en la segunda mitad de la campaña 2020-2021 tras su auge con la pandemia. Hay que tener en cuenta que los precios de los productos hortofrutícolas son variables y la bajada de los costes es más complicada.

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