El tiempo en Semana Santa

La Semana Impredecible

  • La Agencia Estatal de Meteorología dispondrá de un pronóstico fiable para la Semana Santa de 2019 en torno al 8 de abril

  • Antes resulta imposible trazar la evolución de los frentes de lluvia

En abril, aguas mil. Eso dice la sabiduría popular pero la meteorología se asienta en la ciencia para confirmarlo (o desmentirlo). Faltan 17 días para el Domingo de Ramos y el temporal de levante que azota al Campo de Gibraltar desde hace varios días presagia que tras el viento llegará la lluvia. Al menos así lo aseguran quienes atesoran experiencia en la observación meteorológica en una zona tan compleja para trazar predicciones como el Estrecho de Gibraltar.

Los primeros pronósticos oficiales y relativamente fiables de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para la horquilla del 14 al 21 de abril (de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección) no llegarán hasta la semana del 8 de abril, según explican a Europa Sur desde la agencia dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. La Aemet emitirá entonces una predicción especialmente detallada para la Semana Santa en toda España. “El alcance de unas previsiones fiables no va más allá de siete días. Las que se hacen a diez días vista se van afinando”, apuntan desde la delegación en Andalucía de la Aemet, a donde ya no llaman hermanos mayores consultando por el tiempo dado que la difusión de las predicciones hora a hora se ha consolidado a través de los teléfonos móviles.

En los servicios centrales de la Aemet en Madrid apuntan que no sólo en Semana Santa existe cierta presión social hacia el pronóstico. También ante puentes como el de la Constitución y la Inmaculada o para las vacaciones de verano. “No es posible disponer de una predicción fiable para la Semana Santa hasta fechas próximas a su inicio. En su ausencia, desde hace unos años elaboramos un resumen climatológico para saber cómo han sido estos días en años recientes”, resume la entidad en su estudio Apuntes climatológicos para la Semana Santa de 2019, publicado el pasado lunes. Este estudio abarca los datos de 1981 a 2018 pero, alerta la Aemet, “en ningún caso deben tomarse como una predicción”.

En el caso del Campo de Gibraltar, la temperatura media en esa semana de los últimos 38 años fue de 15 grados mientras que llovió, de media, en tres de los siete días. Uno más que en el resto de la provincia de Cádiz.

La intranquilidad, no obstante, comienza a palparse en los entornos cofrades donde la Semana Santa se espera durante todo un año como el momento cumbre del trabajo en las comunidades parroquiales. Aunque también hay cierta resignación a lo que mande el cielo.

“Evidentemente, la decisión de no salir es la más difícil que debe tomar un cofrade”, reconoce Manuel Delgado, presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Algeciras. “Solemos decidir sobre la marcha y con las predicciones a dos-tres días vista porque el tiempo en el Campo de Gibraltar es muy cambiante”, explica Delgado.

Y como ejemplo pone lo que sucedió en 2018. La jornada, aunque nubosa, permitió la salida de todas las procesiones previstas en ciudades como La Línea, cuyo Cristo del Mar se asomó al Mediterráneo a primera hora de la tarde con un cielo relativamente despejado. La Magna de San Roque también comenzó a bajar por San Felipe con claros en el cielo.

Pero sobre las diez de aquella noche un aguacero se cebó con la ilusión de los cofrades. Especialmente con los de Algeciras, cuyos pasos habían comenzado a salir apenas un rato antes. “No había previsión de lluvia y cayó una cortina de agua. Salieron y tuvieron que volver o refugiarse”, recuerda Delgado.

En La Línea, el presidente de su consejo local, Juan Correa, siquiera busca pronósticos hasta que llega la hora de poner los pasos en la calle, cuando toca tomar la decisión de la que depende la conservación de un importante patrimonio.

La inestabilidad no solo afecta al mundo cofrade. El turismo y la hostelería también tienen puesto un ojo en el cielo a apenas tres semanas del arranque de la temporada alta. Las vacaciones de Semana Santa suponen el comienzo tácito de la época de mayor afluencia de viajeros, por lo que un tiempo desapacible supone la peor de las noticias para hoteles y chiringuitos. La inestabilidad impide afrontar con un margen de tiempo suficiente situaciones como pedidos o la contratación de personal de refuerzo. También se refleja en los libros de reserva de mesas.

Tanto es así, que el llamado efecto Semana Santa, para bien o para mal, tiene igualmente su reflejo en las cifras del desempleo de marzo y abril.

Crowded House cantaba aquello de Four seasons in one day. Quizás se inspiraron en el Campo de Gibraltar, el hueso duro de roer para los meteorólogos.

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