La novena sinfonía de la Semana Santa de Algeciras

En el paisaje del profundo recogimiento, entereza, solemnidad y duelo que desembarca cada primavera en la jornada del Viernes Santo hay, sin lugar a dudas, una estampa que sigue haciendo contener la respiración al pueblo de Algeciras por más que pasen los años desde su primera salida procesional en 2007. La imponente y sobrecogedora imagen que produce ver aparecer el portentoso Misterio de la Sagrada Mortaja, con el andar decidido que le imprimen los hombres de Pepe Alcalá; ya sea en el corazón de la ciudad o bien por las callejas prietas del encalado barrio de San Isidro. Momentos que siguen transportando desde el pie de la acera hasta aquella primitiva y procesión primera que acompañase a Jesús al Santo Sepulcro.

El extraordinario Misterio encargado por esta joven hermandad en el año 2001 y elaborado en su totalidad por el artista Miguel Ángel Valverde (Carmona, Sevilla), sigue cautivando a propios y extraños dentro de un misticismo que sólo su cortejo aporta a la pasión algecireña el Viernes Santo al caer la noche. Este reportaje repasa y pone nombre a los protagonistas de este cuadro barroco de la Semana Santa de Algeciras.

Sin adjetivos, se aprecia la estremecedora y vencida talla del Santísimo Cristo de la Caridad, desangrándose y extendiéndose hasta la rosa roja que lo recoge cual cáliz bajo su mano derecha. Jesús yace a los pies de la Virgen de la Piedad, lo que perfila y hace pensar en el profundo dolor que este proscenio reproduce al detalle. El metro ochenta totalmente tallado en madera de cedro del Cristo de la Caridad, sólo cubierto parcialmente por un paño de pureza, hace un fiel dibujo de lo que fue el momento del traslado y el sobrecogimiento de la escena. Resaltar, como dato curioso, que son siete las lágrimas de cristal, por los siete dolores de la Virgen, los que resbalan sobre las mejillas de la bella imagen de María Santísima de la Piedad.

En el paso, junto a los dos titulares (ambos bendecidos en febrero de 2004), emergen seis imponentes imágenes secundarias que dan sentido al conjunto escultórico de ocho figuras que representan y convierten a la ciudad, cada Viernes Santo, en el traslado al sepulcro más especial de la pasión. Todo ello, presidido por una cruz de madera, de la que cuelgan dos escaleras y un sudario.

Entre los varones resalta José de Arimatea, que fue quién pidió permiso a Pilatos para recoger el cuerpo de Jesús para su sepultura; y que con la ayuda de Nicodemo desclavó el cuerpo de la cruz y lo llevaron a un nuevo sepulcro excavado en la roca (según cuentan las escrituras). La última imagen masculina que aparece en el Misterio es la de San Juan, el discípulo amado, presente al pie de la cruz y en el propio traslado.

Respecto a la presencia femenina, la Sagrada Mortaja rescata las figuras de las Tres Marías. María Magdalena, parte fundamental en los textos de la Pasión, María Cleofás y María Salomé, también protagonistas de esta última escena además de seguidoras de la figura de Cristo.

En definitiva, un auténtica locura el portentoso Misterio que cada Viernes Santo rompe desde el último tramo de la calle Matadero (Teniente Miranda), para sobrecoger a fieles y curiosos, en lo que es una de las representaciones más seguidas de la Semana Santa de Algeciras.