“Vestir una imagen es uno de los momentos más bellos y más íntimos”. Así resume Victoria Fanegas, fiscal de la Hermandad de Jesús Cautivo y Rescatado (Medinaceli) y María Santísima de la Trinidad de La Línea, la importante labor de las camaristas o vestidoras de la Semana Santa.

Fanegas se encarga con mimo y devoción de preparar la salida de la Virgen de la Trinidad cada Miércoles Santo desde hace cinco años y considera esas horas previas al desfile procesional como unas de las más especiales que vive cada año, según reconoció en la tertulia cofrade organizada por Europa Sur en el Comedor de Enrique.

Victoria Fanegas.

“Es un trabajo muy delicado y sentimental. Hablamos de unas prendas, tejidos y bordados muy delicados que requieren de un trabajo muy minucioso y especial para ser colocados. Vestir una imagen supone unos momentos muy íntimos con los que se pretende que una imagen sea cercana”, explicó Fanegas.

Cada hermandad tiene entre sus enseres un apartado de vestiduras para las tallas que forma parte del extenso patrimonio cofrade de la localidad. Sedas, tules y otros géneros junto con bordados en las túnicas componen la mayoría de estos elementos.

La exquisita labor de las camaristas tiene su reflejo en las calles, cuando el trabajo en el templo luce en todo su esplendor engrandecido por la luz de la candelería, el color de las flores frescas y el movimiento que imprimen las cuadrillas de costaleros y cargadores a los pasos. “Una imagen vestida debe llegar al corazón del devoto”, resumió Fanegas, quien también se mostró partidaria de la vuelta de la carrera oficial a la calle Real. “Es muy positivo. Es una vuelta a lo tradicional”, resaltó la camarista.