Supermercados

Las líneas de caja 'antiestrés' para humanizar la compra llegan al súper

Las líneas de caja 'antiestrés' para humanizar la compra llegan al súper.

Las líneas de caja 'antiestrés' para humanizar la compra llegan al súper.

Las rutinas laborales y domésticas crean en las personas una continua sensación de estrés permanente. Esto nos hace que vayamos corriendo de arriba para abajo a cualquier destino, entre ellos el supermercado

Para realizar la compra necesaria del mes (o la semana), aprovechamos el menor descanso que tenemos, cuadramos la jornada de tal manera que nos permita tener lo minutos justos, ni uno más ni uno menos, para llenar el carrito, pagar y correr a casa para colocar los congelados

Esta estresante rutina no es buena, y los especialistas están continuamente repitiendo los perjuicios de ir corriendo a cualquier punto, una actividad que, colateralmente, termina afectado a las personas que, al tener un ritmo de vida más pausado, desean deleitarse de determinadas actividades

Para estas personas, varios supermercados en Holanda han desarrollado unas cajas "antiestrés" donde los consumidores podrán charlar tranquilamente con el cajero que les corresponda. Se acabó aquello de pasar los productos de forma frenética y meterlo todo en el carrito; para ellos es importante hablar de los hijos, el trabajo y el ocio. 

Esta innovadora medida pone por delante la humanización de los trabajadores que nos atienden en caja de forma diaria

Sería una buena idea que esta medida de implementara en España, un país donde las personas, más allá de tener rutinas aceleradas, son famosas por ser muy habladoras y sociables. Tanto es así que son muchos los clientes que, fieles a un supermercado, conocen a la perfección a los cajeros y, a la hora de pagar, intentan ponerse en la misma cola para sacar alguna declaración que otra al trabajador. 

Cuando lo hacen, los frenéticos del estrés comienzan a mirar con muy mala cara a estos encantadores hablantes que todo cuanto quieren es ponerse al día de sus vidas.  Por ello, además, la aplicación de esta medida es una forma de humanizar a las personas que nos atienden diariamente y que soportan nuestras malas caras y modales, aquellas que han estado presente incluso cuando las condiciones de la pandemia se había vuelto más peligrosas. 

No obstante, para la aplicación de este modelo primero habría que estudiar si el rendimiento económico de los establecimientos comerciales seguiría resultando positivo incluso con una pausa tan significativa en el modelo de pago. Como es lógico, cuanto más se demoren en efectuar la compra, menor clientes dará lugar a atender en el tiempo de trabajo, lo que podría generar cambios significativos en la economía del supermercado. 

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